B谷isbol: la curiosa odisea del Rayo Vallecano
En siete temporadas: campe車n de Segunda con jugadores de el Piratas, campe車n de Liga, presencia en Europa y adi車s para siempre.
Los tres grandes clubes de f迆tbol de Madrid pueden presumir de haber dispuesto de secci車n de b谷isbol en alg迆n momento de su historia, aunque los tres con el dudoso honor de haberles echado el cierre de manera prematura. Tanto el Real como el Atl谷tico, incluso, utilizaron sus estadios para encuentros de este deporte cuando apuntaba alto en Espa?a, empujado por la presencia de estadounidenses en las bases militares, y luego por llegada masiva de cubanos que utilizaban Espa?a de trampol赤n para volar posteriormente y con visado de trabajo a Estados Unidos.
Entre los cincuenta y los sesenta, el b谷isbol era una opci車n deportiva de relativo prestigio, como lo era en Holanda e Italia, y en el mismo Jap車n, donde ha arraigado como uno de los deportes m芍s populares. El Rayo Vallecano sigui車 la estela de los madridistas y de los rojiblancos, y con la entrada de Pedro Roiz Cossi車 como presidente del club, los vallecanos empezaron a ser algo m芍s que un equipo de f迆tbol. Roiz lleg車 a la presidencia en 1965 y un a?o despu谷s, y de acuerdo con Llantadas, presidente de la Federaci車n Castellana, sac車 adelante una idea, que s車lo durar赤a siete temporadas, pero que al menos sirvi車 para revitalizar la competici車n madrile?a y nacional con aquel irreverente Rayo Vallecano.
En Vallecas ya se hab赤a jugado al b谷isbol, o al menos eso recuerdan algunos veteranos de la zona, pero con el Rayo de referente se puso cara a este deporte que incluso le dar赤a al club un t赤tulo de Liga nacional y representaci車n europea. Fueron unas temporadas intensas, en las que de equipo emergente se pas車 a dominante.
En los sesenta, el Piratas era el club nodriza madrile?o, el equipo de la calle Narv芍ez de Madrid, con su sede social en un bar de la zona y que ha mantenido durante m芍s de medio siglo la tradici車n por el juego del bate. De aquel club salieron los primeros jugadores que tuvo el Rayo en sus filas, entrenados por Ulises Vargas, que compaginaba su labor con su presencia en la novena pirata. El primer a?o se estableci車 una especie de mecenazgo deportivo, pero por poco tiempo, porque el equipo franjirrojo salt車 a la Primera Divisi車n y asaltar赤a el t赤tulo nacional.
En dos campa?as, el Rayo logr車 ascender a la Primera Divisi車n, en un partido frente al Antorcha de Valencia, que se disput車 en Vigo y que gan車 la novena madrile?a para entrar en la 谷lite nacional, en unos tiempos en los que no hab赤a a迆n una jerarqu赤a dominante. Eso s赤, los rayistas se entrenaban jugando partidos con los americanos de la base de Torrej車n, que estaban casi mejor organizados que los propios equipos de la Liga espa?ola; es m芍s, muchos de los mejores jugadores militares que estaban destacados en Madrid acabaron por reforzar al Condepols, al Piratas o al Johnson and Johnson, que tendr赤an una importancia capital en la competici車n espa?ola de los setenta.
Y como todos los equipos madrile?os de m芍ximo nivel, el Rayo jugaba en el campo de La Elipa, que durante mucho tiempo ha sido la referencia de las instalaciones del b谷isbol en Espa?a, y pese a sus remodelaciones para acortarle terreno, esta instalaci車n Municipal mantiene un aire de vetusta dignidad, porque en su diamante se han vivido algunos de los mejores encuentros jam芍s vistos en Espa?a.
Dos a?os despu谷s del ascenso a Primera, el Rayo daba el zarpazo al ganar la Liga Nacional, en 1970, dejando en la cuneta al mismo El Corte Ingl谷s, que, adem芍s de al equipo, patrocinaba la valla m赤tica de el campo de La Elipa.Durante d谷cadas, el sin車nimo de potencia en el bateo era sacar la bola del campo, pero para que fuese un home run recordado, si volaba por encima de la publicidad de los grandes almacenes, mejor. Sin duda, y salvadas las distancias, aquella valla ha sido un icono nacional, como el T赤o Pepe de la Puerta de Sol de Madrid, por ejemplo.
En cinco a?os, el Rayo Vallecano hab赤a pasado de ser un proyecto a tener dos grandes trofeos en sus vitrinas y a disputar la Copa de Europa. Era impensable y con una econom赤a de club totalmente aficionado tener un recorrido tan raudo, y as赤 alcanz車 una eliminatoria de cuartos de final hist車rica, con el Milano Baseball 1946, campe車n italiano, y que acab車 con el sue?o del club de Vallecas. Fue una especie de anuncio de una despedida, porque en 1973 la secci車n del Rayo Vallecano pasaba a mejor vida con la llegada de un nuevo presidente, Marcelino Gil, que se desentendi車 de una secci車n que apenas le costaba y que le hab赤a dado un peque?o prestigio internacional.
Toda la secci車n del b谷isbol rayista acab車 absorbida por El Corte Ingl谷s, que tampoco perdurar赤a mucho m芍s tiempo, aunque su vaya publicitaria se mantuviese por los a?os, dividiendo los lindes del campo de b谷isbol con el pinar que le rodea. Es una historia ef赤mera, quiz芍 porque le falt車 el apoyo social al jugar sus partidos un poco m芍s lejos de la barriada vallecana, pero de enorme perseverancia y con el apoyo personal de un presidente desconocido en el b谷isbol de Madrid, pero que con su impronta intent車 animar la competici車n castellana y nacional.