Los Patriots de Tom Brady se coronan reyes de la historia
Los Falcons ten赤an el partido ganado a falta de ocho minutos y medio, pero New England anot車 31 puntos seguidos para obrar el milagro y ganar en el tiempo extra.
Los Patriots obraron un milagro. Resucitaron a un muerto. Le dieron la vuelta al mundo en ocho minutos imposibles. Y en el tiempo extra. La leyenda de la dinast赤a no puede crecer m芍s. ?Ganaron su quinta Super Bowl como nadie puede ganar un partido! cuando cualquier otro se habr赤a rendido. Cuando en Atlanta ya hab赤a comenzado la fiesta, y la gente se hab赤a echado a las calles para celebrar su primer anillo.
A falta de ocho minutos y medio los Falcons ganaban 28-9. Y le estaban dando a los Patriots una paliza de esc芍ndalo. Y una lecci車n de football. En ataque, en defensa, en planteamiento y estrategia. New England solo pon赤a la cara para recibir mientras Atlanta pon赤a los puntos. Y entonces sucedi車. El mundo se detuvo porque Belichick orden車 que frenara. Y la tierra se qued車 sin aire y los Falcons sin aliento. Y Hightower caz車 a Matt Ryan. Y el quarterback, impasible hasta entonces, perdi車 el control del bal車n. Y no me expliqu谷is c車mo, ni por qu谷, Los mismos Patriots que hab赤an sido un mu?eco zarandeado durante tres cuartos y medio se convirtieron en gigantes. Y anotaron mientras atropellaban a la misma defensa que antes les hab赤a atropellado a ellos. Con un touchdown de Amendola y conversi車n de dos de White. Y con otro touchdown de White con conversi車n de Amendola. Un tuya m赤a que llev車 el partido a la pr車rroga, mientras un ave F谷nix planeaba sobre el NRG Stadium y el universo de la NFL se frotaba los ojos incr谷dulo por lo que estaba viendo. Porque Edelman, convertido en profeta de las recepciones, cog赤a un bal車n contra las leyes de la f赤sica, salt芍ndose todas las normas del universo, con manos de veinte dedos y coraz車n de guerrero. Nadie podr芍 explicar nunca los prodigios que vivimos durante esos ocho minutos y medio. Nadie podr芍 entender jam芍s lo sucedido. Lo veremos una y otra vez, pero no seremos capaces de entenderlo. Cuando los seres superiores act迆an como titanes, solo cabe arrodillarse y asumir nuestra miseria. Su grandeza. La incre赤ble magnitud de estos New England Patriots.
Y otra vez, una vez m芍s en 16 a?os de pacto, el demonio volvi車 a ayudar a New England, porque lo que ellos hacen solo puede ser obra del alma m芍s oscura. ?Es que nadie piensa en tantos y tantos ni?os que ahora lloran con desconsuelo? Y el vuelo de la moneda favoreci車 a los de siempre. Y los Patriots empezaron atacando en el primer tiempo extra de la historia de una Super Bowl. Y ah赤, con el bal車n en sus manos, Tom Brady complet車 seis pases legendarios, y James White consigui車 su tercer touchdown de la noche. Un partido milagroso del receptor que sin embargo no le sirvi車 para ser elegido el mejor del partido. Tom Brady, el mismo de siempre, el que firm車 el pacto sin entregar el alma, hizo valer su grandeza para merecer el gran premio.
Dicen que unos barrenderos han subido al Olimpo para sacar a los dioses de mentira. Hay que hacer sitio a los de verdad. Bill Belichick como el entrenador m芍s laureado, Tom Brady como el quarterback con m芍s Super Bowls ganadas y el jugador con m芍s MVP, Josh McDaniels revolucionando el mundo de los ataques, Matt Patricia poniendo el poso y el empaque a defensas sin nombre# Una dinast赤a que necesita que le hagan cuanto antes una competici車n aparte, porque la NFL se les ha quedado peque?a.
Todo lo anterior, lo que os he contado alucinado, incapaz de entender lo sucedido, parec赤a imposible tras el incre赤ble planteamiento de Atlanta, que durante tres cuartos y medio hab赤a vapuleado a sus rivales. Muchos minutos en los que saltaron la banca, robaron la cartera al equipo del siglo y pasaron por encima de ellos sin compasi車n. La defensa de Atlanta hab赤a dado m芍s de lo imaginado. Sus jugadores, j車venes sin experiencia que hasta ahora solo parec赤an promesas, pelearon como veteranos curtidos, tratando de entrar en la leyenda a lo grande. Frenaron en seco el juego de pases cortos de sus rivales, provocaron un bal車n perdido de Blount que signific車 el punto de partida de la paliza inicial, golpearon a Tom Brady una y otra vez para que siempre jugara agobiado, e interceptaron por fin al quarterback de New England, para que Robert Alford cabalgara durante 82 yardas que parecieron dar la puntilla al partido cuando a迆n quedaban algunos minutos para que se llegara al descanso. 21-0 y zurra de campeonato que dej車 a los Patriots cl赤nicamente muertos. Atlanta esper車 toda la temporada para ense?ar sus u?as defensivas, pero las sac車 en el momento justo para hacer trizas a sus rivales... O eso parec赤a hasta que llegaron los 迆ltimos ocho minutos y medio.
Los orgullosos Patriots, el equipo del siglo, los favoritos para la victoria, el grupo de conjurados que se las sabe todas y que es capaz de enhebrar cualquier aguja al grito de &Do your job!§, hab赤a entrado en colapso. Brady no pensaba en la victoria, sino en la supervivencia. El tradicional festival de pases cortos no funcionaba, la defensa de Atlanta parec赤a adivinar cada jugada rival antes de que el bal車n se pusiera en juego y las caras de frustraci車n inundaban la banda de New England cuando a迆n no se hab赤a llegado al descanso.
Pero nada de eso import車 al final, cuando Hightower le rob車 el bal車n a Matt Ryan y Belichick orden車 que el mundo se detuviera. Para que los Patriots consiguieran la victoria m芍s grande de la historia del mundo. El triunfo que les convierte, para siempre, en el equipo m芍s grande sobre la faz de la tierra.