La bestia dormida: Los Cubs siguen en hibernaci¨®n
Chicago sigue sin mostrarse como el equipo que gan¨® el campeonato la campa?a anterior y es dif¨ªcil se?alar un solo problema
Si uno piensa en formas para sacar a los Cubs de su letargo y generar un poco de ¨ªmpetu despu¨¦s de un mediocre inicio de campa?a, sonarle tres jonrones y anotarle cuatro carreras a Clayton Kershaw, ser¨ªa un buen inicio.
Resulta que los Cubs necesitan m¨¢s.
El otrora confiable Jon Lester estuvo incluso peor que su contraparte monticular, el bullpen de los Cachorros sigue sin mostrarse herm¨¦tico y los campeones defensores fueron barridos por los Dodgers de Los ?ngeles.
?Una mala serie? Tal vez. Pero los campeones defensores no estaban acostumbrados a malas series durante su carrera m¨¢gica a la gloria del oto?o pasado. La novena de Joe Maddon fue barrida solo dos ocasiones en 2016. Este a?o ya acumulan tres.
Los Cubs no est¨¢n ni muertos ni eliminados. De hecho, su campa?a no es del todo mala. Solo es mala bajo los est¨¢ndares de un equipo campe¨®n. Chicago goza de marca de 25-24, a tan solo juego y medio de la cima de la Divisi¨®n Central de la Liga Nacional. Pero el problema de los Cubs es que, como siempre, luchan contra su historia. En este caso, la historia reciente de 2016, cuando tuvieron un inicio de 25-6 y llegaron a este mismo punto de la temporada 35-14. S¨ª, una diferencia de 10 juegos.
Encontrar un culpable del retroceso podr¨ªa resultar m¨¢s dif¨ªcil que conectarle tres cuadrangulares a Kershaw. Se podr¨ªa empezar con Maddon, quien con, b¨¢sicamente, el mismo plantel no ha podido mantener el enfoque y el rendimiento despu¨¦s de alcanzar la gloria. ?Un equipo que luch¨® durante 108 a?os para acabar con una sequ¨ªa de campeonatos se habr¨¢ quitado el hambre con un solo t¨ªtulo?
Tambi¨¦n se podr¨ªa poner el dedo sobre el an¨¦mico bateo. Kyle Schwarber, un tit¨¢n en la carrera al t¨ªtulo, batea por debajo de la ¡°l¨ªnea Mendoza¡±, .178, el generalmente oportuno Addison Russell solo tiene .213 y Anthony Rizzo est¨¢ 30 mil¨¦simas por debajo del promedio en su carrera.
Pero lo m¨¢s alarmante ser¨ªa el letargo en el gen del ¡°clutch¡±, pues los Cubbies son ¨²ltimos de la Liga Nacional en bateo con corredores en posici¨®n de anotar con un rid¨ªculo .217 en esas situaciones, 106 mil¨¦simas menos que Colorado. Si ese dato no les llama la atenci¨®n, ¨¦ste seguro lo har¨¢: las 22 carreras que remolcaron en sus ¨²ltimos siete juegos, 20 fueron producto de un cuadrangular (un fielder¡¯s choice y un elevado de sacrificio).
Eso, claro, cuando anotaron carreras, porque despu¨¦s de ser blanqueados el viernes y s¨¢bado por los Dodgers en noches consecutivas, se convirtieron en el primer campe¨®n en quedarse en cero en partidos seguidos en 99 a?os y cambio. Pero los Cubs est¨¢n acostumbrados a las maldiciones de un siglo.
Y el bateo, obviamente, no es el ¨²nico de los problemas. El pitcheo est¨¢ igual o peor. Lester, Jake Arrieta, John Lackey y Kyle Hendricks, todos han registrado una marcada regresi¨®n con respecto al a?o pasado. Eso de alguna manera es justificable considerando que a) la campa?a 2016 de esos cuatro fue irreal al combinarse para una efectividad de 275 y b) Lackey y Lester ya est¨¢n en la curva descendente de su carrera.
En caso de Arrieta es notable la p¨¦rdida de velocidad en su recta, m¨¢s de 1.5 millas en promedio durante las ¨²ltimas dos temporadas, y el hecho de que est¨¢ en su a?o de contrato, por lo que llama a¨²n m¨¢s la atenci¨®n el declive.
Pero al igual que el resto de los Cubs tienen mucho tiempo para recomponer la forma. Especialmente en la divisi¨®n m¨¢s mediocre de Grandes Ligas y con todo el talento de su lado.
Y si no lo hacen, sabemos que pueden esperar otros 108 a?os.