Las ilusiones de los Rockies alcanzan la milla de altura
El equipo de Colorado ha llamado la atenci¨®n de los analistas y hace so?ar a sus aficionados por primera vez en muchos a?os.
Denver, adem¨¢s de ser conocida por la ciudad de la milla de altura, es c¨¦lebre por su abundancia de f¨®siles. En un paseo, cualquiera puede encontrar enormes bivalvos, troncos petrificados o dientes de grandes mam¨ªferos. Estas piezas son tan comunes que cuando se construy¨® el Coors Field, aparecieron restos de dinosauros que habitaron las tierras de Colorado hace 66 millones de a?os. Esa es la raz¨®n por la que la mascota de los Rockies, Dinger, es un dinosaurio.
Los Rockies no quieren que lo ¨²nico que se exponga en sus museos sean estos maravillosos restos y han formado un equipo que ha despertado la curiosidad de muchos analistas.
Sin embargo, los Rockies no firmaron a uno de los primera base disponibles en la agencia libre porque valoraron la polivalencia de Desmond para cubrir el hueco que puede generar una lesi¨®n, un traspaso o la marcha de un agente libre.
Uno de esos agentes libre es el tres veces seleccionado para el Partido de las Estrellas Carlos Gonz¨¢lez. Representado por el omnipotente Scott Boras, el venezolano ha llegado al entrenamiento de primavera afirmando que ¨²nicamente est¨¢ concentrado en la presente temporada. A pesar de su largo historial de lesiones, Gonz¨¢lez ha realizado dos estupendas temporadas y actualmente se encuentra en un discreto tira y afloja con la gerencia de los Rockies.
Pero lo que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n de los analistas es el cuerpo de lanzadores. Los Rockies no cuentan con ning¨²n pitcher abridor mayor de 27 a?os, lo que les hace tener una de las rotaciones m¨¢s j¨®venes de toda la competici¨®n. A esto se a?ade que Jon Gray, que tiene 25 a?os y nombre de fil¨®sofo, se destap¨® como un verdadero ace el curso pasado.
Y como las buenas noticias parece que no terminan para la franquicia de Colorado, Chad Bettis, pitcher diestro, ha recibido informes muy positivos sobre su estado de salud.
Promete ser un a?o muy interesante en el Coors Field pero conviene no excederse en la grada porque cualquiera que lo haga puede terminar en una de las celdas que tiene el estadio. Grada, por cierto, que tiene una fila de asientos morados que se encuentran, exactamente, a una milla de altura.
En los pasos de las Rocosas todav¨ªa se pueden ver las marcas de las carretas de los que llegaron en busca de oro y posteriormente se marcharon hasta la costa del Pac¨ªfico. Los Rockies quieren que Colorado no sea un lugar de paso y que la gloria se quede all¨ª, a una milla de altura.