A pesar de su leyenda negra, Chip Kelly volver¨¢ a la NFL
Las cr¨ªticas han arreciado contra Kelly desde su segundo despido. Pero que nadie se enga?e: ni es tan malo como parece, ni estar¨¢ fuera de la NFL para siempre.
A Chip Kelly no s¨®lo le han cesado como entrenador jefe de los San Francisco 49ers: con su despido le han sentenciado a un destierro de por vida de la NFL. Al menos si hay que hacer caso a su legi¨®n de cr¨ªticos. Lleg¨® a la liga a lo grande y se marcha por la puerta de atr¨¢s, en buena medida por culpa suya, y s¨®lo suya. Lo normal, sin embargo, ser¨¢ que el ex de Oregon vuelva a la NFL en el futuro. Incluso que lo haga para triunfar.
Kelly no es un personaje de medias tintas. Juega a todo o nada, y lo demostr¨® organizando un simulacro de golpe de estado en el front-office de los Philadelphia Eagles que le dio el control absoluto. Por eso mismo a ¨¦l se le juzga sin hueco para ¨¢reas grises. Y menos de un a?o despu¨¦s de esa maniobra, tras una offseason repleta de movimientos y rumores y una temporada que result¨® decepcionante le pasaron la factura.
No s¨®lo le despidieron de los Eagles: hicieron lo posible por borrar cualquier rastro de su paso por la franquicia. Los romanos araron la tierra de Cartago con sal para impedir que volvieran a brotar los cultivos de su mayor enemigo. A su manera, los nuevos gestores de los Eagles hicieron lo mismo. Como si quisieran impedir que Kelly pudiera reclamar cualquier ¨¦xito futuro basado en una plantilla confeccionada por ¨¦l.
Ocurri¨® adem¨¢s lo habitual: en pocos d¨ªas se airearon todo tipo de trapos sucios. Resurgieron las (absurdas) acusaciones de racismo de LeSean McCoy tras su traspaso a los Bills, pero tambi¨¦n se filtraron historias sobre lo mal que llevaban los jugadores el f¨¦rreo control que el entrenador llevaba sobre su dieta, su peso y casi cualquier aspecto de su vida. La narrativa, resumiendo, era que despu¨¦s de enfrentarse a la directiva para hacerse con todo el poder, hab¨ªa dado rienda suelta a sus man¨ªas hasta perder al vestuario.
Quiz¨¢ por desquitarse, Kelly acept¨® la primera oferta que le pusieron encima de la mesa: entrenar a los San Francisco 49ers. Menos de un a?o despu¨¦s, s¨®lo dos victorias y 14 derrotas, vuelve a estar en el paro. Y las cr¨ªticas en su contra resuenan todav¨ªa con m¨¢s fuerza: iba a revolucionar la NFL, pero la NFL pudo con ¨¦l. Su sistema es inviable en el football profesional. Ha sido incapaz de adaptarse ni cambiar¡
Hay un problema, sin embargo. El ruido, la leyenda negra que a su alrededor (que ¨¦l ha contribuido a crear, eso es cierto), tapa que en sus primeras dos temporadas en la NFL Chip Kelly sum¨® 20 victorias por s¨®lo 12 derrotas, y clasific¨® una vez a los Eagles para los playoffs. Y no es que heredase un equipo ya formado: Philadelphia sal¨ªa de una profunda crisis en los dos ¨²ltimos a?os de Andy Reid, que se cerraron con apenas cuatro victorias en 2012. Tambi¨¦n tapa que algunos de sus m¨¦todos, como el exhaustivo control de las dietas y estado de forma de sus jugadores, se han implantado ya en muchos otros equipos.
Adem¨¢s, esa narrativa tambi¨¦n ignora que Chip Kelly s¨ª ha cambiado. Se le criticaba su incapacidad para ganarse al vestuario. Sin embargo, y ya conocido su despido, los jugadores de los 49ers se dejaron la piel en el campo para intentar ganar el ¨²ltimo partido de la temporada. No se ha filtrado una sola cr¨ªtica del vestuario a su entrenador. Si los noticias sobre sus problemas con los jugadores en Philadelphia eran ciertos, parece que Kelly s¨ª aprendi¨® de su error y esta vez se gan¨® el aprecio de sus subordinados.
