Matt Ryan dirige una sinfon赤a perfecta que mat車 a los Packers
Aaron Rodgers no pudo desplegar su magia contra unos Falcons muy pr芍cticos en defensa y absolutamente magistrales con su imparable ataque de fantas赤a.
New England Patriots - Atlanta Falcons en directo
?Pim! ?Pam! ?Pum! ?Toma! ?Y dale! ?Otra! ?Y otra! ?M芍s! ?Sigue! ?Pumba! ?Zas! M芍s, MAS, MAAAAAASSSSSS# S赤, vale, todos esper芍bamos que lo que acabo de escribir fuera la cr車nica del partido. Pero lo que ninguno supon赤a, y solo era un sue?o h迆medo de miles de aficionados de Atlanta, es que el ?Pim! ?Pam! ?Pum! lo practicara un equipo, y el otro se limitara a poner la cara durante gran parte del encuentro. Hart芍ndose de recibir golpes, touchdowns y humillaciones a paladas. Un boxeador lanzando golpes de KO como una ametralladora y otro parando cada impacto con el ment車n, incapaz de levantar los brazos aunque solo fuera para frenar el chaparr車n.
Porque Aaron Rodgers puede ser todo lo bueno que podamos imaginar, pero necesita algo de ayuda de sus compa?eros. Y esta vez estuvo demasiado solo, con todos sus socios conmocionados desde el primer minuto. Como si jugaran por obligaci車n y solo quisieran salir de aquel infierno cuanto antes. Los receptores dejaban caer balones sencillos sin parar, en una sucesi車n inexplicable de drops que puso de mal humor a Rodgers, y la carrera dej車 de ser un factor desde el primer minuto. Tres intentos por tierra en toda la primera mitad, y uno de ellos con el bal車n perdido a pocas yardas de la zona de anotaci車n, fue todo el bagaje de una ofensiva terrestre que nunca existi車, y menos tras la lesi車n de Montgomery, que dej車 a su equipo sin m芍s armas que el talento de su quarterback.
Con ese panorama, Rodgers estaba solo. Y los Falcons, con la lecci車n aprendida, ten赤an muy claro que solo hab赤a una manera de pararlo: ir a la caza del hombre. Uno de los men迆s favoritos de la filosof赤a Dan Quinn. La f車rmula les funcion車 a la perfecci車n, con la ayuda impagable de las p谷rdidas de bal車n de los receptores. El quarterback ten赤a muy poco tiempo para lanzar, y se llevaba un regalo tras otro de los defensas rivales, que no dejaban pasar la ocasi車n de dejarle un recadito en forma de golpe tras cada jugada. El habitual gesto socarr車n de Rodgers se transform車 muy pronto en un rictus de dolor, susto y desagrado. Y cuando pierde su sonrisa, como Sans車n con su melena, el quarterback deja de ser un dios y se convierte en humano.
En los dos primeros cuartos, que es exactamente lo que dur車 el partido, los Packers anotaron cero puntos, fallaron un field goal, perdieron un bal車n con un fumble de Ripkowski en la yarda diez rival, despejaron tras un tres y fuera y Rodgers lanz車 una intercepci車n. La ofensiva de Green Bay simplemente no existi車. Y eso significa la muerte cuando enfrente est芍 jugando el mejor ataque del siglo XXI. Una m芍quina de anotar puntos e inventar formas m芍gicas de atropellar al rival.
Porque se?ores, despu谷s de contarles las desgracias de unos, llega el momento de disolverse de placer contando las maravillas de los otros. De llenar el suelo de babas, de arrodillarse y elevar los brazos al cielo dando gracias por haber tenido la suerte de contemplar tales prodigios. El ataque que ha inventado Kyle Shanahan para los Falcons deber赤a ser incluido entre las siete maravillas del mundo, estudiado en las escuelas, exhibido en los museos y criogenizado junto a Walt Disney para que pueda ser resucitado cuando se descubra el elixir de la eterna juventud.
