La tierra llamando a Green Bay...?Dios m¨ªo, nadie contesta!
Los Packers se han movido un poquito m¨¢s en el mercado de invierno, pero la falta de ambici¨®n y atrevimiento puede volver a lastrar su pr¨®xima temporada.
Alguien me tiene que explicar a qu¨¦ viene el af¨¢n que tiene medio mundo por viajar a Marte. Asumiendo que la mayor¨ªa ya estamos en la luna, entiendo que ser¨ªa un viaje largo, aburrido, durante el que tendr¨ªamos que hacer nuestras cosas por un tubito, comer pur¨¦s precocinados y dormir atados en la cama, para no salir volando. M¨¢s o menos como si te ingresaran en un psiqui¨¢trico, pero sin paseos por el jard¨ªn.
Adem¨¢s, seguro que no te dejan meter en la nave espacial ni una m¨ªsera cerveza. Que si alguno se pasa empinando el codo, el destino final puede terminar siendo Plut¨®n. Y ya se sabe que bebida y volante, aunque sea en el espacio exterior, no acaban de congeniar demasiado. De tabaco ni hablamos. Y aunque quepa la posibilidad de que te permitan meter en el macuto un poquito de cannabis para uso terap¨¦utico, como los mecheros estar¨¢n prohibidos, la ¨²nica forma de desahogarse en un ataque de claustrofobia ser¨ªa hiperventilar en una bolsa de pl¨¢stico.
Los Packers viven en Marte
Me dir¨¦is que tengo poco esp¨ªritu aventurero, pero desde aqu¨ª recomiendo a todos los que sue?an con un viaje as¨ª, que empiecen d¨¢ndose un paseo hasta el bar de la esquina, para disfrutar de esos peque?os placeres de la vida en forma de copa de clarete con tapa de sangrecilla, mientras levantamos la vista al cielo en la terracita y disfrutamos del calorcito del sol primaveral. Y que se metan Marte donde les quepa.
Adem¨¢s, que nadie se enga?e. Marte ya ha sido hoyado por el hombre. El equipo verde y amarillo decidi¨® hace tiempo abandonar el Planeta Azul para montar una colonia en el mundo Rojo que se ha convertido en un marr¨®n donde se ve todo negro.
Ted Thompson como Neil Armstrong
El primero en pisar Marte fue Ted Thompson, su general manager, que despu¨¦s de que el equipo ganara su ¨²ltima Super Bowl el 6 de febrero de 2011, sinti¨® que flotaba de alegr¨ªa. Y flotando, flotando, aterriz¨® en lo que al principio le pareci¨® una playa de Malib¨². Pero ni mar salado ni leches. Se encontr¨® solo en medio del cuarto planeta del sistema solar obligado a crear una colonia de queso. Como el ratoncito P¨¦rez.
Desde entonces, es como si la franquicia se estuviera trasladando poco a poco, creando una colonia marciana en la que el mundo transcurre a otro ritmo, los d¨ªas son cuarenta minutos m¨¢s largos y los a?os duran 687 d¨ªas. Y mientras el resto del universo NFL intenta forjar sus equipos entre la agencia libre y el draft, con unas migajas de no drafteados, ellos siguen una trayectoria diferente, m¨¢s alejada del sol, y dif¨ªcil de entender para los que vivimos en la tierra.
Hartos de tan poco atrevimiento
Hace cosa de un a?o el asunto ya fue un clamor. Mike McCarthy, en entrenador, suplic¨® en p¨²blico a Ted Thompson durante una entrevista en el combine que por fin fichara en el mercado. Aaron Rodgers lo pidi¨®, la afici¨®n lo reclam¨®, todos viajaron en procesi¨®n hasta marte, sin nave espacial ni nada, a pata y pecho descubierto, pero el d¨ªa de la apertura de mercado el general manager estaba dando una conferencia en un colegio. Poco despu¨¦s fich¨® a Jared Cook para que dejaran de grabarle mensajes en su tel¨¦fono rojo, y volvi¨® a sus exploraciones marcianas, en busca de vida en el Mar de Kaiser y de Kenny Clark con su pick de primera ronda.
Ahora que lo pienso, ?no ser¨¢ que Ted Thompson descubri¨® hace ya tiempo lo del clarete y la sangrecilla al solecito de la terraza y desde entonces lo ha convertido en su forma de vida?
Cuatro movimientos que ni fu ni fa
Este a?o, desde la colonia marciana en el oc¨¦ano de La Rue, Ted ha decidido desmelenarse. Y ha hecho una agencia libre de tirar la casa por la ventana. Nada menos que cuatro fichajes. Como un p¨®ker de ases. Martellus Bennett para sustituir a Jared Cook, que no estuvo dispuesto a aceptar una oferta m¨¢s alta de la que firm¨® el tight end procedente de los Patriots. ?Bien, qu¨¦ narices! Llevamos a?os diciendo que Aaron es m¨¢s Rodgers cuando ponen un tight end en su vida, y ya se vio el a?o pasado cuando Cook volvi¨® a carburar a ¨²ltima hora.
En una fase de excitaci¨®n desconocida hasta ahora, Thompson no par¨® ah¨ª. Y se trajo baratillo a Ricky Jean-Francois, procedente de los Redskins. Un defensive tackle que ni bien, ni mal, sino todo lo contrario, pero que tiene tablas, da profundidad y, si suena la flauta, lo mismo hasta ayuda a mejorar la defensa contra la carrera, que lo que es presi¨®n al quarterback no parece su fuerte.
