Los Cardinals se despiden humillando a unos tristes Rams
Ni el ataque ni la defensa de Los Angeles Rams aparecieron en todo el partido y los Arizona Cardinals aprovecharon el regalo para recibir el a?o nuevo d¨¢ndose un fest¨ªn.
En Los Angeles no hubo partido de football. As¨ª de f¨¢cil. Entrenamiento, simulacro, pachanga, bolo¡ Podemos llamarlo como queramos, pero la realidad es que los Cardinals salieron a jugar mientras sus rivales ni siquiera demostraron ganas de hacerlo. O quiz¨¢ es que ni siquiera sepan c¨®mo hacerlo.
Todos los problemas que ha tenido el ataque de los Rams durante toda la temporada volvieron a aparecer, pero multiplicados. Todd Gurley era incapaz de correr, y Jared Goff de pasar. Los tres y fuera se suced¨ªan mientras nada ten¨ªa sentido, ni se hac¨ªa nada a derechas. Sin plan de juego, ni gui¨®n, Goff lanzaba a ninguna parte la mayor parte de las veces. Y eso cuando ten¨ªa tiempo, porque los sacks se suced¨ªan como un ¡®via crucis¡¯ y demasiadas veces ten¨ªa que librarse de la pelota antes de ser cazado.
Frente a esos Rams atenazados, que terminan la temporada cargados de dudas, y lo que es peor, con dos interrogantes gigantes en las posiciones clave del ataque, los Cardinals jugaron a placer, al nivel que todos esper¨¢bamos que fuera habitual en esta temporada, pero que ha aparecido con cuentagotas. De hecho, Carson Palmer tampoco estuvo para tirar cohetes. Pero una actuaci¨®n simplemente saneada del quarterback fue suficiente frente a una defensa de los Rams contagiada por la desidia de su ataque. Hasta el punto que los Cardinals sacaron del partido a David Johnson despu¨¦s de que sufriera una lesi¨®n, y decidieron que no regresara por precauci¨®n despu¨¦s de confirmar que no ten¨ªa nada grave. Los de Arizona ni siquiera necesitaron apelar a sus pesos pesados para ganar con superioridad insultante.
Ambos equipos afrontan ahora una offseason complicada. Los Cardinals apostaron a todo o nada para ganar este a?o el anillo, haciendo un gran esfuerzo en la agencia libre y buscando refuerzos m¨¢s de impacto inmediato que pensando en el largo plazo, y tendr¨¢n que valorar si este proyecto est¨¢ agotado, con Palmer casi sin gasolina, o merece la pena darle una ¨²ltima oportunidad. Los Rams, por su parte, ahora mismo no tienen ni entrenador, ni plan, y probablemente ni quarterback. Goff transmite peores sensaciones semana tras semana y ni siquiera ha dejado esas pinceladas de calidad, aunque sean puntuales, que se le presuponen a un quarterback elegido con el n¨²mero uno del draft.