¡°En la transici¨®n mandaron el boxeo a las catacumbas¡±
David Gistau presenta en AS su ¨²ltima novela, en la que se mezclan el boxeo, las mafias y los bajos fondos, la alta sociedad y el mundo del espect¨¢culo y la far¨¢ndula. Boxeo en vivo: Russell Jr. vs Diaz
?Qu¨¦ le enganch¨® del deporte del boxeo?
Debe ser la ¨²nica pasi¨®n que no he heredado de mi padre. Me lo invent¨¦ yo solito. Hab¨ªa un gimnasio cerca de mi casa y nos apeteci¨® probar, sin m¨¢s.
?No le cautiv¨® nadie?
Hombre, mi generaci¨®n coincidi¨® con la explosi¨®n de Poli D¨ªaz, que fue un fen¨®meno cuando el boxeo estaba muy deprimido en Espa?a. Luego vino Javier Castillejo, que siendo un boxeador mejor y m¨¢s campe¨®n, no era tan carism¨¢tico como Poli. La gran noche pugil¨ªstica de mi generaci¨®n fue cuando nos quedamos en vela para ver a Poli contra Pernell Whitaker en Virginia.
?El boxeo es un fil¨®n para la novela negra?
Los profesionales est¨¢n un poco enfadados con esto. Dicen que los clich¨¦s de la novela negra estigmatizan el boxeo. Muchos han formado su opini¨®n de este deporte por las pel¨ªculas de g¨¢nsters. Creen que el clich¨¦ cultural se ha comido el deporte. Y en parte tienen raz¨®n. Yo mismo he cometido ese error en la novela. Pero yo no he escrito un reflejo period¨ªstico del mundo del boxeo en Espa?a. Es una novela negra, donde todo se dramatiza y se inventan delitos que no existen en la realidad.
?Qu¨¦ novelas de boxeo fueron referentes para usted?
La que m¨¢s, ¡®M¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda¡¯, de Budd Schulberg. Luego se hizo una peli con Humphrey Bogart. Dentro de que yo soy un gran admirador de la novela americana, el autor en particular que m¨¢s se parece a lo que he querido hacer es Budd Schulberg. La suya es una novela muy s¨®rdida y poco condescendiente con el boxeo, muy negra, de g¨¢nsters que exprimen a los boxeadores y luego los dejan tirados. Mi novela quiere parecerse a esa en el ambiente, siendo Schulberg infinitamente mejor a cualquier cosa que yo pudiera hacer, evidentemente. Para m¨ª, Schulberg es mejor que Hemingway y Scott Fitzgerald, es un t¨ªo incre¨ªble¡
Usted le dedica su novela a Garci y a Germ¨¢n Areta...
A parte de que Garci es muy amigo m¨ªo, compartimos la fascinaci¨®n por esa novela americana de los 40, 50 y 60. Se la dediqu¨¦ a ¨¦l y al personaje de ¡®El crack¡¯, porque Germ¨¢n Areta es Alfredo Landa, ya que me pareci¨® que Garci quiso hacer con la pel¨ªcula lo mismo que hice yo con el libro. Garci agarr¨® el mundo de Raymond Chandler, de los detectives de Estados Unidos, y lo trajo a la calle Leganitos y lo puso a jugar al mus. Yo he agarrado el mundo de Schulberg, de los boxeadores de los a?os 50, los he tra¨ªdo al Lucero y los he puesto a comer gallinejas. Es el mismo experimento.
?C¨®mo es ese ambiente del boxeo en realidad?
Mucho m¨¢s honesto de lo que parece en mi libro. Y en Espa?a mucho m¨¢s precario, porque aqu¨ª este deporte est¨¢ un poco abandonado. Es un mundo de poca gente con muy buena relaci¨®n entre ellos y con un sentido de la fraternidad potenciado, porque se sienten abandonados por las televisiones y por los prejuicios. Es un mundo que, adem¨¢s, tiene mucha vocaci¨®n de escuela de hombrecitos. Es la misi¨®n autoimpuesta de dar valores a los chicos que boxean. Luego, no son muchos los gimnasios que preparan profesionales, y hay mucha relaci¨®n entre ellos tambi¨¦n.
?C¨®mo le acogieron a usted en ese mundo?
Muy bien¡ No es un mundo hostil. Los boxeadores est¨¢n deseando que se ocupen de ellos. Yo he intentado escribir siempre en los peri¨®dicos de boxeo, pero no en plan literario, sino de las veladas. Y eso ha producido mucho agradecimiento.
?Hizo mucha labor de campo para escribir la novela?