La otra cr¨ªtica a su sistema es la velocidad con la que sus equipos ejecutan jugadas en ataque. Con tanta velocidad, dice la teor¨ªa, es imposible que una defensa mantenga el nivel y el fondo f¨ªsico durante un partido completo. Y es cierto que en Philadelphia su ataque ejecutaba el snap cada 22 segundos, de media. Una velocidad de v¨¦rtigo, muy por debajo de la media de la liga.
Pero tambi¨¦n es cierto que en San Francisco ese ritmo ya se hab¨ªa frenado: una jugada cada 25,6 segundos. Sigue siendo el ritmo m¨¢s r¨¢pido de la liga¡ pero no est¨¢ tan lejos de otros equipos. Con ¨¦xito moderado, como los New Orleans Saints, que lanzan un snap cada 26,03 segundos. O de ¨¦xito rotundo, y que adem¨¢s gana gracias a su defensa, como los New York Giants, que lo hacen cada 26,1 segundos. El problema, con estas cifras a la vista, no es que con ese ritmo no se pueda defender bien, ni ganar partidos. El problema es que el ataque, r¨¢pido o lento, es malo.
Y esa es la clave: Chip Kelly lo ten¨ªa imposible para triunfar en San Francisco. Es dif¨ªcil rechazar un puesto de entrenador en la NFL, sobre todo para alguien tan competitivo como Chip Kelly. Nunca se sabe cu¨¢l ser¨¢ la siguiente oportunidad. Pero seguramente midi¨® mal sus capacidades y el tiempo que tendr¨ªa para desarrollar su proyecto.
Kelly lleg¨® a un equipo en una crisis incontenible: no hay m¨¢s que revisar la lista de jugadores que se han retirado, incluso muy j¨®venes, para comprender que algo fallaba en San Francisco. Ignor¨® tambi¨¦n sus problemas anteriores con el front office de Philadelphia para ponerse a trabajar con otro general manager de car¨¢cter complicado, y lo que es peor, con poco cr¨¦dito en su cuenta. A Baalke le quedaban pocas balas en su cartuchera para intentar salvar su puesto de trabajo en la franquicia de la bah¨ªa. Y, por supuesto, no se par¨® a revisar la absoluta falta de talento en la plantilla de los 49ers. Seas o no un genio desde la banda, de donde no hay no se puede sacar, y en San Francisco no lo hab¨ªa. Saber que ten¨ªa que elegir entre Gabbert y Kaepernick como quarterback titular deber¨ªa haberle bastado para saberlo.
Es muy posible que San Francisco haya tomado la mejor decisi¨®n. Si vas a empezar de cero, probablemente sea preferible hacerlo de verdad: con alguien sin pasado en el equipo, aunque solo sea un a?o. Eso, sin embargo, no significa que Chip Kelly fuera el ¨²nico, ni siquiera el principal culpable del desastre de los 49ers en 2016.
Ni, por supuesto, que este sea el fin de Chip Kelly en la NFL. Si una conclusi¨®n puede sacarse de sus dos primeros a?os en Philadelphia es que es un buen entrenador. Nadie levanta un equipo en declive desde las 4 a las 10 victorias en solo seis meses sin serlo. Y los buenos entrenadores, como los buenos quarterbacks, no sobran en la liga.
Aunque sus carreras son distintas, quiz¨¢ el paralelismo adecuado sea el de Pete Carroll: ¨¦l tambi¨¦n ¡°fracas¨®¡± en la NFL en su paso por los New York Jets y los New England Patriots. Se march¨® al college, volvi¨® por la puerta grande, y ahora nadie le cuestiona. Si Kelly tiene paciencia (la gran duda) y trabaja en rehacer su curr¨ªculum, la memoria de las franquicias de la NFL es lo suficientemente corta como para asegurarle una nueva oportunidad en el futuro. Y si aprende de sus errores, que nadie se extra?e que en esa ¨²ltima oportunidad por fin triunfe.