Primus inter pares: con ustedes... todos los comisionados de la NFL
Hemos conocido comisionados de la NFL que revalorizaron el producto, fueron ben¨¦ficos para los aficionados y protectores para los jugadores¡

Y para nombrarle, Hay eligi¨® a alguien de su confianza. A su mejor corredor. Al m¨ªtico Jim Thorpe. Y es que si lo que se pretend¨ªa era colocar en la presidencia inaugural a una figura de prestigio, en aquel gridiron no hab¨ªa otro de su carisma, talento y condiciones. Doble oro en decatl¨®n y pental¨®n en las olimpiadas de Estocolmo de 1912; busto en Canton tras jugar entre 1915 y 1927 en siete conjuntos de la NFL; profesional del baseball con Giants, Braves y Reds. Probablemente no haya habido un deportista de la versatilidad y condiciones como Jim Thorpe en la historia, una verdadera leyenda en vida, con esa ascendencia mestiza, donde la sangre india y la cauc¨¢sica se unieron en un irrepetible prodigio competitivo. En aquellos a?os de precariedad, su mayor logro personal como presidente de la liga fue llevar a sus Bulldogs a Nueva York para un partido contra los All-Americans, en el que los locales ganaron 7-3 ante m¨¢s de 20.000 aficionados reunidos en el Polo Grounds, un ¨¦xito extraordinario para la incipiente y ca¨®tica competici¨®n. No en vano, al final de aquella primera temporada hasta cuatro equipos reclamaban el t¨ªtulo, lo cual se resolvi¨® en una reuni¨®n donde adem¨¢s de entregar la primera Brunswick-Balke Collender Cup a los de Akron, Joseph Carr, el due?o de los Columbus Panhandles, fue nombrado nuevo presidente de la liga.

En estos inestables inicios, cada uno acercaba el ascua su sardina, y de esa forma, el nuevo presidente lo primero que hizo fue trasladar la sede de la APFC a Columbus, redactando a continuaci¨®n unos estatutos de la liga y programando un calendario de competici¨®n y un n¨²mero m¨ªnimo de partidos de liga que deb¨ªan disputarse para optar al t¨ªtulo. Asimismo, se esforz¨® en dotar de estabilidad a las franquicias, cuya deriva era absolutamente imprevisible. Entre 1920 y 1932 m¨¢s de cuarenta equipos transitaron por la liga, manteni¨¦ndose ¨²nicamente de los miembros originales los Bears y los Cardinals. En aquellos a?os, diecinueve equipos duraron un a?o (el Tonawanda Kardex, s¨®lo un partido). Por ello, Carr apost¨® por las grandes ciudades con recursos. Y as¨ª logr¨® que Tim Mara respaldase un equipo en la ciudad de Nueva York, as¨ª como poco despu¨¦s en Pittsburgh los Rooney o en Philadelphia Bell.
Otra de las obsesiones de Carr fue el de la profesionalizaci¨®n de la competici¨®n, para lo cual, en 1925 introdujo un contrato profesional estandarizado para el jugador, de manera que ¨¦ste no pudiera abandonar inopinadamente un equipo a mitad de temporada, creando tambi¨¦n la tan vigente figura de la agencia libre.
El primer asunto delicado al que tuvo que enfrentarse la nueva figura presidencial fue la constante alineaci¨®n fraudulenta de jugadores universitarios. Y quien pag¨® los platos rotos fueron los Green Bay Packers, a quienes su operativa ilegal les cost¨® la expulsi¨®n de la competici¨®n, y ¨²nicamente la aparici¨®n del m¨ªtico Lambeau logr¨® salvar la hist¨®rica franquicia. Al hilo de las tensas relaciones entre el college y los pross, Carr fue el art¨ªfice tambi¨¦n de una disposici¨®n que imped¨ªa a los universitarios firmar con equipos profesionales hasta despu¨¦s de su graduaci¨®n, protegiendo as¨ª tanto al jugador como a la competencia universitaria.