Fue un proceso involuntario. Llevo ah¨ª metido los cuatro o cinco ¨²ltimos a?os, boxeando en plan amateur, y he conocido gente. Me han contado an¨¦cdotas que han ido quedando en la memoria como material posible para hacer esto alg¨²n d¨ªa. Y eso ha cristalizado en la parte pugil¨ªstica de la novela. Luego hay otra trama, la de la presentadora (Magda, en la novela) y los cr¨ªmenes. No quer¨ªa una novela s¨®lo encerrada en el boxeo, sino una novela negra. No es un reportaje¡
Claro¡
Usted sabe que a los periodistas nos cuesta mucho inventar. Estamos sujetos a la obligaci¨®n de ser sinceros, honestos. Y cuando te pones a hacer una novela te tienes que repetir varias veces: ¡°Oye, que te lo puedes inventar todo¡¡±. Y se te hace raro decir: ¡®Hala, voy a matar aqu¨ª a un t¨ªo¡¯ (Risas).
En la novela enfrenta dos mundos: el de la far¨¢ndula y el del suburbio. ?Cu¨¢l es m¨¢s honesto?
Pues es algo que he hablado mucho con su director, Alfredo Rela?o, porque ¨¦l hizo muchas cr¨®nicas de boxeo. Era una pasi¨®n popular en la Espa?a en los a?os 70. Hasta el m¨¦dico personal de Franco era el presidente de la Federaci¨®n de boxeo, Vicente Gil. ?l es quien crea a Legr¨¢, a Urtain¡ Es un deporte que gustaba y el r¨¦gimen incluso se decidi¨® a fabricar a grandes boxeadores que fueran lo que Primo Carnera en la Italia de Musolini.
?Y qu¨¦ pas¨®?
Pues que lleg¨® la transici¨®n y hubo una especie de pedagog¨ªa social colectiva con la que se pretendi¨® fabricar al nuevo espa?ol que iba a vivir en la democracia. Y se decidi¨® que el boxeo no iba a gustar. Al nuevo espa?ol, dentro de la reprogramaci¨®n colectiva, se le permitieron los toros, pero no el boxeo. Y mandaron ese deporte a las catacumbas sociales. De repente empez¨® a tener mala imagen y se convirti¨® en una cosa de g¨¢nsters y macarras. La ¨²nica excepci¨®n a eso fue Poli D¨ªaz.
Hablaba de f¨²tbol y toros, dos formas muy dram¨¢ticas para poder salir de pobre¡
Y el futbolista tambi¨¦n, aunque es menos tr¨¢gico, porque no se juega la vida ni le pegan. Pero el futbolista tambi¨¦n est¨¢ en ese camino entre la riqueza y la pobreza. Los ¨²nicos deportes que no est¨¢n en ¨¦l son los universitarios, como el baloncesto, que no es un redentor de pobres al menos en Europa, porque en EE UU s¨ª se juega en los guetos. En cambio, el boxeo y los toros tienen ese componente tr¨¢gico. Es lo que dijo Tyson cuando le preguntaron qu¨¦ habr¨ªa sido en otra vida.
?Qu¨¦ contest¨®?
Ejecutor de silla el¨¦ctrica (risas). Y es verdad.
?Y el boxeo real?
Tiene los ¨ªndices de crueldad de cualquier deporte en el que se puede ganar o perder. La derrota es cruel para todo el mundo, seas boxeador o futbolista. Eso, sin negar el componente violento que tiene el boxeo, que puede afectar a la salud de sus protagonistas. Pero, del mismo modo, es un deporte que tiene resortes de protecci¨®n: ¨¢rbitros que paran la pelea, cuentas protectoras¡ Eso no se hac¨ªa hace 30 a?os.
En la novela hay dos combates de boxeo apasionantes.
Sobre todo el segundo. Est¨¢ inspirado en el que hicieron Nicol¨¢s Gonz¨¢lez y Rub¨¦n Nieto por el campeonato de Europa del superligero el verano pasado. Fue un combate soberbio en el que se cayeron los dos boxeadores al suelo al menos una vez. Lo vimos en La Cubierta de Legan¨¦s y la gente se qued¨® de pie, alucinando. Fue tremendamente intenso y bonito. Gan¨® Rub¨¦n Nieto. La ¨²nica diferencia es que ese combate lo pararon antes de que ocurriera lo que ocurri¨® en el m¨ªo de la novela. Ese fue mi homenaje silencioso a esos dos boxeadores que protagonizaron un combate tan bonito.
?En qu¨¦ momento est¨¢ ahora el boxeo profesional en Espa?a?
El otro d¨ªa lo comentaba con Jero, mi entrenador. Vimos un anuncio de un detergente en el que un ni?o se manchaba la camiseta con barro no jugando al f¨²tbol, sino peg¨¢ndole a un saco. ?Qu¨¦ marca habr¨ªa querido relacionar su imagen con el boxeo hace unos a?os?
Sigue el combate entre?Gennady Golovkin vs Daniel Jacobs