Los Dodgers pierden y acaba una racha triunfal de r¨¦cord

En numerosas ocasiones, se suele recurrir a los r¨¦cords particulares de un equipo en cuesti¨®n para ponerlo en perspectiva y darnos as¨ª una imagen m¨¢s fiable de lo bien (o no tanto) que lo est¨¢ haciendo una franquicia en las Mayores de b¨¦isbol.

Uno de los mejores ejemplos es la marca que tiene una franquicia en partidos decididos por una carrera, que nos ¡®ilumina¡¯ respecto a a lo s¨®lido que puede ser un grupo, con un bullpen bastante por encima de la media y que habla de aquel equipo que encuentra las resquicios necesarios para ganar los encuentros m¨¢s apretados, esos que se disputan a cara de perro y que nos hablan de la clase de pasta de la que se est¨¢ hecho al mismo tiempo que nos anticipa lo que puede ser su evoluci¨®n en octubre.

Otro suele ser el r¨¦cord cuando el equipo se pone por delante en distintos momentos del encuentro como son despu¨¦s de la sexta, s¨¦ptima u octava entrada. Cuando m¨¢s nos acercamos al final de un partido, es m¨¢s probable que un club termine ¡®amarrando¡¯ el triunfo, aunque un r¨¦cord abrumador tras seis o siete entradas nos dice que ese club es bueno, muy bueno.

Luego est¨¢n Los ?ngeles Dodgers de 2017.

El mejor equipo de las Mayores en el presente a?o ha visto como tocaba a su fin una racha triunfal que casi desaf¨ªa el sentido com¨²n y que nos habla de las extraordinarias capacidades de un colectivo que est¨¢ jugando como los ¨¢ngeles (no es un chiste, pero podr¨ªa serlo), especialmente desde que Cody Bellinger fue promocionado a finales de abril y cuyo porcentaje de triunfos supera con solvencia el 70%. Eso no suele pasar en el pasatiempo nacional.

Una marca a recordar

Aunque parezca mentira, los Dodgers han sido capaces de ganar encuentros y hacerlo de distintas formas, mostrando una resoluci¨®n que es com¨²n a los equipos con inmensas expectativas y as¨ª nos lo dice sus 31 remontadas que han acabado en victorias.

Pero no hay estad¨ªstica m¨¢s abrumadora que la siguiente: los Dodgers han sido capaces de establecer un r¨¦cord a la hora de encadenar 53 partidos seguidos que acaban con su triunfo una vez que se pon¨ªan por delante. Recordemos que no se trata de ir ganando tras cinco, siete u ocho entradas, sino hacerlo cuando empiezas a mandar en alg¨²n momento del choque.

Eso es una aut¨¦ntica barbaridad.

La marca anterior estaba en posesi¨®n de los Chicago Cubs de 1906, aquel c¨¦lebre equipo que estableci¨® el r¨¦cord de triunfos en una temporada regular con 116 y que fue igualado, pero con m¨¢s partidos de temporada regular por los Seattle Mariners de 2001, para acabar mordiendo el polvo en las Series Mundiales frente a los vecinos White Sox.

Aquellos Cachorros de hace m¨¢s de un siglo acumularon un total de 44, que fue superado por los Dodgers para establecer un r¨¦cord que dif¨ªcilmente veremos superar durante nuestra existencia.

Y la primera vez que los Dodgers iban ganando en un partido desde el 15 de mayo para terminar perdiendo, volvi¨® a tener un desenlace igual¡­ a manos de los Atlanta Braves.

Iron¨ªas del destino

Lo cierto es que los dioses del b¨¦isbol tienen un sentido del humor peculiar. Desde que Atlanta igual¨® su r¨¦cord en la temporada con 45 victorias y 45 derrotas el pasado 16 de julio para optar (remotamente) a una plaza de Wild Card, han perdido 12 de los siguientes 15 partidos, incluido un barrido de cuatro encuentros frente al peor equipo del a?o, los Philadelphia Phillies.

Sin embargo y no deja de tener su gracia, los Braves han demostrado ser la kryptonita de los Dodgers en la etapa m¨¢s reciente.

Durante los ¨²ltimos 23 partidos que han disputado los angelinos, ¨²nicamente han sufrido tres derrotas. ?Adivin¨¢is qui¨¦n ha sido el que ha cometido semejante herej¨ªa? Exacto, los Atlanta Braves en las tres ocasiones.

Como dice Corey Seager, ¡°tenemos que dejar de jugar contra ellos¡±.

Afortunadamente para los Dodgers, ya s¨®lo les resta un encuentro por jugar en 2017 ante los Braves y Yu Darvish har¨¢ su debut el viernes contra los New York Mets y Jacob deGrom.

No se puede pedir mucho m¨¢s.