A la muerte de Carr, le sustituy¨® en el cargo Carl Strock, ex propietario de los Dayton Triangles, quien ejerci¨® en realidad de dirigente-puente entre la etapa presidencial y el periodo de comisionados, que se inaugurar¨ªa tan solo dos a?os despu¨¦s de su llegada.
En efecto, el 17 de enero de 1941, los patrones de la NFL, siempre a remolque de la por entonces imbatible liga de baseball, modificaron sus estatutos y, tomando como modelo el Commissioner del bate y sus reforzadas atribuciones ejecutivas, eligieron para el puesto al m¨ªtico miembro de los Four Horsemen (los cuatro excepcionales jugadores de la d¨¦cada de los veinte de Notre Dame), Elmer Layden, firmando un contrato de cinco a?os con un salario anual de $ 20.000. Fue un periodo de extraordinaria dificultad para la NFL, no en vano, la II Guerra Mundial oblig¨® a muchos equipos a fusionarse ante las bajas entre sus jugadores y las dificultades econ¨®micas (Phil-Pitt Steagles y Card-Pitt en 1944) o a cesar en sus operaciones, como fue el caso de los Cleveland Rams en 1943. La crisis econ¨®mica y la aparici¨®n de una nueva competici¨®n rival, como fue All-America Football Conference (AAFC), que arrastr¨® a franquicias hist¨®ricas como los Brooklyn Dodgers de Dan Topping, llev¨® a la dimisi¨®n del primer comisionado de la historia de la NFL el 11 de enero de 1946.

Ese mismo d¨ªa, el co-propietario de Pittsburgh Steelers, Bert Bell, fue elegido para sustituirlo, firmando un contrato de tres a?os a raz¨®n de 20.000 d¨®lares anuales, que le oblig¨® a vender su paquete accionarial de la franquicia acerera a Art Rooney. El primer deber del nuevo comisionado fue recuperar los equipos que disputaban la AAFC, logr¨¢ndolo en 1949 y reestructurando la NFL en dos divisiones competitivas: la Nacional y la Americana.
Si hubiera que sintetizar en tres actos y un ep¨ªlogo la trayectoria de Bell como commissioner, deber¨ªa recordarse su feroz lucha contra las apuestas ilegales y la participaci¨®n de jugadores en las mismas; el establecimiento de un sistema ponderado de ingresos, de manera que los equipos radicados en mercados menos competitivos econ¨®micamente no se vieran perjudicados y, desde luego, fue el responsable de los c¨¦lebres blackout televisivos en las ciudades donde ese d¨ªa jugara la franquicia local, en un intento de estimular la asistencia a los estadios.
En cuanto al ep¨ªlogo, este hombre de football muri¨® viendo football. El 11 de octubre de 1959 en el Franklin Field de Filadelfia, mientras asist¨ªa a un partido entre el equipo que cofund¨®, los Eagles y los Steelers, del que hab¨ªa sido copropietario de 1941 a 1946, un infarto acab¨® con su vida. No es mala forma de morir.

Lo repentino de este final supuso la llegada de otro comisionado transitorio, en este caso el que fuere tesorero de la NFL, Austin Gunsel, encargado de convocar la reuni¨®n m¨¢s larga de la historia de la liga. Los propietarios fueron convocados por primera vez el 20 de enero de 1960 y tras ocho votaciones, ning¨²n candidato alcanz¨® los dos tercios de votos necesarios para ser elegido. Una nueva reuni¨®n y seis votaciones despu¨¦s, segu¨ªa la NFL sin fumata blanca. En un intento de poner fin al bloqueo, Rooney puso sobre la mesa siete candidatos de compromiso a los propietarios; el ex congresista y subdirector de la NFL Samuel A. Weiss; Ray Benningsen, ex director general de Cleveland Rams; Chile Walsh, abogado de Filadelfia; Frank Sullivan, ex gobernador de Kentucky y comisionado de b¨¦isbol; Happy Chandler, gerente general de Detroit Pistons; W Nicholas Kerbawy, y el abogado Don Miller. Ninguno de ellos alcanz¨® el qu¨®rum requerido y por tercer d¨ªa consecutivo los propietarios no pudieron elegir un comisionado. Y as¨ª ocurri¨® el cuarto, el quinto, el sexto y el s¨¦ptimo d¨ªa de la extenuante reuni¨®n. Al la siguiente convocatoria, los que apoyaban al candidato Leahy, Wellington Mara y Paul Brown esencialmente, advirtieron que su caballo nunca alcanzar¨ªa la confianza del resto de propietarios, por lo que se ofreci¨® al gerente de Los Angeles Rams, Pete Rozelle, quien a la postre fue capaz de desbloquear la designaci¨®n.

