Philip Rivers o la encarnaci¨®n de la eterna lucha con la derrota
El quarterback de los San Diego Chargers encarna esa figura del eterno perdedor que no se da por rendido bajo ninguna circunstancia, por dif¨ªcil que sea
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Escribo este art¨ªculo despu¨¦s de la sonrojante derrota ante los Browns, la marcha de la franquicia de San Diego a Los ?ngeles y la clasificaci¨®n para enero de los equipos de Eli Manning y Ben Roethlisberger, los otros QBs compa?eros de promoci¨®n del protagonista de mi art¨ªculo: Philip Rivers, mi jugador favorito.
Suelo hacer caso a Mariano cuando recomienda seguir equipos. Cuando volv¨ª a interesarme por la NFL en 2011 se hablaba mucho de Texans y Lions como equipos a seguir. No me gustaron nada y s¨®lo salvo los buenos momentos de Arian Foster. As¨ª que cuando en 2013 Mariano dijo que hab¨ªa que seguir a San Diego y as¨ª empec¨¦ a seguirles. Entonces tuve una revelaci¨®n en un Chargers ¨C Broncos en Denver. Conoc¨ªa y hab¨ªa visto jugar varias veces a Rivers y le consideraba un notable jugador pero lo que me dej¨® fascinado fue la rueda de prensa posterior en el set que monta la cadena de televisi¨®n sobre el c¨¦sped: un tipo con cara de marine, botas de cowboy, calcetines blancos y camisa de cuadros explicaba a voz en grito el desarrollo del partido a los periodistas mientras saludaba a los aficionados presentes. Puro carisma.
All¨ª empez¨® mi seguimiento hacia Philip y se puede decir que sigo a los Chargers solo por disfrutar de su juego, de su car¨¢cter ganador, liderazgo, su indomable orgullo, valent¨ªa, su horrible pero muy precisa mec¨¢nica de lanzamiento: ning¨²n bal¨®n tiene un vuelo tan bonito como el suyo salvo Rodgers. Sus broncas, sus idas de olla, control del reloj y del tempo de partido, sus intercepciones que son pases completos al rival, sus lecturas pre-snap en las que descifra defensas y ajusta ataques con los ojos, sus frustraciones, miradas de psic¨®pata.... Justo lo que no tiene un tipo tan fr¨ªo y racional como el que escribe estas l¨ªneas. Ese contrapunto es lo que me fascina sobre todas las cosas: si pudiese ser jugador de la NFL ser¨ªa ¨¦l y si fuese a la guerra querr¨ªa a un capit¨¢n, general o soldado como Philip Rivers. Es como Han Solo en la Guerra de las galaxias.?
Un inmenso cat¨¢logo de virtudes y un talento descomunal que sin embargo apenas le han llevado una vez a playoff en estos seis a?os. All¨ª surge el otro punto de devoci¨®n hacia Rivers, el de perdedor. Una figura muy popular en el mundo anglosaj¨®n y en el deporte actual. Y punto com¨²n con el que escribe estas l¨ªneas.
Su antiguo compa?ero en San Diego, Drew Brees, tiene un anillo, Manning y Big Ben dos, otros QBs brillantes como Rodgers uno y farsantes como Flacco otro. ?C¨®mo puede un tipo as¨ª estar sin un t¨ªtulo? Pues porque tiene un lado perdedor en un equipo con tradici¨®n perdedora, jugadores perdedores y entrenadores perdedores.
Le he visto tirar del equipo para morir en la orilla infinidad de veces y perder de todas las maneras: pick six, p¨¦simo playcall, FG fallado, fumbles en minutos decisivos, m¨²ltiples lesiones...un rosario de errores que hace que este maravilloso jugador se retire sin un anillo y seguro que no podr¨¢ disputar el gran partido y qui¨¦n sabe si podr¨¢ volver a PO tal y como est¨¢ el panorama con los renacidos Raiders, los astutos Chiefs o los eternos ganadores de la divisi¨®n Broncos. Se acaba su carrera y es improbable que pueda ver recompensado los grandes momentos de football que ha regalado alzando el preciado Lomabrdi.
Pero de lo que estoy seguro es que Rivers volver¨¢ a competir y dejarse el alma por los Chargers. Rivers que ha ocupado m¨¢s cuota de pantalla en mi ordenador que mis amados Niners. Y yo disfrutar¨¦ de lo que quede de su juego por la pasi¨®n que transmite a mis fr¨ªas noches riojanas y seguir¨¦ emocion¨¢ndome con su sabidur¨ªa y maestr¨ªa en este deporte. No te retires nunca.
Con o sin anillo, eres un grande Philip.