Y eso que los Packers plantearon un partido atrevido cerrando la carrera de Atlanta, en la que Freeman y Coleman solo consiguieron 24 yardas en toda la primera mitad. Fue como un reto lanzado al quarterback rival: ※si quieres ganarme el partido, tendr芍s que lanzar el bal車n§. Y claro, en Atlanta se frotaban los ojos, incapaces de entender el intento de suicidio. Y Matt Ryan, estupefacto ante la insensatez de sus rivales, se limit車 a remangarse, levantar la vista, preguntar a su orquesta si estaban todos los instrumentos afinados, y ante la respuesta afirmativa del primer viol赤n, de las cuerdas, los vientos y la percusi車n, golpear el atril dos veces con su batuta m芍gica y lanzarse a dirigir una sinfon赤a heroica con toques de pastoral y muchos pasajes de fantas赤a. Con Julio Jones abrumando al auditorio con mon車logos de tenor y Mohamed Sanu d芍ndole la r谷plica con su potencia de bar赤tono.
Touchdown de Sanu, field goal de Bryant, touchdown de Matt Ryan convertido en Michael Vick, touchdown de Julio Jones... 24-0 en el descanso y a otra cosa mariposa. Una melod赤a indescriptible inundaba la NFL y nos dejaba estupefactos, mientras Dom Capers, coordinador defensivo de Green Bay, segu赤a empe?ado en frenar la carrera como si no se diera cuenta de que todo su plan defensivo se le estaba escurriendo por el desag邦e. En su defensa, si hubiera algo que pudiera defender su triste planteamiento, Micah Hyde tuvo que abandonar el partido y fue sustituido en el safety por Marwin Evans. Aunque para ser justos, lo hicieron igual de mal uno que otro, y Matt Ryan abus車 de ellos sin compasi車n. Pero para violaciones criminales, la que sufri車 Ladarius Gunter. Como pas車 la semana pasada ante Dallas, el cornerback se convirti車 en un chollo, el agujero m芍s grande dentro de una defensa que pareci車 un queso gruyer. Ante la duda, Ryan lo ten赤a claro ※?tercer down y largo? ?D車nde est芍 Gunter? Pues para all芍 va el bal車n. Y no fallaba. Era garant赤a 谷xito.
Matt Ryan lanz車 cuatro pases de touchdown, consigui車 otro de carrera, 27 de 38 pases intentados y 392 yardas a谷reas. Magia sobre el campo. Ataque con may迆sculas. Con Julio Jones cogiendo nueve balones para 180 yardas y dos touchdowns. Sin una concesi車n al rival en la segunda parte. Sin levantar el pie del acelerador. Sin dejar que Rodgers recuperara la iniciativa y ni siquiera intentara otra haza?a imposible. Que aunque en los dos 迆ltimos cuartos el ataque de Green Bay volvi車 al campo, y el quarterback lo intent車 pese a ese rictus de amargura del que ve c車mo un a?o m芍s todo lo que le rodea sigue sin estar a su altura, Atlanta devolvi車 golpe por golpe hasta el 迆ltimo minuto.
Touchdown de Julio Jones (31-0), touchdown de Davante Adams (31-7), touchdown de Devonta Freeman (38-7), touchdown de Jordy Nelson (38-15), touchdown de Tevin Coleman (44-15), touchdown de Jared Cook (44-21)# Lo que esper芍bamos ver desde el primer minuto, un toma y daca de ?Pim! ?Pam! ?Pum!, se transform車 en una letan赤a mon車tona durante dos cuartos ins赤pidos en los que todo estaba decidido.
Las pruebas de H谷rcules de Aaron Rodgers terminaron en Atlanta. ?l solo fue capaz de derrotar a la mejor defensa de la NFL de los Giants en la ronda de comodines; de destruir al equipo m芍s completo de los Cowboys en la ronda divisional; sin embargo, la sinfon赤a ofensiva de Atlanta, el mejor ataque de la NFL en el siglo XXI, fue demasiado para 谷l.