El contrato original de Rozelle en 1960 era de $ 50.000 anualmente por tres a?os. En mayo de 1962, se le concedi¨® un bono de $ 10,000 para 1961 y un nuevo contrato de cinco a?os a raz¨®n de $ 60,000 por a?o. Empezaba la Era Rozelle. Y se inciaba con un cisma de proporciones estelares. La American Football League (AFL) no era la AAFL. Para empezar, al frente de la AFL hab¨ªa un tal Al Davis. La solvencia y carisma de sus franquicias, las innovaciones reglamentarias y en la indumentaria, la inteligente gesti¨®n de sus derechos televisivos o el creciente trasvase de jugadores desde la preeminente NFL a la ne¨®fita AFL (Roman Gabriel, John Brodie o Mike Ditka) eran todos ellos factores que amenazaban muy seriamente la solidez del negocio que gestionaba Rozelle. El dinero es extraordinariamente miedoso y as¨ª, los asustados propietarios de la NFL, sin el conocimiento de Rozelle, iniciaron discretas negociaciones con sus hom¨®logos de la AFL, que tampoco dijeron nada a Davis. En otras palabras, el c¨¦lebre Merger, punto de inflexi¨®n del nuevo concepto competitivo y piedra angular del Super Bowl, no fue obra de Rozelle, sino de las gestiones en la sombra de los patrones de una y otra liga, bien coordinadas por el verdadero mu?idor de la fusi¨®n, que no fue otro que Lamar Hunt. Al Davis nunca perdon¨® a sus colegas el acuerdo de fusi¨®n, neg¨¢ndose a mantenerse como presidente de la AFL, al rebufo de Rozelle. (En 1981, los Oakland Raiders ganaron el Super Bowl. Como comisionado, Rozelle tuvo que entregar el trofeo a Al Davis. Dice los maledicentes, que el comisionado utiliz¨® ambas manos para entregar el Lombardi de modo que no tuviera que estrechar la mano de su archienemigo)

Superadas las turbulencias secesionistas de los a?os sesenta, la d¨¦cada siguiente fue pl¨¢cida para el plenipotenciario Rozelle, expandi¨¦ndose la NFL, consolid¨¢ndose el Monday Night Football como fen¨®meno televisivo a nivel nacional y erigi¨¦ndose el Super Bowl como el epicentro medi¨¢tico-deportivo de la temporada. Las cosas, no obstante, cambiaron en los ochenta. Huelgas de jugadores, estallido de la burbuja inflacionista pre?ada durante la anterior d¨¦cada, episodios relacionados con el consume de drogas, especulaci¨®n con la radicaci¨®n de las franquicias, la aparici¨®n de la ef¨ªmera pero incomoda United States Football League (USFL y Donald Trump con ella), todo ello llev¨® al eterno Pete a retirarse el 5 de noviembre de 1989, tras casi treinta a?os de un mandato que, con toda su densidad, nunca podr¨¢ desligarse de un hito que le marcar¨ªa durante toda su trayectoria y a¨²n despu¨¦s: la gesti¨®n del duelo tras el magnicidio de Dallas. A las 14.22 EST horas del d¨ªa 22, es decir, 1 hora y treinta y tres minutos despu¨¦s del fallecimiento del Presidente Kennedy en el Parkland Hospital, Walter Conkrite, el presentador estrella de la CBS pronunciaba la ya hist¨®rica frase: ¡°We just have a report from our correspondent Dan Rather in Dallas, that he has confirmed President Kennedy is dead...¡± Por tanto, Pete Rozelle, poco antes de las 15.00 horas pudo tener conocimiento del deceso. Habida cuenta de que la mayor¨ªa de las franquicias viajaba el viernes para disputar el partido del domingo, el margen era extraordinariamente estrecho para que el comisionado de la NFL adoptara una decisi¨®n en torno a la suspensi¨®n o no de la jornada. No obstante, algunos equipos se adelantaron al propio Rozelle. Eagles y Redskins, desde el primer momento, se opusieron a jugar. Por el contrario, numerosos conjuntos de football universitario, cuyos partidos se jugaban el s¨¢bado 23, decidieron no posponer los encuentros, incluyendo instituciones tan importantes como Oklahoma, Nebraska, Florida State o Auburn. Es m¨¢s, Wake Forest jug¨® en North Carolina State el propio viernes por la noche, mientras se practicaba la autopsia al cuerpo del Presidente en el Naval Hospital de Bethesda. Una de las primeras llamadas que realiz¨® esa tarde Rozelle fue a su buen amigo Art Rooney, el propietario de los Steelers. The Chief fue franco con el comisionado, y le sugiri¨® que cancelara la jornada, aunque si adoptaba otra decisi¨®n, le apoyar¨ªa igualmente.

