Los playoffs comienzan este domingo con el Steelers-Ravens
El ganador de la rivalidad Steelers-Ravens tendr¨¢ en su mano el t¨ªtulo divisional. Quien pierda, depender¨¢ de complicadas carambolas de terceros para entrar en postemporada.
Algo bueno habremos tenido que hacer este a?o cuando Santa Claus nos deja como regalo este Ravens-Steelers el d¨ªa de Navidad. A la fogosa rivalidad entre ambas franquicias se suma no s¨®lo estar en juego la corona divisional (a los acereros les quedar¨ªa recibir a los inofensivos Browns y a los c¨®rvidos visitar Cincinnati en una misi¨®n que no se antoja tan dif¨ªcil como la encomendada a los protagonistas de ¡°Rogue One¡±), sino dejar pr¨¢cticamente eliminado de la carrera a playoff al perdedor, sujeto a complicadas combinaciones de resultados de terceros.
La competencia hace mejores a los contendientes. Cofrad¨ªas que pugnan entre s¨ª por sacar el mejor paso a la calle en Semana Santa; cabilas moras contra mesnadas cristianas en las Fiestas de la ciudad; patios mejor engalanados y bonitos que los del vecino¡ En el mundo del deporte, las grandes rivalidades, tanto a nivel personal como de clubes, han contribuido a engrandecer a ambos contrincantes. Bar?a-Madrid, Boca-River o America-Guadalajara, en futbol. En USA, los Red Sox vs Yankees en b¨¦isbol, o los Celtics-Lakers de la NBA. En football, los cl¨¢sicos Ohio State-Michigan de college; y en la NFL, tenemos desde las tradicionales Bears-Packers, o Pieles Rojas contra Vaqueros, hasta otras de nuevo cu?o como las surgidas entre 49ers y Seahawks.
Como vemos, rivalidades hay muchas. La que nos ocupa no es muy antigua. Recordemos que los Ravens s¨®lo tienen 20 a?os de existencia. Sin embargo, pocas han emergido con mayor virulencia desde que ambas franquicias fueron emparejadas, primero en la extinta AFC Central, y tras la reconfiguraci¨®n de divisiones, en la Norte. Para que surja este antagonismo es obvio que deben competir por los mismos intereses. En 14 a?os de AFC Norte, acereros y c¨®rvidos se han disputado entre ellos tanto lideratos como presencias y duelos en playoffs. 6 veces han sido campeones los Steelers y 4 los Ravens, con 9 y 8 presencias en playoffs respectivamente.
Para que exista rivalidad debe haber igualdad. De las 41 ocasiones que se han visto las caras en temporada regular, la ventaja es para Baltimore por 21-20. Sin embargo, en las 4 que se han cruzado en postemporada, el balance favorece a los de Pittsburgh por 3 a 1. En 19 de sus enfrentamientos, el resultado se ha decidido por 3 puntos o menos. Por si alguien duda que la rivalidad no lleve a la excelencia, en lo que va de siglo ambos equipos ya han ganado 2 anillos.
Cuando colisionas contra un espejo lo normal es producirse heridas. Esto ocurre cuando se enfrentan dos equipos tan similares. Golpes sucios, declaraciones explosivas, recompensas por la cabeza del rival, incluso un entrenador entorpeciendo un retorno. Rivalidad que los veteranos transmiten a los j¨®venes. En la semana de partido, los jugadores Steelers tienen prohibido vestir nada p¨²rpura. Los jugadores Ravens entrenan con la canci¨®n ¡°Renegade¡± para no sentirse intimidados por ella cuando suene en el Heinz Field. Como declar¨® Ed Reed: ¡°¡ it was always a dogfight. That¡¯s AFC North football.¡± Una pelea de perros, football de AFC Norte. La nariz sangrante de Roethlisberger y el ingreso hospitalario de McGahee son prueba de ello.
M¨¢s de medio art¨ªculo y a¨²n no he hablado de football. Es lo que tiene estos partidos: la pasi¨®n supera lo deportivo. Son enfrentamientos en los que t¨¦cnica y estrategia quedan relegadas a segundo plano por la intensidad y la emoci¨®n. Sin embargo, al final ser¨¢ quien mejor lea el encuentro quien se lo termine llevando, y en la banda tienen a dos t¨¦cnicos como Tomlin y Harbaugh, a quienes se les podr¨¢n discutir arriesgadas decisiones, pero no su talento.
El juego de carrera de los Steelers vive un momento que no se recuerda desde los tiempos de Franco¡ Harris. Le¡¯Veon Bell ha superado r¨¦cords del legendario RB convertido en una temible amenaza tanto terrestre como en vuelo rasante. Sin embargo, enfrente tendr¨¢ la segunda defensa que menos yardas permite por carrera. Su concurso ser¨¢ fundamental para liberar de presi¨®n a Antonio Brown si finalmente no se recupera a tiempo el TE Green. En el bando contrario, Flacco no est¨¢ teniendo un buen a?o, pero se crece en estos partidos, y la veteran¨ªa de Steve Smith puede sacar de quicio a la novel secundaria steeler. Si no es el front-seven acerero, el propio OC Mornhinweg se encargar¨¢ de anular la carrera raven. Y como tenga que decidirse con el pie, m¨¢s incertidumbre todav¨ªa, porque ambas escuadras cuentan con sendos monstruos en la posici¨®n, como Boswell en los negroamarillos y Tucker en los purpurados.
El domino de los Bengals en la divisi¨®n durante estos ¨²ltimos a?os hab¨ªa relegado esta rivalidad, siempre latente, pero no tan decisiva como anta?o. Aunque ah¨ª estaba, agazapada, esperando emerger. Ryan Clark, Hines Ward, Mike Mitchell y James Harrison en un lado de la mesa. Ray Lewis, Haloti Ngata, Bart Scott y Terrell Suggs en el otro. Tony Siragusa y Joey Porter peleando por trinchar el pavo de la cena. Ed Reed y Troy Polamalu discutiendo qui¨¦n es el mejor safety de la historia. Roethlisberger y Flacco presidiendo y mir¨¢ndose de reojo. Desde luego, el encargado de dise?ar el calendario fue un cachondo programando esta intensa rivalidad para el d¨ªa de Navidad. Noche de ?paz? Noche de ?amor? No entre Ravens y Steelers.