Blanca Romero rompe estigmas a base de golpes
A sus 12 a?os la berciana ya es subcampeona del mundo de Muay Thai. De etnia gitana, Romero ha roto muchos prejuicios para poder practicar el deporte que ama.Wilder-Ortiz en vivo y en directo online: Mundial pesado WBC
¡°De peque?a ya me gustaba lanzar patadas y golpes sin sentido cuando jugaba. No sab¨ªa que estaba haciendo, nunca hab¨ªa visto nada de Muay Thai, s¨®lo hac¨ªa algo que me gustaba¡±, as¨ª inicia su relato Blanca Romero. Nacida en Ponferrada, hace tan s¨®lo 12 a?os, ya se ha convertido en una aut¨¦ntica referencia en el Muay Thai nacional e internacional. El pasado marzo viaj¨® con la selecci¨®n espa?ola de este deporte a Bangkok (Tailandia), all¨ª se disputaban los campeonatos del mundo. En su categor¨ªa, debido a la edad, no hay contacto en la cabeza, s¨®lo en el cuerpo y con protecciones, prima la t¨¦cnica y Blanca tiene mucha.
En poco tiempo ha sufrido un gran avance, acude todos los d¨ªas al gimnasio con un ¨²nico fin ¡°quiero ser profesional. El Muay Thai es mi vida¡±, asegura confiada. Su tes¨®n y calidad le hizo ganar la medalla de plata en Tailandia. Blanca Romero relata su experiencia en Asia como si lo volviese a vivir, todav¨ªa se emociona recordando la final. ¡°Eres muy joven Blanca, unos pocos privilegiados pudisteis ir all¨ª y t¨² quedaste subcampeona tienes un gran camino por delante¡±, le recuerda su entrenador Diego V¨¢zquez (ex campe¨®n de Europa de K1). La joven asiente, ¡°ya lo s¨¦ Diego¡±.
La timidez que destila su mirada ante el desconocido se esfuma de un plumazo cuando se sube al ring. Blanca Romero es otra. T¨¦cnica, fuerte y con una ¨²nica meta: acabar con el brazo en alto. La berciana s¨®lo piensa en mejorar, pero para llegar a este punto ha ido rompiendo estigmas. La joven es de etnia gitana, algo que hizo que al principio su sue?o chocase con la tradici¨®n. ¡°En nuestra cultura no es normal que una ni?a haga este tipo de deportes. En lugar del cante, baile o los caballos a mi hija le gustaba el Muay Thai. Tengo que reconocerlo, al principio a mi no me gustaba. Por medio de familiares que lo practicaban la dejamos apuntarse, pero no llegaba a pensar lo que hac¨ªa. Poco a poco lo fui conociendo, y elimin¨¦ esos prejuicios¡±, relata su madre.
Como su progenitora, el resto de su familia tambi¨¦n fue cambiando su visi¨®n cuando se fueron adentrando, junto con Blanca, en este deporte. En una esquina del ring, su madre no pierde un detalle del entrenamiento de su hija. El orgullo irradia por todos sus poros, sus ojos cuentan con un brillo especial. El ¡®orgullo de madre¡¯ est¨¢ presente.
?¡°Es muy buena. Ella sabe que para nosotros es una campeona haga lo que haga. A m¨ª hab¨ªa gente que me dec¨ªa: ¡®?C¨®mo dejas a tu hija que haga ese deporte?¡¯. Yo les contestaba con franqueza. En nuestra cultura hay muchas chicas que ahora est¨¢n estudiando para ser maestras u otros oficios, a mi hija le hace feliz el Muay Thai y yo estoy muy orgullosa de que lo haga. Los tiempos cambian y yo para mis hijos quiero lo mejor. A Blanca tanto su padre como yo siempre le hemos dicho lo mismo, la apoyaremos siempre. Si ella quiere hacer Muay Thai y ser profesional la apoyaremos, que en un tiempo se cansa y quiere hacer otra cosa, tambi¨¦n. Lo que nos importa es que sea feliz y sobre el ring lo es¡±.
A base de golpes Blanca Romero ha ido gan¨¢ndose un nombre en el tapiz. ¡°Ella es muy conocida dentro de nuestro mundo¡±, reconoce gozoso su entrenador. Y es que con tan s¨®lo 12 a?os, Blanca ya ha conseguido mucho. Su camino contin¨²a el de muchas mujeres que reclaman su sitio en los deportes de contacto, pero su ruta ha hecho algo m¨¢s. En la historia ha habido muchos competidores de etnia gitana, s¨®lo faltaban sus mujeres. Blanca ya ha puesto la primera piedra. No ser¨¢ la ¨²ltima.?