HOMENAJE A LOS MEDALLISTAS OL?MPICOS ESPA?OLES
Antonio Rebollo: ¡°No tuve miedo a fallar¡±
Tuvo la polio con ocho meses. Afect¨®, sobre todo, a su pierna derecha. ¡°Acab¨¦ con el brazo chamuscado despu¨¦s de tanto ensayo¡±
Antonio Rebollo (Madrid, 19 de junio de 1955) fue el arquero paral¨ªmpico que encendi¨® con una flecha de fuego el pebetero en los Juegos de Barcelona 1992. El escenario fue el remozado Estadio Ol¨ªmpico de Montju?c, hoy denominado Lluis Companys.
El protagonista fue un madrile?o, que actualmente tiene 62 a?os y que ha trabajado siempre como ebanista. ¡°Me hice c¨¦lebre, todos me felicitaban y me paraban por la calle, pero nadie me ofreci¨® un patrocinio, aunque todo el mundo me pon¨ªa en un pedestal¡±, recuerda en una visita al Diario AS, veinticinco a?os despu¨¦s de aquel suceso portentoso.
Rebollo contrajo la polio cuando ten¨ªa ocho meses de edad y aunque la enfermedad le afect¨® a las dos piernas, la derecha fue la m¨¢s perjudicada.
Hubo una dura prueba de selecci¨®n entre 200 aspirantes, lo que se podr¨ªa llamar un casting. Se ensayaba con m¨¢quinas de viento que simulaban diversas condiciones clim¨¢ticas. De todos los candidatos quedaron cuatro. ¡°Practic¨¢bamos en el Castillo de Montju?c y tuvieron que intervenir los Mossos d¡¯ Esquadra para impedir que los aficionados a estas cosas se llevaran, como recuerdo, las flechas que est¨¢bamos utilizando¡±.
Y recuerda: ¡°Yo, que tengo bastante vello, acabe con el brazo izquierdo chamuscado de tanto lanzar flechas incendiarias. Me dijeron que era el elegido s¨®lo dos horas antes de la ceremonia¡±.
Madrile?o. Y preguntado por qu¨¦ un madrile?o encendi¨® la antorcha ol¨ªmpica en los Juegos de Barcelona, responde, sin proclamarlo, que es posible que fuera el mejor de todos. De hecho ten¨ªa experiencia competitiva, porque en los Juegos Paral¨ªmpicos de Los ?ngeles fue plata en tiro con arco y bronce en Se¨²l 1988... y en las semanas posteriores iba a ser de nuevo plata en Barcelona 1992.
El fuego de Olimpia lo introdujo en Montju?c Herminio Men¨¦ndez, ganador de tres medallas ol¨ªmpicas en pirag¨¹ismo, se lo entreg¨® a Epi, plata en Los ?ngeles 1984 y ¨¦ste encendi¨® la flecha.
Rebollo mir¨® al pebetero, apunt¨®, tens¨® la cuerda del arco... ¡°No ten¨ªa miedo a fallar. En aquellos momentos me sent¨ªa pr¨¢cticamente como un robot¡±, dice. Y no fall¨®. El silencio se rompi¨® con un grito atronador de los espectadores.
Rebollo se hizo c¨¦lebre, porque su haza?a la vio el mundo entero (tuvo m¨¢s audiencia televisiva que la mayor¨ªa de las competiciones deportivas), y cuenta que despu¨¦s la gente le paraba por las calles de Barcelona y le preguntaba: ¡°La flecha ?ha ca¨ªdo fuera o dentro?¡±.
Hab¨ªa ca¨ªdo fuera, obviamente, porque lo que hizo fue encender el pebetero al pasar la flecha incendiaria por encima de un chorro de gas. De eso se trataba.
Rebollo tiene dos hijos y ha trabajado en la promoci¨®n del mundo del deporte paral¨ªmpico y del tiro con arco en particular. Dio clases en centros de discapacitados de la Seguridad Social, ¡°pero cuando lleg¨® la crisis todo se acab¨®¡±, se lamenta.
Trabaja como ebanista y lo mismo fabrica un mueble, como unas sillas, metopas¡ ¡°Siempre he tenido este trabajo, porque cuando era ni?o hab¨ªa una carpinter¨ªa al lado de mi casa y estaba all¨ª metido casi siempre¡±. Tambi¨¦n ha ejercido de alba?il, carpintero, cerrajero¡
Y bromea sobre catalanes y madrile?os, con el m¨¢ximo respeto a unos y otros. A los catalanes les est¨¢ agradecido por su confianza. Pero ah¨ª viene la broma: ¡°Tengo muchos amigos en Catalu?a, pero mira que, siendo madrile?o, si al lanzar la flecha le doy a uno¡¡±.