Un Premio Nobel para el diamante de las Grandes Ligas
La pasi¨®n del inmortal T.S. Eliot por los Boston Red Sox de la MLB qued¨® plasmada en su obra po¨¦tica.

Thomas Stearns Eliot naci¨® en San Luis, pero nunca sinti¨® ning¨²n tipo de atracci¨®n por los Cardinals. Su coraz¨®n, como su sangre y su familia, siempre perteneci¨® a Nueva Inglaterra y a los Boston Red Sox.
A los 18 a?os ingres¨® en Harvard, instituci¨®n en la que su primo Charles William Eliot fue rector y un gran opositor a deportes como el football, el b¨¦isbol, el baloncesto o el hockey. Para el primo de T.S Eliot los ¨²nicos deportes puros eran el remo y el tenis, ya que los otros fomentaban comportamientos mezquinos con el fin de lograr la victoria, valores que no se ense?aban en la elitista universidad y pon¨ªa como ejemplo la bola curva lanzada por un pitcher.
T.S.Eliot no compart¨ªa ninguno de estos postulados con su primo y los dos primeros a?os de estancia fue llamado al orden por la instituci¨®n acad¨¦mica y puesto bajo vigilancia, debido a su bajo rendimiento, ya que pasaba m¨¢s horas en Huntington Avenue Grounds, estadio del equipo de Boston, que en el campus.
Su primer a?o en la universidad coincidi¨® con una paup¨¦rrima temporada de los Boston Americans, posteriormente Red Sox, en la que terminaron ¨²ltimos de la liga Americana con un balance de 49 victorias y 105 derrotas. Incluso Cy Young perdi¨® 21 partidos. Sus a?os en Harvard coincidieron con temporadas horribles de los Red Sox, por lo que se alej¨® del b¨¦isbol y se encerr¨® en la biblioteca para escribir una tesis doctoral sobre Francis Herbert Bradley.
Tan ocupado estuvo que se perdi¨® por completo el m¨¢gico 1912, en el que se inaugur¨® Fenway Park, Smoky Joe Woods logr¨® 34 victorias y los Red Sox se proclamaron campeones por segunda vez. En 1913 se aventur¨® a conocer el nuevo hogar de los Red Sox, pero la suerte le fue esquiva y ese a?o los Medias Rojas terminaron cuartos.
Al a?o siguiente se traslad¨® a Oxford y mientras estuvo en Europa los Red Sox se proclamaron campeones en 1915, 1916 y 1917, algo que inspir¨® a Eliot plasmando un optimismo y entusiasmo poco habitual en su obra.
Sin embargo, la venta de Babe Ruth, como si se tratase de una premonici¨®n, le dej¨® tan desolado que se recluy¨® en su cuarto a leer en soledad. Tras esto, nunca mencion¨® al equipo de Boston en su vasta correspondencia con sus amigos Ezra Pound y Conrad Aiken.
Eliot no volvi¨® a ver ganar un t¨ªtulo a su equipo pero fue galardonado con el premio Nobel de literatura en 1948 por su contribuci¨®n sobresaliente a la poes¨ªa de hoy en d¨ªa. No todo fueron halagos, ya que su cascarrabias amigo Ernest Hemingway, que dec¨ªa de ¨¦l que era un maldito buen poeta y un maldito buen cr¨ªtico, escribi¨® que Eliot jam¨¢s hab¨ªa bateado una bola fuera del estadio.
Su obra ¡°La tierra bald¨ªa¡± comienza con el famoso: Abril es el mes m¨¢s cruel: engendra / lilas de la tierra muerta, mezcla / recuerdos y anhelos, despierta / inertes ra¨ªces con lluvias primaverales. A pesar de tal pesimismo, abril siempre le generaba una esperanza, que sus Red Sox se proclamasen campeones en la temporada que comenzaba.