Los Bears ganaron porque su quarterback fue el menos malo
Colin Kaepernick solo fue capaz de completar un pase para cuatro yardas en los tres cuartos que estuvo sobre el campo, y termin¨® sustituido por Gabbert.
data:image/s3,"s3://crabby-images/41ec2/41ec2f6928e6540a01c54022983ed801dd9c80a3" alt="CHICAGO, IL - DECEMBER 04: Quarterback Matt Barkley #12 of the Chicago Bears throws the football in the second quarter against the San Francisco 49ers at Soldier Field on December 4, 2016 in Chicago, Illinois. Jonathan Daniel/Getty Images/AFP
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En el football, como en casi todo en la vida, no hay que descubrir mundos nuevos ante premisas demostradas durante a?os de experiencia. Y por mucho que la gente crea lo contrario, bajo la nueve lo ideal es pasar. Sobre el suelo nevado los corredores pierden mucha tracci¨®n, y tambi¨¦n los cornerbacks tienen problemas para seguir a los receptores, y corregir sus cortes sin resbalarse.
Pero claro, los Bears saltaron al campo con Barkley y los 49ers con Kaepernick. Y a ver qui¨¦n es el valiente que se atreve a poner la victoria en sus manos.
Con ese panorama, ninguno de los dos quarterbacks complet¨® un solo pase en el primer cuarto. Aunque tampoco es que intentaran demasiados. En concreto, Kaepernick intent¨® dos en toda la primera mitad. Dos. Y complet¨® uno para 4 yardas. Los 49ers b¨¢sicamente corr¨ªan. En concreto, solo corr¨ªan. Y con bastante ¨¦xito.122 yardas en los primeros 30 minutos. Pero ni con esas eran capaces de acercarse a la end zone contraria. De hecho, sus dos ¨²nicas anotaciones antes del medio tiempo llegaron por equipos especiales. Un punt rechazado y un fumble en un retorno les dieron las posiciones de campo perfectas para anotar field goals. 6 puntos y gracias.
Tal como estaba el partido, esos seis puntos eran un mundo. As¨ª que Fox decidi¨®, por fin, hacerle caso a la l¨®gica e intentar pasar, pese a que su quarterback fuera Barkley. Y fue mano de santo. Cuatro pases completos en cinco intentos sirvieron para que 64 yardas m¨¢s adelante, Jordan Howard anotara un touchdown y los Bears se fueran a descansar por delante 7-6.
Descubierta la f¨®rmula del ¨¦xito, los Bears arrancaron la segunda mitad d¨¢ndole protagonismo a Barkley, que consigui¨® con sus lanzamientos abrir a la defensa de San Francisco, que ve¨ªa c¨®mo no solo les destrozaba el quarterback por el aire, sino tambi¨¦n c¨®mo Howard ten¨ªa el ¨¦xito que le hab¨ªa faltado en la primera parte y atravesaba su defensa como un cuchillo. El corredor de Chicago anotaba otros dos touchdowns (21-6) y sentenciaba el partido.
En el otro lado del campo, el colapso dio paso a la desesperaci¨®n. El ataque terrestre, que tan bien hab¨ªa funcionado en los dos primeros cuartos, simplemente desapareci¨®. Y el front seven de los Bears no daba un respiro a Kaepernick, incapaz de soltar el bal¨®n con rapidez. La conclusi¨®n fue que Chip Kelly decidi¨® sentar a su presunto quarterback, que en tres cuartos solo fue capaz de completar un pase para cuatro yardas de los cinco que intent¨®, adem¨¢s de 6 carreras para 20 yardas.
Aunque entre susto y muerte, el sustituto fue Blaine Gabbert, as¨ª que todos sab¨ªamos que no hab¨ªa mucho m¨¢s que rascar por parte del equipo de Chip Kelly, que seg¨²n todos los rumores seguir¨¢ un a?o m¨¢s en San Francisco, no s¨¦ si para alegr¨ªa o desesperaci¨®n de los seguidores del equipo dorado.
Los Bears a¨²n tuvieron tiempo para anotar un field goal y un safety que cerraron el marcador en 26-6. Y ganaron sobre la nieve porque supieron pasar. O quiz¨¢, simplemente, porque fueron los ¨²nicos capaces de poner sobre el campo algo parecido a un quarterback.