Los Patriots podr¨ªan decidir quedarse con Jimmy Garoppolo

Los rumores sobre los movimientos de los Patriots hay que tom¨¢rselos siempre con muchas reservas. Incluso aunque la fuente sea un periodista tan prestigioso como Adam Schefter:

Bill Belichick no solo es el entrenador principal de New England, tambi¨¦n es su general manager. Y de la misma manera que con ¨¦l es imposible saber el estado real de salud de cualquier jugador de su plantilla, porque domingo tras domingo la mayor¨ªa est¨¢n cuestionables y terminan jugando como si tal cosa, saber a ciencia cierta c¨®mo va a gestionar los movimientos de su plantilla en el mercado es un misterio indescifrable.

Muchos agentes libres

Por poner un ejemplo, los Patriots tienen ahora mismo catorce jugadores que han terminado contrato y que estar¨¢n disponibles en el mercado el pr¨®ximo 9 de marzo. El n¨²mero no difiere mucho del de la mayor¨ªa de los equipos. Sin embargo, si miramos los nombres de la mayor¨ªa, veremos que la lista est¨¢ plagada de jugadores importantes en el equipo que gan¨® hace pocas semanas el anillo. Jabaal Sheard (DE), Martellus Bennett (TE), Chris Long (DE), Alan Branch (DT), LeGarrette Blount (RB), James Develin (FB), Logan Ryan (CB), Duron Harmon (S) o el mism¨ªsimo Dont¡¯a Hightower (LB) han sido o titulares indiscutibles o jugadores de relevo con muchos minutos. Y pese a que New England es el sexto equipo con m¨¢s dinero para gastar en esta agencia libre, no se han puesto en absoluto nerviosos y ni siquiera le han puesto el cartel de jugador franquicia a Hightower, Es m¨¢s, probablemente ni pesta?ear¨ªan si alguien terminara quit¨¢ndoselo.

En el caso de Hightower todos suponemos que el plan de Belichick es no sobrepagar a su estrella defensiva, un tipo que por perfil y mentalidad deber¨ªa ser la ni?a de los ojos de Belichick, que adora este tipo de jugadores. Sin embargo, el entrenador/general manager parece preferir que salga al mercado, explore lo que le pueden ofrecer y regrese de vuelta con esa oferta para que ellos puedan limitarse a igualarla¡­ y todos contentos.

Pero pese a que todos imaginamos que esa es su idea, tampoco nos extra?ar¨ªa que le dejara marchar, como hizo el a?o pasado con Chandler Jones, o mediada la temporada con Jamie Collins. Aquello pareci¨® un terremoto, un ataque de locura del entrenador, y luego vimos que pas¨® el siguiente y ganaron el quinto anillo como si tal cosa.

Garoppolo no es el heredero

Por eso, en el caso de Garoppolo no cuadra del todo la informaci¨®n de Schefter. Con Tom Brady negociando una ampliaci¨®n de contrato a sus 39 a?os, no parece que vean al joven quarterback de 25 a?os como su relevo. Los ojos siguen puestos en Brady y nada hace pensar que el pr¨®ximo vaya a ser su ¨²ltimo a?o. Sin embargo, Garoppolo termina contrato dentro de doce meses y en ese momento, salvo retirada fulminante de Brady que les deje entre la espada y la pared, no es planteable que vayan a renovar su contrato. Eso significa que lo dejar¨ªan marchar y, salvo que alguien le ofrezca un contrato tal jugoso que merezca una ronda alta compensatoria para New England, no sacar¨ªan nada por ¨¦l.

La experiencia dice que Bill Belichick siempre ha intentado sacar tajada de jugadores que estaban en su ¨²ltimo a?o de contrato y a los que no ten¨ªa intenci¨®n de renovar. Para ¨¦l ha sido la mejor manera de sacar beneficio de las bajas seguras, y m¨¢s sabiendo que en muchos casos consigui¨® que esos jugadores subieran su valor en el mercado por encima de sus capacidades gracias al nivel competitivo global del equipo. De hecho, el mismo Belichick es muy aficionado a adquirir jugadores que est¨¢n en su ¨²ltimo a?o de contrato, para evaluarlos durante esos meses y ofrecerles despu¨¦s un premio de larga duraci¨®n si alcanzaban sus expectativas.

Por tanto, y pese al anuncio, no debemos descartar que Belichick siga teniendo en la cabeza hacer un intercambio con Garoppolo, y m¨¢s si damos credibilidad a los rumores que aseguran que el equipo s¨ª ha tenido contactos con franquicias interesadas en hacerse con sus servicios.

Belichick, como todos, no dejar¨¢ escapar una oferta jugosa por un jugador que para ¨¦l puede ser prescindible.