Los talentos de Mookie Betts
El talentoso jugador de los Red Sox ocupa su tiempo libre disputando otras competiciones al m¨¢s alto nivel.
La temporada termin¨® en Fenway Park con un regusto amargo de decepci¨®n. La gran temporada regular realizada, incluido el t¨ªtulo de divisi¨®n, no pudo ser refrendada en los playoffs y la despedida de David Ortiz tuvo que ser adelantada y sin traca final. Pero todo esto es ya el pasado y toca mirar al futuro. Y cuando se habla de futuro en los Red Sox hay un hombre en boca de todos, Mookie Betts.
Betts era un ni?o que no paraba de correr y de pedir la pelota, lo que le llev¨® a ser un atleta multifac¨¦tico en su etapa en el instituto de Overton, Nashville. Prob¨® con el football, lleg¨® a jugar con el quaterback de la Navy Keenon Reynolds, pero seg¨²n su madre su gran pasi¨®n era el baloncesto. El entrenador James McKee afirma sin dudar que Betts ha sido el mejor jugador que ha entrenado. Mookie Betts era tan bueno en la cancha como en el diamante, por eso hace la misma afirmaci¨®n Mike Morrison, el entrenador de b¨¦isbol del instituto.
Su soberbio desempe?o, su media de bateo de .500 y las 29 bases robadas en su ¨²ltimo a?o de instituto llamaron la atenci¨®n de Danny Watkins, que se puso en contacto con las oficinas de Fenway Park. Los Red Sox le eligieron en la quinta ronda del draft del 2011, en la posici¨®n 172.
Ante esta oportunidad que le ofrec¨ªa el destino, no dud¨® un solo instante y centr¨® todos sus esfuerzos en el pasatiempo nacional. Algo por lo que, por otra parte, parec¨ªa ser su destino ya que su nombre completo Markus Lynn Bets tiene las mismas iniciales qua la liga profesional de b¨¦isbol, MLB.
Mookie Betts maravill¨® en su primer a?o en las Majors. De todos sus registros, destacan las 68 bases extra que logr¨®. S¨®lo Ted Williams y Bobby Doerr lograron realizar m¨¢s antes de los 23 a?os y ambos se encuentran en el sal¨®n de la fama de Cooperstown.
No se necesitan parar las rotativas para anunciar que Betts es muy bueno. Estupendo bateador, aunque no excelso como Ted Williams o Fred Lynn, completa sus prestaciones con una gran defensa desde el rightfield, pero ah¨ª no terminan sus virtudes.
La madre de Mookie, Diana Benedict, era jugadora de bolos y con cuatro a?os introdujo a su hijo en ese juego. Betts es un gran jugador ya que los bolos, al igual que el b¨¦isbol, requieren buena mec¨¢nica y repetici¨®n.
El pasado invierno fue aprovechado por Betts para participar en las Series Mundiales de bolos que se celebraron en Reno, Nevada. All¨ª lleg¨® el jugador de los Red Sox con sus propias bolas y realiz¨® una digna actuaci¨®n, aunque no le sirvi¨® para superar la primera ronda. Confes¨® que antes de lanzar not¨® algunas mariposas en el est¨®mago.
Los aficionados no deben temer que la afici¨®n de su jardinero derecho por los bolos le distraiga de su carrera profesional. Mookie Betts debe ser la piedra sobre la que se edifiquen todos los proyectos ganadores de los Red Sox, el hombre-franquicia que, si sigue aprendiendo a esta velocidad y jugando a este nivel, ver¨¢ su nombre en una placa en el sal¨®n de la fama. Algo que es seguro que celebra con una partida de bolos.