Cuando estaba con su clarete, en su terraza de Marte, contemplando la Tierra de Cassini, Thompson debi¨® escuchar m¨¢s de una vez que hac¨ªa falta un tight end, porque se qued¨® encasquillado en el asunto y tambi¨¦n fich¨® a Lance Kendrick, que pu?etera falta que hac¨ªa. Pero los designios marcianos son inescrutables.
Por ¨²ltimo, Thompson jug¨® a la ruleta. En Marte hay dos sat¨¦lites. Uno se llama Fobos (Miedo) y otro Deimos (Terror). Parece que el general Manager ha montado un casino en uno de ellos, no sabemos si en Miedo o en Terror, para jugar a la ruleta fichando a Davon House, procedente de los Jaguars, como el cornerback que ayude a dar un salto de calidad a esa secundaria. Dicen que al saber la noticia, los dos sat¨¦lites quedaron desiertos, y los campos de Green Bay lucieron m¨¢s verdes, tambi¨¦n en Marte, regados por las l¨¢grimas de sus seguidores.
Siempre cortos de dinero
?Pero qu¨¦ narices pasa en ese equipo, que no da un golpe de efecto en el mercado ni siquiera cuando lo necesita? La respuesta, una vez m¨¢s, est¨¢ en la gesti¨®n de Ted Thompson, m¨¢s preocupado por conservar que por mejorar. Los Packers, un a?o m¨¢s, llegaron al mercado con muy poco dinero que gastar y muy poquita ambici¨®n. Esclavos del contrato de Aaron Rodgers, que parece inevitable, y por supuesto bien invertido, pero que quiz¨¢ debi¨® ser hecho con m¨¢s habilidad para que no se comiera casi el 12% del cap.
Si el caso de Rodgers entra dentro de lo l¨®gico, no lo es tanto el de Randall Cobb y Clay Matthews. El receptor ya no vale los 12,65 millones de impacto que tiene contra el cap. Y si con 26 a?os ya estamos con esas, habr¨¢ que plantearse por qu¨¦ se ha quedado tan pronto sin gasolina. Lo mismo le sucede al linebacker, que no hace demasiado era el l¨ªder de las huestes defensivas del ej¨¦rcito marciano. 15 millones contra el cap son un lujo para un tipo que parece acabado a los treinta, le queda un a?o de contrato y parece haber pasado de soluci¨®n para todo a problema donde le pongan. Si le hubieran cortado, habr¨ªa dejado 4,1 millones de dinero muerto, pero los Packers habr¨ªan recuperado 11 millones limpios que les habr¨ªan venido de lujo para hacer las primeros regad¨ªos en la secundaria de Marte, y empezar el primer asentamiento de una defensa de altura.
Los que se quedaron y viajaron al espacio exterior
Para que nadie crea que tengo man¨ªa a Thompson, o a los marcianos, el general manager consigui¨® mantener una pieza clave, como es Nick Perry, que el a?o pasado resucit¨® de entre los muertos despu¨¦s de que sus cuatro primeros a?os como profesional fueran un fracaso. Sin embargo, pagarle 60 millones en 5 a?os, cuando solo ha jugado al nivel esperado cuando se vio entre la espada y la pared, con un contrato de un a?o, vuelve a confirmar la tendencia de Thompson a aflojarse el bolsillo con los de casa, como si fueran sus nietos durante las fiestas del pueblo, cuando tal vez deber¨ªa abrirse a descubrir lo que hay en el resto del mundo.
Ahora solo hay que mirar que se han ido T.J. Lang, J.C. Tretter, Jared Cook, Eddie Lacy, Micah Hyde, Datone Jones o Julius Peppers para pensar que, aunque muchas de esas bajas sean l¨®gicas, los Packers, un a?o m¨¢s, han salido perdiendo m¨¢s que ganando en la agencia libre.
Y tendr¨¢n que encontrar cornerbacks de calidad, al menos un linebacker interior y sustituto de Peppers en un draft para enmarcar. Sin olvidar un running back de verdad, que lo de Montgomery reconvertido y la renovaci¨®n de Christine Michael siguen pareciendo marcianadas.
Otra vez, esclavos del draft
Los Packers vuelven a encomendarse al draft para construir un equipo lastrado por los sueldos altos y los complejos en la agencia libre. Aaron Rodgers, ese s¨ª que es un marciano, es capaz de llevar esa nave descompensada hasta la final de conferencia casi cada a?o, pero todos tenemos la sensaci¨®n de que se est¨¢ desaprovechando un quarterback irrepetible y una plantilla que podr¨ªa haber sido din¨¢stica de ser mejorada con m¨¢s ambici¨®n.
Y as¨ª, un a?o m¨¢s, Aaron Rodgers llam¨® hace unos d¨ªas a Ted Thompson a trav¨¦s de los medios de prensa, suplicando dos refuerzos en defensa como lo ¨²nico que pide para aspirar al anillo. Descolg¨® el tel¨¦fono, marc¨® el n¨²mero y habl¨® congestionado: ¡°?La Tierra llamando a los Packers! ?La Tierra llamando a los Packers!¡± Y despu¨¦s de varios segundos de espera angustiosa, colg¨® desesperado y grit¨® ¡°???Dios m¨ªo, nadie contesta!!!¡±
?seguir¨¢ operativa la base marciana de Thompson? Se buscan voluntarios para una misi¨®n de rescate.