Colin Kaepernick: pol¨ªtica, racismo... y un mal quarterback
El ex QB titular de los San Francisco 49ers sigue sin equipo a pesar del pedigr¨ª que tiene como jugador que ha estado presente en una Super Bowl.
La carrera de Colin Kaepernick es una oda al exceso. En una sociedad polarizada, donde la opini¨®n publicada navega a la deriva en las feroces aguas de las redes sociales, su figura adquiere el tama?o de las grandes met¨¢foras y todas las teor¨ªas de la conspiraci¨®n le caben entre pecho y espalda. Demasiado tentador como para dejarlo pasar. Demasiado f¨¢cil apretar el gatillo de los prejuicios como para reflexionar un m¨ªnimo sobre su verdadera posici¨®n en la NFL. Y es que, en su actual historia, se mezcla el racismo, la pol¨ªtica... y el hecho de que es un mal quarterback.
Dos instantes sirven como ejemplo de los extremos de su carrera. El primero, por orden cronol¨®gico, es la cuasi remontada del 3 de febrero de 2013, en la Super Bowl XLVII, cuando las luces del Superdome de Nueva Orleans se apagaron y con ellas los Baltimore Ravens. En el retorno a la acci¨®n, unos desatados San Francisco 49ers estuvieron a punto de rematar una victoria ¨¦pica. Se quedaron a una jugada.
El segundo ocurri¨® el pasado 14 de agosto cuando, en un partido de pretemporada, el jugador se neg¨® a ponerse de pie durante la interpretaci¨®n del himno norteamericano en se?al de protesta por la brutalidad policial contra los afroamericanos, algo que desat¨® una tormenta de opiniones y juicios raciales y pol¨ªticos de toda ¨ªndole.
Son esos dos puntos los que nos tienen a¨²n pendientes de Colin Kaepernick. Uno de hace m¨¢s de cuatro a?os y el otro no relacionado con el deporte.
Sin trabajo por pol¨ªtica
Porque resulta que Colin Kaepernick no tiene equipo. Con la llegada del nuevo r¨¦gimen a los 49ers, Kyle Shanahan de entrenador y John Lynch de general manager, el jugador pidi¨® ser libre un minuto antes de que le cortaran. Y, en la agencia libre, su tel¨¦fono no ha sonado.
?Por qu¨¦? ?Cual es el motivo fundamental para que en un mercado en el que quarterbacks como Geno Smith, E.J. Manuel o Matt Barkley han encontrado trabajo a¨²n est¨¦ desempleado Kap?
La teor¨ªa de la conspiraci¨®n, y su siempre fiel y ruidoso s¨¦quito, se ha lanzado a explicar que todo tiene que ver con su posicionamiento pol¨ªtico. Est¨¢ mal visto un tipo comprometido. Puede dar problemas entre las aficiones y en el vestuario.
Y, desde luego, bien podr¨ªa ser un factor.
En sitios como Buffalo, por ejemplo, Kaepernick fue recibido con enorme hostilidad en la pasada visita de los 49ers a los Bills. El due?o de los New York Jets tiene una gran relaci¨®n con el Partido Republicano. En Texas, donde Houston busca QB, no parecen muy proclives a este tipo de actitudes contra la bandera del pa¨ªs. Cleveland no es la cuna del progresismo, precisamente. Algunos de los lugares donde m¨¢s sentido podr¨ªa tener Colin como jugador podr¨ªan tener un dif¨ªcil encaje social con su figura.
El propio entorno de Kaepernick sabe que esto tiene parte de verdad cuando a?aden, sin que nadie les pregunte, que este a?o s¨ª que va a respetar el himno porque ha notado ciertos avances sociales en su pa¨ªs. Que, huelga decirlo, suena a una muy pobre excusa.
Sin trabajo por deporte
Sin embargo, y aunque lo anterior pueda tener cierto peso, lo verdaderamente cierto es que Colin Kaepernick ha sido un desastre de QB en los ¨²ltimos a?os. Su porcentaje de completados no ha llegado al 60% en ninguna de las dos ¨²ltimas temporadas, y eso teniendo en cuenta que las yardas por intento de pase han sido las m¨¢s bajas de su carrera, sin alcanzar las 7.0 ni en 2015 ni en 2016.
Adem¨¢s, y al menos de momento, no ha querido aceptar un contrato de muy poco dinero, muy poco garantizado que, esencialmente, se convierta en un a?o de prueba, para demostrar si tiene nivel para seguir en la liga.
Y es que el argumento pol¨ªtico y racial se puede desmontar con cierta facilidad. Jugadores de la NFL muy comprometidos con la lucha por los derechos de los afroamericanos como Richard Sherman, Michael Bennett, Martellus Bennett, Kenny Stills, Marcus Peters, Devin McCourty, Malcolm Jenkins, D.J. Fluker o DeSean Jackson, no s¨®lo siguen teniendo empleo sino que algunos de ellos tambi¨¦n han salido a la agencia libre este a?o y han conseguido sus contratos. Nadie ha sacado el tema pol¨ªtico a relucir en estos casos.
Porque, evidentemente, los problemas de relaciones p¨²blicas y opiniones controvertidas tienen un efecto, y no muy grande, siempre y cuando el apartado deportivo sea sospechoso. Si eres de los que rindes en el campo, esos problemas desaparecen como por arte de magia.
Es por eso que el reciente movimiento a favor de que Colin Kaepernick tenga una nueva oportunidad en la liga (que la tendr¨¢, de eso estoy seguro, s¨®lo que a un precio y en un rol que a¨²n no est¨¢ dispuesto a aceptar) falla al insistir en que sus opiniones pol¨ªticas no deben ser un impedimento para su contrataci¨®n. Y es que para llegar a ese punto, antes ha de convencerse a los equipos de que es un jugador ¨²til para ellos; esa parte es la que mejor explica su situaci¨®n y, sin embargo, de la que menos se habla.