Bienvenidos al verdadero Oeste dentro de la AFC
En la divisi¨®n m¨¢s complicada de esta conferencia hay tres equipos que no dan su brazo a torcer por ser los dominadores de estas tierras tan ¨¢ridas como crueles.

Bienvenidos al Oeste Americano, a la AFC West. Un mundo crudo d¨®nde un traspi¨¦s con unos delfines puede acabar contigo. Un mundo donde un disparo certero -o un retorno de extrapoint- puede mantenerte con vida. Un mundo en que si no juegas, pasas de ser el perseguido al que persigue. Un mundo donde la tribu de los ¨ªndios no la puedes dar nunca por derrotada. Bienvenidos a Westworld.
Ahora mismo en la divisi¨®n m¨¢s complicada de la conferencia americana hay 3 equipos, 3 bandos, que no dan su pie a torcer en su carrera por ser los dominadores de estas tierras tan ¨¢ridas como crueles. Una lucha sin cuartel que est¨¢ desembocando en grandes batallas que quedar¨¢n para las canciones. All¨ª a los pies de los ca?ones se encuentra el poblado de los caballos salvajes. Un poblado inexpugnable anta?o, pero que perdi¨® recientemente a su experimentado sheriff y que regenta dudas con el nuevo pistolero que ha sido asignado por el alcalde John Elway. El sheriff Siemian empez¨® con mano certera comandando el poblado y alejando a los bandidos e indios de sus pertenencias. Pero cada vez tiene m¨¢s problemas para contener dichas amenazas y la supremac¨ªa del pueblo Bronco parece que puede llegar a su fin. No obstante, sigue contando con el temible Von Miller, uno de los mejores cazarrecompensas que con su banda de secuaces son capaces de capturar a cualquiera.
Al cabo de pocas semanas volvieron unos outlaws que parec¨ªa que nunca iban a volver. Unos bandidos que mucho tiempo atr¨¢s fueron los m¨¢s respetados y atemorizaban a la gente de bien. Gente muy poco respetable que se salta la ley demasiado a menudo aunque les pueda perjudicar con p¨¦rdidas incre?bles de terreno. Los m¨¢s viejos del lugar cuentan que se les conoc¨ªa como Los Raiders. Famosos pistoleros que han demostrado ¨²ltimamente que quieren volver a dominar el Oeste con su polivalencia en sus ataques, liderados por un joven religioso llamado Derek y sus 5 -o a veces 6- guardaespaldas que procuran que nadie pueda acercarse a ¨¦l. Adem¨¢s, cuentan con 2 de los mejores jinetes que se pueden ver por esos lares capaces de recorrer muchas yardas por sus flancos. Dicen de ellos que la retaguardia es el punto donde se les puede hacer da?o, pero parece que cada vez est¨¢n m¨¢s bien organizados y las derrotas sangrientas que profetizaban los brujos a principios de oto?o no est¨¢n llegando. Tras ganar en una dura batalla a los pistoleros del pueblo de los caballos salvajes ahora se rumorea que han escapado a M¨¦xico para intentar el asalto de un carruaje proveniente de Texas. No obstante, en su largo viaje al sur, el dominio de las tierras del Oeste ha quedado en manos de un grupo temible, la tribu de los jefes.
Ataviados con pinturas blancas y rojas, la tribu de los jefes siempre est¨¢ ah¨ª. Cuenta la leyenda que han perdido muy pocas batallas los ¨²ltimos tiempos. Sus estrategias en la lucha son tan ancestrales como inamovibles, pero siempre consiguen mantenerse en pie. Muchas veces comienzan mal, ca¨®ticos, pareciendo que no hay modo en que puedan sobreponerse, pero nunca se les puede dar por vencidos y de un modo u otro, al final, consiguen acabar con sus adversarios. Nadie conoce los nombres de esos indios. No hay un luchador que destaque por encima de los dem¨¢s. Su cham¨¢n, un brujo al que llaman la "morsa roja", les provee de todos los arcos, lanzas y conjuros necesarios para ser temibles.
Nadie sabe c¨®mo va a ser el desenlace en el oeste americano. Pero seguro que nos aguarda muchas sangrientas batallas, con duelos de pistoleros que van a ser legendarios. Con implacables cazarrecompensas y bandidos dispuestos a todo. Nadie sabe c¨®mo va a terminar, pero el final es lo de menos. Deb¨¦is resguardaros en vuestras casas, espiando tras las ventanas, para no perderos ni una sola bala de la disputa. El oeste es demasiado grande para los tres, solo puede quedar uno. Y hasta que llegue la batalla del decimos¨¦ptimo d¨ªa, no sabremos qui¨¦n mandar¨¢ en Westworld.