Marta Ortega y Ariana S¨¢nchez tumban a las n¨²mero uno
La joven pareja de veintea?eras se meten en la final femenina del Open de Santander rompiendo todos los pron¨®sticos del WPT
El viernes por la tarde Ariana S¨¢nchez se abrazaba a Marta Ortega, su compa?era, porque acababan de ganar a Carolina Navarro y Cecilia Reiter y se clasificaba para jugar su primera semifinal del World Padel Tour. La catalana era un llanto permanente, de felicidad, dijo. Pues bien, ella y Marta, dos j¨®venes del 1997, de la misma generaci¨®n, compa?eras en las selecciones inferiores y desde mitad de la campa?a anterior compa?eras en el Circuito profesional, han dado un verdadero aldabonazo en la competici¨®n profesional al superar en la semifinal matinal a las n¨²mero uno, Marta Marrero y Alejandra Salazar.
La semifinal femenina ten¨ªa su infrahistoria, el primer partido del WPT que se ofrec¨ªa en abierto en en una televisi¨®n espa?ola, entre la mejor pareja del 2016, intratable, ganadora de siete grandes torneos, con el mejor juego, frente a dos chicas que representan la nueva ola del p¨¢del. Los pron¨®sticos se fueron al garante: Marta y Ariana, con un juego espl¨¦ndido, combinando fuerza y sutileza, se hicieron con el partido para ganar por 6-3 y 6-3 y meterse en la final.
Marta Ortega ya hab¨ªa dado muchos s¨ªntomas de que el futuro la pertenece, pero de Ariana no hab¨ªa tantas referencias. Juntas, su juego alegre, casi adolescente, es novedad, brillantez y sorpresa, tanta como la que dieron esta ma?ana en Santander. Ma?ana, en la final (12:00), ya no ser¨¢n las chicas que pasaban por all¨ª, porque han dejado en la estacada a las n¨²mero cuatro y n¨²mero uno.
En la final se encontrar¨¢n a Paty Llaguno y Eli Amatriain, que tambi¨¦n sorprendieron a las n¨²mero dos, las Gemelas S¨¢nchez Alayeto, aunque entre una sorpresa muy relativa. Paty y Eli, un muro con sus devoluciones imposibles, acabaron con la paciencia de las jugadoras aragonesas, y en especial de Majo, que firm¨® un partido muy pobre para su calidad, que fall¨® jugadas claras para ella, quiz¨¢ por la impotencia de ver que sus golpes siempre ten¨ªan vuelta, y estrell¨® muchas bolas en la pared, o en la red, o incluso fuera de la jaula.
Aunque fueron capaces de maquillar el primer set un 6-3, y de dominar el segundo, en la fase clave otra vez Paty y Eli sacaron partido de su condici¨®n de ind¨®mitas, de jugadoras decididas a alargar los puntos hasta lo imposible, sin prisas por sumar, porque en este choque eran m¨¢s solidas, y del 2.4 en contra al 7-5 para pasar a la final con ese 2-0.