Una nueva, y estupenda, vida sin Big Papi

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El d¨ªa en que pierdes a una leyenda es el mismo d¨ªa en el que tu equipo, o tu franquicia, comienza un proceso de adaptaci¨®n que, en la mayor¨ªa de los casos, conlleva tragos amargos y falta de una personalidad definida. Las grandes figuras provocan ese fen¨®meno con sus ausencias.

M¨¢s a¨²n en el deporte norteamericano donde se juntan dos factores que acent¨²an esta sensaci¨®n. Una es la fijaci¨®n individual y la creaci¨®n de h¨¦roes deportivos y la otra son las limitaciones salariales que hace que las reconstrucciones sean largas tras pagar mucho dinero a jugadores en la cuesta abajo de su carrera.

Los Boston Red Sox est¨¢n viviendo esa situaci¨®n. A sus cuarenta a?os David Ortiz, Big Papi, ha dicho adi¨®s a los campos de juego. Lo hizo la pasada temporada en un tour de despedida que fue emocionante y generoso con una de las figuras m¨¢s importantes del b¨¦isbol en el siglo XXI.

Es por eso que, ahora, hu¨¦rfanos de su presencia, en Boston deber¨ªan tener que pasar por una ¨¦poca de indefinifici¨®n y dudas, con una plantilla cogida con alfileres y una afici¨®n ansiando un respuesto para sus loas y sus camsietas recien compradas, poco menos que un renacer.

?No?

Pues no. En absoluto. Los Red Sox de 2017 son la ant¨ªtesis de todo lo que he contado antes porque son el raro caso en el que siguen siendo uno de los grandes favoritos a ganar las World Series a pesar de perder a uno de sus mejores hombres.

Porque, ojo, Big Papi no s¨®lo es una leyenda sino que el curso pasado fue el mejor arma ofensiva de todo el equipo. Es decir, el boquete que deja es m¨¢s que emocional: es tambi¨¦n de n¨²meros.

Lo que pasa es que el ataque de los Red Sox es tan formidable que no les va a quedar tiempo para echar de menos al que fuera su h¨¦roe.

Ya el a?o pasado se vio que Mookie Betts ten¨ªa alma de MVP, y a su edad no parece que vaya a cejar en el empe?o de convertirse, si es que no lo es ya, en uno de los mejores jugadores del mundo de manera indiscutible. Y, a su lado en el outfield, hay un mont¨®n de talento joven. Tampoco les faltan veteranos como Ram¨ªrez o Predoia.

Y, por si todo eso fuera poco, se hicieron con la gran joya del mercado de este a?o al traspasar por Chris Sale y convertir su rotaci¨®n de pitchers en una de las m¨¢s imponentes de la Liga Americana.

S¨ª, se han quedado sin Big Papi, pero, no, eso no les baja de ser m¨¢ximos contendientes a todo.

El detalle hist¨®rico

No hay muchos equipos que puedan presentar un equipo m¨¢s balanceado en bateo, pitcheo y defensa que los Medias Rojas, quienes cuentan con estrellas en todas sus l¨ªneas. Pese al retiro de su bateador insignia de la ¨²ltima d¨¦cada, la ofensiva luce indomable. Adem¨¢s, Boston apost¨® fuerte para adquirir la ¨²ltima pieza de un rompecabezas de campeonato con la llegada del zurdo Chris Sale para encabezar una rotaci¨®n que ya cuenta con el Cy Young reinante de la Liga Americana, as¨ª como David Price.

Las tres claves del equipo

1. Los zurdos. El equipo tiene gran parte de sus expectativas, por no decir la n¨®mina, fincadas en David Price y Chris Sale. Aunque Sale se ha establecido como uno de los lanzadores m¨¢s consistentes, no se puede decir lo mismo de Price. Y necesitan la mejor versi¨®n de ambos.

2. Detr¨¢s del plato. Tal vez el punto m¨¢s flaco de la novena sea uno de los m¨¢s importantes. Aunque Sandy Le¨®n lo hizo bien en acci¨®n limitada, falta esperar a que el venezolano responda ahora que es el indiscutible en una posici¨®n hist¨®ricamente s¨®lida en Boston.

3. Bye Papi. Con el adi¨®s de David Ortiz se pierde la presencia f¨ªsica y el factor de intimidaci¨®n que lo acompa?aban. A pesar de que los Sox presentan un lineup completo y con su dosis de poder, falta ese nombre que tenga descomunal poder como tarjeta de presentaci¨®n.

Lo mejor

1. Una rotaci¨®n con Porcello, Sale y Price luce dif¨ªcil de vencer en series cortas.

2. Andrew Benintendi parece hecho con el material con el que se fabrican las estrellas.

3. A¨²n sin Ortiz, la ofensiva luce tremenda con Betts, Bradley, Ram¨ªrez y Bogaerts.

Lo peor

1. Salvo Craig Kimbrel, el cuerpo de relevistas luce como una costosa moneda en el aire.

2. La presi¨®n en que Pablo Sandoval responda a su jugoso contrato tras un a?o ausente.

3. David Price esquiv¨® la bala del quir¨®fano en pretemporada. Es una llamada de atenci¨®n.

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