La balanza de Rozelle se inclin¨® definitivamente a favor de jugar despu¨¦s de la conversaci¨®n telef¨®nica que mantuvo con el secretario de prensa de JFK, Pierre Sallinger. Rozelle hab¨ªa sido compa?ero de Sallinger en la Universidad de San Francisco, y manten¨ªan por tanto una estrecha relaci¨®n. El secretario de prensa, que viajaba hacia Estados Unidos desde Jap¨®n sobre las 18.00 horas del viernes 22, le implor¨® a Rozelle que no suspendiera la jornada: ¡®Jack would say we should play,¡¯ adem¨¢s, le dijo, mantener la normalidad del football, servir¨ªa para aliviar el luto de una naci¨®n devastada. La presi¨®n sobre Rozelle fue extraordinaria, m¨¢s si cabe cuando la competici¨®n adversaria, la reci¨¦n creada AFL, horas antes hab¨ªa suspendido fulminantemente la jornada en se?al de respeto. La postura de Rozelle fue duramente criticada por los medios ¨C Red Smith, del New York Herald escribi¨®:, ¡°In the civilized world, it was a day of mourning. In the National Football League, it was the 11th Sunday of the business year, a quarter-million dollar day at Yankee Stadium.¡¯¡¯-, que no comprend¨ªan como ante tama?a tragedia, se planteara siquiera la trivialidad de jugar un partido de football. Rozzelle, que el domingo por la ma?ana acudi¨® a misa y luego al Giants-Cardinals en el Yankee Stadium, se limit¨® a contestar: ¡°It has been traditional in sports for athletes to perform in times of great personal tragedy. Football was Mr. Kennedy¡¯s game. He thrived on competition¡± A?os despu¨¦s, Rozelle reconocer¨ªa que fue la peor decisi¨®n en sus 29 a?os como comisionado.
La retirada de un icono como Rozelle supuso una revisi¨®n del modelo directivo en la NFL, planteando la posibilidad de articular una direcci¨®n bic¨¦fala, una encargada de supervisar la integridad del juego y otra, de los aspectos econ¨®micos y comerciales. Se constituy¨® un comit¨¦ de selecci¨®n compuesto por Wellington Mara, Lamar Hunt, Art Modell, Robert Parins, Dan Rooney y Ralph Wilson, que elaboraron una relaci¨®n final de cinco aspirantes: el gerente de los Saints, Jim F. Finks y m¨¢ximo favorito; el presidente y director ejecutivo de la Sports and Exposition Authority, Robert E. Mulcahy III; el ex end de Green Bay Packers y empresario Willie Davis; el ex presidente del Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata Paul G. Kirk y el abogado de la liga Paul Tagliabue. Como ocurriese treinta a?os antes, el que estaba llamado a suceder a Rozelle, Finks, no logr¨® reunir los votos necesarios en una primera votaci¨®n, form¨¢ndose un segundo comit¨¦ integrado esta vez por Mara, Hunt, Mike Lynn, Ken Behring, John Kent Cooke y Al Davis, sin que tampoco lograran alcanzar un acuerdo. Este comit¨¦ present¨® a los propietarios cuatro finalistas: Willie Davis, Jim Finks, Paul Tagliabue y el ex presidente republicano del Comit¨¦ Estatal de Nueva York, J. Patrick Barrett. La segunda reuni¨®n de propietarios termin¨® en un empate con trece votos para Finks y trece para Tagliabue. A la tercera fue la vencida y merced a la mediaci¨®n de Dan Rooney, se lleg¨® al acuerdo de elegir como comisionado al letrado Paul Tagliabue y como responsable de operaciones a Finks, el cual declin¨® la oferta, concentr¨¢ndose de nuevo todos los poderes en el comisionado elegido.
