Osweiler lidera a los Patriots hacia la final de conferencia
New England gana un partido a los Houston Texans en los que sufrieron m¨¢s de lo esperado pero en el que contaron con la colaboraci¨®n del QB rival.
![Jan 14, 2017; Foxborough, MA, USA; New England Patriots outside linebacker Shea McClellin (58) hits Houston Texans quarterback Brock Osweiler (17) as he throws during the third quarter in the AFC Divisional playoff game at Gillette Stadium. Mandatory Credit: Winslow Townson-USA TODAY Sports](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/WBXAC6OUVRJW5G2DVM6FMUKWXE.jpg?auth=c05407cd106b26657a58d35c9d423b95b311efa746b14b6f4d1dcf3ece77b3e5&width=360&height=203&smart=true)
Los New England Patriots jugar¨¢n su sexta final de conferencia consecutiva. Es un r¨¦cord de la NFL, superando a los Oakland Raiders de John Madden. Es, por encima de eso, una barbaridad inexplicable en la era del espacio salarial y la igualdad extrema en la liga. Es algo que ser¨¢ dif¨ªcil que volvamos a ver porque para ello hay que juntar a dos genios del calibre de Bill Belichick y Tom Brady en el mismo equipo.
Empecemos por ah¨ª. Por los libros de n¨²meros e historia de este deporte. En el partido que nos trae a esta cr¨®nica hemos tenido varios asuntos que referir al respecto. Am¨¦n de lo se?alado, Dios Lewis se ha convertido en el primer jugador en la historia de playoff que anota un touchdown de retorno, uno de carrera y otro de pase. Y Tom Brady igual¨® a Brett Favre en mayor n¨²mero de intercepciones en postemporada con 30; sum¨® dos m¨¢s aqu¨ª.
Despachado este tema, vayamos al meollo.
Brock Osweiler.
No se me ocurre un nombre que explique m¨¢s el por qu¨¦ los New England Patriots han ganado por 34 a 16 a los Houston Texans. Puede parecer exagerado y, sin duda, lo es, como siempre que ce?imos el resultado de un partido de football a un individuo. S¨ª. Pero es que lo de este QB fue tan lamentable que no se me ocurre c¨®mo un seguidor del equipo tejano no le va a se?alar con el dedo acusador de aqu¨ª al fin de los tiempos.
Porque va a ser muy dif¨ªcil que se les presente otra oportunidad de ganar en F¨®xboro como la que acaban de tener. Su defensa complet¨® el ABC de lo que hay que hacer para limitar a este equipo: ser capaz de presionar con los cuatro de adelante a Tom Brady y obligarle a soltar el bal¨®n sabiendo que viene el golpe. Y recibi¨® muchos. Clowney y, sobre todo, Mercilus, jugaron un partido estupendo. Romeo Crennel, su coordinador defensivo, se sac¨® de la chistera varios trucos como fueron el situarlos en el centro de la trinchera y no en las esquinas. Sabido es que Brady sufre m¨¢s con el pass rush central y bien que lo vimos: pases imprecisos, golpes, quejas a los ¨¢rbitros...
Es cierto que acabaron con 34 puntos, los Patriots digo, pero un touchdown vino del referido retorno de Lewis y otro de una de las tres intercepciones de Osweiler en la que empezaron el drive en la yarda seis rival. Dos grandes drives, el primero del partido y el segundo tras el descanso, vieron los mejores momentos ofensivos del genio de la universidad Michigan; Edelman se llev¨® la mayor¨ªa de los balones, pasando con holgura de las diez recepciones y las 100 yardas, pero fue la explotaci¨®n inmisericorde de las coberturas de un desesperado McKinney las que llevaron a White y a, de nuevo, Lewis, a anotar.
Dejadme volver a Osweiler. Dec¨ªa que la defensa de los Texans estuvo enorme, a pesar de los puntos anotados. El ataque de Houston se encarg¨® de boicotearlos y quitarles hasta la ilusi¨®n. De manera inane, con el front seven de New England esperando y anulando la carrera en todo momento, llevaron cada drive a terceros downs impoisbles. Y, en manos de Brock Osweiler, por un tercer down imposible me refiero a... un tercer down. No import¨® que fuera tercera y doce, tercera y siete o tercera y dos porque el resultado fue el mismo: la nada. El porcentaje de acierto en esa jugada crucial tendi¨® a cero en la fase en la que el partido estuvo vivo.
La otra jugada, porque tampoco tienen m¨¢s recursos, del ataque de los Texans es el pase a DeAndre Hopkins. Junto a Osweiler, no obstante, forman la pareja de la liga con mayor n¨²mero de intercepciones. Para dejar constancia de la fiabilidad de sus estad¨ªsticas, se combinaron para otras dos. El QB, por su parte, quiso sumar una m¨¢s en solitario al final del encuentro.
De verdad que el hecho de lanzar tres pases a los rivales no ejemplifica, ni siquiera en parte, lo mal que jug¨® Osweiler. Su confianza debe ser cero para lanzar tant¨ªsimos pases a los tobillos de sus compa?eros, tant¨ªsimos melones imposibles a ning¨²n sitio, tant¨ªsima impotencia de todos los suyos viendo el bal¨®n volar al espacio vac¨ªo.
Poco a poco, ante tanta inutilidad, la defensa fue apagando su empuje y, al mismo ritmo, los Patriots, entre bostezos interrumpidos por las quejas de Brady por la dureza enemiga, iban poniendo puntos. Cuando se quisieron dar cuenta estaban lej¨ªsimos en el marcador y hab¨ªan pegado una paliza.
?Una paliza, cuando jugaron de forma tan mediocre, con dos interecepciones de Brady, con un fumble de Lewis en un retorno que llev¨® al ¨²nico TD de los Texans a manos de Fiedorowizc? ?Una paliza en una ronda divisional ante un equipo que te ha dominado en defensa y ha expuesto tus miserias? Es lo que tiene ser los Patriots, s¨ª, pero es tambi¨¦n lo que tiene ser Brock Osweiler, el peor QB tilular de la NFL, de largo, y el tipo que ha liderado a los de New England a su sexta final de la AFC consecutiva. No lo va a disfrutar, claro, pero deber¨ªa: no creo que tenga muchas m¨¢s oportunidades de hacer nada en esta liga.