Los Texans humillaron a unos Raiders que no son nadie sin Carr
Unos tristes Raiders sin ideas, ni alma, estuvieron siempre a merced de los Texans, que dominaron en defensa y fueron muy pr¨¢cticos en ataque.
![LWS133. Houston (United States), 07/01/2017.- Houston Texans quarterback Brock Osweiler reacts after running in for a touchdown against the Oakland Raiders in the second half of their AFC Wild Card playoff game at NRG Stadium in Houston, Texas, USA, 07 January 2017. (Fútbol, Estados Unidos) EFE/EPA/TYLER SMITH](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/PF6B5VRLDNPYLN5XRE2LBIN734.jpg?auth=e958e586fb75f04585f33d16d22485f98fce026f43a64e491c0267faf719d8f9&width=360&height=203&smart=true)
Partamos de una premisa ineludible: para que pueda celebrarse un partido de football americano es necesario que haya dos equipos. Por tanto, en estos momentos dif¨ªciles del tercer cuarto en el que empiezo a escribir, porque lo que no puede ser no puede ser, y adem¨¢s es imposible, tengo una duda existencial grave. Me pregunto si no deber¨ªamos demandar a la NFL todos los que tenemos contratado el game pass. Hab¨ªa anunciado un partido para el s¨¢bado que no se celebr¨®. Por mucho que nos duela.
Sobre el campo estaban los Texans. De eso no cabe ninguna duda. Con los mismos problemas ofensivos de siempre y un Jadeveon Clowney descomunal, que aprovech¨® en cada jugada que enfrente no estaba Donald Penn, el hombre clave de la l¨ªnea ofensiva de ¡®los otros¡¯.
Nadie me va a convencer de que los se?ores vestidos de plata y oro que se mov¨ªan como espectros por el campo eran los Oakland Raiders. Acepto que hab¨ªa una manada de sombras espectrales deambulando por ah¨ª, pero lo que es jugar a football americano, me temo que ni lo intentaron. Y ah¨ª est¨¢ el problema. ???Ni lo intentaron!!!
Entiendo, asumo, es m¨¢s, llevo a?os defendi¨¦ndolo a capa y espada, que en este bendito deporte el puesto m¨¢s importante es el de quarterback. Y entiendo, asumo y defiendo, que Derek Carr es el alma de un equipo que con ¨¦l aspiraba a todo y que sin ¨¦l no tiene rango de playoff. Pero m¨¢s all¨¢ de victorias o derrotas, de bajas significativas y batallas imposibles, un equipo debe tener alma, esp¨ªritu, intenci¨®n, mala leche. ?Garra! Y los Oakland Raiders parecieron presentarse porque no ten¨ªan m¨¢s remedio. Porque si de ellos hubiera dependido, se habr¨ªan quedado en sus casas a ver el fin de semana de Wild Card con palomitas y una cerveza fresca, o al menos eso pareci¨®.
Desde el primer momento se vio que Connor Cook no est¨¢ para jugar a esto contra los buenos¡ ni los medianos. Y Jack del Rio, con su tradicional y proverbial ¡®atrevimiento¡¯, intent¨® ganar el partido con carreras imposibles por entro de Latavius Murray y pases de pantalla. Audacia pura. Velocidad sobrecogedora. Y hasta eso se le vino abajo cuando a las primeras de cambio Jadeveon Clowney casi intercepta la pelota, para poco despu¨¦s robar la cartera a Cook de plano. Intercepci¨®n en una jugada de ¡®screen pass¡¯. Definici¨®n absoluta del nivel lastimoso al que se mov¨ªa el partido.
Entre el primer touchdown de Lamar Miller, un field goal anterior, y otro posterior, de Nick Novak, y el de DeAndre Hopkins que cerr¨® la primera mitad, y pr¨¢cticamente el simulacro de partido, Latavius Murray anot¨® un touchdown gracias a que los Raiders consiguieron empezar una serie en campo contrario por un error de equipos especiales de Houston. Durante unos minutos hasta se nos iluminaron los ojos, y pensamos que hab¨ªa partido, cuando vimos al corredor de Oakland romper con carreras interiores y poner en apuros a sus rivales hasta llegar a la end zone. Pero fue solo un espejismo. Todo qued¨® reducido a unos instantes durante los que si hubo dos equipos sobre el campo, para justificar el pago de la entrada.
Y mientras, la defensa de Houston se daba un fest¨ªn con la l¨ªnea ofensiva de Oakland, que adem¨¢s perd¨ªa durante muchos minutos a Rodney Hudson, su center; Johnathan Joseph anulaba a Amari Cooper; Michael Crabtree se hinchaba a dejar caer balones hasta que ten¨ªa que abandonar el partido por conmoci¨®n¡
Brock Osweiler, el cuestionado quarterback de Houston, no jugaba ni bien ni mal, sino todo lo contrario, pero por el camino consegu¨ªa un touchdown de carrera en la segunda mitad, y se daba gritos de ¨¢nimo como si enfrente hubiera gigantes y no fantasmas.
En los ¨²ltimos minutos los Raiders intentaron manifestarse. Quiz¨¢ Del Rio ten¨ªa en la banda una ouija y decidi¨® usarla. Pero cuando se intenta atacar sin orden ni concierto, una vez puede llegar un touchdown de Andre Holmes, pero a la siguiente interceptan a Connor Cook por segunda vez, y una tercera m¨¢s, y color¨ªn colorado, este cuento se ha acabado.
Y por arte de birli birloque, los Texans est¨¢n en ronda divisional despu¨¦s de conjurar a unos fantasmas que, por no tener, no ten¨ªan ni ectoplasma. Unos Raiders que no se llev¨® el viento, sino un r¨ªo. Pero que la semana que viene tendr¨¢n que andarse con ojo. Si se descuidan, y sabiendo los rivales que tendr¨¢n delante, pueden ser ellos los que se conviertan en fantasmas.