Tras unos primeros a?os de mandato caracterizados por la m¨¢s importante operaci¨®n de expansi¨®n en d¨¦cadas, con seis nuevas franquicias en otras tantas ciudades, Tagliabue tuvo tambi¨¦n su particular Dallas, pero multiplicado por 3.000. Si Rozelle no suspendi¨® la competici¨®n tras el asesinato de JFK, el nuevo comisionado no dud¨® en cancelar toda la jornada tras el 11-S, lo que supuso el traslado ya definitivo del Super Bowl al mes de febrero.
Existe cierto consenso en considerar a Tagliabue, a pesar de las reticencias que suscit¨® al inicio, dado su escaso pedigr¨ª futbolistico, como el mejor comisionado que tuvo nunca la NFL, siendo incontrovertible que en su trayectoria no se produjeron ni huelgas ni cierres patronales, muy probablemente por el ecu¨¢nime reparto y el equilibrio en los ingresos de las distintas franquicias, a lo que coadyuv¨® sin duda los extraordinarios contratos firmados con las cadenas de televisi¨®n. La definitiva explotaci¨®n de la marca NFL en el interior y en el exterior; el apoyo y financiaci¨®n de programas de football juvenil; las ayudas y subvenciones para la construcci¨®n de hasta diecisiete nuevos estadios o una pol¨ªtica decididamente intolerante con el abuso de sustancias estupefacientes, convirtieron a la NFL, durante la era Tagliabue, en la primera y mas lucrativa liga profesional estadounidense, resultando elocuente su poder disuasorio, en el sentido de que, salvo la astracanada de la XFL, ning¨²n grupo empresarial sensato se le ocurri¨® competir con un producto alternativo a la todopoderosa NFL. Hoy, Tagliabue, ejerce a¨²n como Senior Of Counsel en la prestigiosa firma Covington&Burling.

Y as¨ª hemos llegado a Roger Goodell, lacayo primero de Lamar Hunt en la AFC y protegido despu¨¦s de Paul Tagliabue en el sector de operaciones, el 8 de agosto de 2006 fue elegido como sustituto de su mentor, quien por su ¨²ltimo contrato se embols¨® la suma de ocho millones de d¨®lares.
Toda vez que Goodell est¨¢ actualmente In Office, ser¨ªa injusto trazar un perfil concluyente de su gesti¨®n. Por ello, me limitar¨¦, con permiso de Mariano Tovar, a reproducir un breve texto de nuestro jefe, tan acentuadamente sint¨¦tico de todo lo que, hasta la fecha, representa Roger Goodell, que ser¨ªa est¨²pido pretender a?adir algo a lo que resulta inmejorable. Ojo, lo escribi¨® en agosto de 2013, as¨ª que con toda seguridad se qued¨® corto.
?As¨ª es Goodell, mi ni?o. El comisionado de las huelgas, de los cambios de reglamento y de solo-me-quedaba-tocarle-las-pelotas-al-p¨²blico-y-ya lo-he-conseguido. Los jugadores est¨¢n hartos, los ¨¢rbitros est¨¢n hartos, los aficionados estamos hartos y t¨² eres rico. Chaval, vete a gastarte la pasta y d¨¦janos en paz de una vez.???FIRE GOODELL!!!?
??Cuidado Mariano, que nos multa!!
