Elliott y los Cowboys son las v¨ªctimas... de sus propios errores
La suspensi¨®n de seis juegos, aunque en mal momento, es un castigo justo a una falta inaceptable.
Desde que tom¨® la NFL por asalto la temporada anterior, Ezekiel Elliott dej¨® todo muy claro: La ¨²nica persona capaz de detener a Ezekiel Elliott es Ezekiel Elliott. Hoy, se cumpli¨® la profec¨ªa.
El poderoso corredor de los Cowboys ver¨¢ los primeros seis juegos de temporada regular desde la comodidad de su sof¨¢ y debe estar agradecido de que no lo har¨¢ con un overol naranja y detr¨¢s de una celda. La culpa no es del comisionado Roger Goodell, que despu¨¦s de a?os de experimentar con las sanciones referentes a violencia dom¨¦stica, finalmente acert¨® una.
La culpa es de Elliott, quien de acuerdo al comunicado de la Liga, agredi¨® tres veces en un lapso de una semana a una novia _ ex novia ser¨ªa el t¨¦rmino adecuado. Tres veces m¨¢s de lo que jam¨¢s debi¨® hacerlo.
Varios seguidores de los Cowboys gritan ¡°?Injusticia!¡± a los cuatro vientos. ?C¨®mo es posible una sanci¨®n tan fuerte cuando incluso la polic¨ªa desech¨® el caso? Pues si t¨² vives en M¨¦xico o cualquier pa¨ªs donde la corrupci¨®n es el pan nuestro de cada d¨ªa y crees que en Estados Unidos est¨¢n mucho mejor, lamento informarte que no es as¨ª.
Esto resulta especial y tr¨¢gicamente cierto en localidades universitarias y sus estelares atletas, que generan millones de d¨®lares a la instituci¨®n y la zona. No es algo nuevo, es algo que hemos visto una y otra vez, y dos casos me vienen de botepronto a la mente: Aaron Hernandez, Florida, y Jameis Winston, Florida State, en donde en m¨¢s de una ocasi¨®n la ley se hizo de la vista gorda porque eran pr¨¢cticamente intocables.
Eso mismo sucedi¨® en Ohio con Elliott y Goodell no iba a permitir que se repitiera en la NFL.
La NFL, a diferencia de la NCAA, tiene mucho m¨¢s que perder si le da a Elliott un pase libre en lugar de una condena.
S¨ª, Roger perdi¨® a un importante aliado en Jerry Jones, quien est¨¢ ¡°furioso¡± seg¨²n un reporte. Pero, como marca, la NFL protegi¨® $u$ principale$ intere$e$. Defendi¨® su aspecto comercial, tan sacudido por episodios previos de la violencia dom¨¦stica. Envi¨® un fuerte mensaje social al reprender a una de las nuevas caras de la liga, al dejar sumamente mermado a uno de los equipos m¨¢s populares del pa¨ªs. Nadie es intocable. Excepto la mujer. Como deber¨ªa de ser. SIEMPRE.
Goodell no pod¨ªa darse el lujo de repetir la saga de Ray Rice, de imponer una sanci¨®n ¡°justa¡± a los ojos de todos, para que posteriormente surgiera evidencia condenatoria, que lo hiciera recular para enviar a Rice por la v¨ªa express hacia la infamia y el desempleo.
Para fortuna de Elliott, el equipo de investigaciones de la NFL sabe m¨¢s de lo que dice. Se trata de un equipo de sabuesos que podr¨ªa encontrar al maldito piegrande si se lo propusiera. Cuenta con evidencia detallada de las lesiones de Tiffany Thompson. Por evidencia detallada me refiero a fotograf¨ªas y mensajes de texto. ?Qu¨¦ esperan para ponerle palomita a Goodell? ?Qu¨¦ se filtren esas fotograf¨ªas? ?Otro video en el ascensor?
?No es suficiente el video de Elliott baj¨¢ndole la blusa a una chica durante un desfile del D¨ªa de San Patricio para darse cuenta que no es precisamente un caballero? En cualquier caso, Zeke evit¨® una bala. La liga bien pudo tomar a consideraci¨®n ese hecho como reincidencia y ponerle una sanci¨®n que ahora s¨ª hiciera llorar a m¨¢s de uno en Texas.
S¨ª, Jerry Jones tiene todos los motivos para sentirse ¡°furioso¡±. Furioso con Elliott, quien pone en cierto entredicho una campa?a en la que los Cowboys parten como uno de los claros favoritos al Super Bowl. Los Cowboys van a estar bien. El da?o no es mayor porque Dallas enfrenta en esos seis primeros juegos a equipos como Rams y 49ers, a los que deber¨ªa ganarles con Le¨®n Gir¨®n en el backfield, ya no digamos Darren McFadden, Alfred Morris y una de las mejores l¨ªneas del juego.
S¨ª, Jerry Jones deber¨ªa sentirse ¡°furioso¡± por su incapacidad para transmitir un mensaje obvio o por no detectar a tiempo los focos de alarma. ¡°Furioso¡± por el momento en que se da la sanci¨®n, a un mes del inicio de la campa?a regular. Pero el tama?o del castigo no deber¨ªa ser blanco de su furia.
Jerry Jones hace bien en estar ¡°furioso¡±, al no ser el mejor ejemplo para Elliott del trato que se les debe dar a las mujeres. Elliott, como el resto del mundo, est¨¢ a una b¨²squeda de Google de las picantes im¨¢genes de Jones en poses comprometedoras junto a unas j¨®venes de reputaci¨®n cuestionable. El honorable se?or Jones y su medio siglo de matrimonio.
O tal vez est¨¦ ¡°furioso¡± con el comunicado de Elliott en donde, y cito: ¡°Reconozco la distracci¨®n que todo esto ha causado en mi familia, amigos, compa?eros, la organizaci¨®n de los Dallas Cowboys y mis seguidores¡±. Iba bien hasta que... ¡°Y por eso me disculpo sinceramente¡±.
?FUMBLE!
¡°Y por eso me disculpo¡±. Buena idea, disculparte por las distracciones y no por el hecho que las provoc¨®. Al menos admite que a¨²n no madura.
¡°Reconozco que estoy lejos de ser perfecto, pero planeo seguir trabajando muy fuerte _ dentro y fuera del campo _ para madurar y ganarme la gran oportunidad que se me ha brindado¡±, escribi¨® en Twitter.
Tiene mucho camino por recorrer. Una carrera que, sea cual sea el resultado, ser¨¢ memorable. En el campo, Elliott sabe que deber¨¢ recibir muchos golpes antes de encontrar el hueco.
En la vida es igual.