Los Panthers siguen a flote a pesar de los golpes a Newton
Carolina gan¨® el partido a los Rams en Los Angeles con una defensa estupenda y sin protestar por dos evidentes faltas sin penalizar a su QB.
Esta semana uno de los debates en la NFL fue si a Cam Newton le pegaban, ilegalmente, m¨¢s que a otros quarterbacks de la liga. Si no le proteg¨ªan lo suficiente, si su tama?o llevaba a enga?o a los ¨¢rbitros y eso iba en contra de la justicia del juego. El debate lo comenz¨® ¨¦l mismo. De hecho, quiso reunirse con Roger Goodell, el comisionado de la liga, para explic¨¢rselo. Y as¨ª lo hizo.
?Result¨® en algo provechoso todo esto? Pues es dif¨ªcil saberlo, pero si nos guiamos por lo que vimos en la victoria de los Carolina Panthers sobre Los Angeles Rams por 13 a 10 la respuesta debe ser no. Porque Cam Newton recibi¨® sendos trompazos casco contra casco dentro del pocket, algo muy penalizado en la NFL cuando son los QBs los que reciben, que se quedaron sin penalizar. Uno de ellos por Mark Barron y el otro por uno de los grandes protagonistas del partido, Aaron Donald.
Ninguno de los dos golpes afect¨® al partido. Primero porque los Panthers no perdieron el bal¨®n con ellos, segundo porque ninguno de ellos dej¨® tocado al jugador y tercero, quiz¨¢s lo m¨¢s importante, porque no sacaron de sus casillas a Newton, que obvi¨® el hecho, no se enzarz¨® con los ¨¢rbitros ni los rivales y sigui¨® concentrado en lo suyo: jugar al football.
Y ganaron. No con unos n¨²meros inolvidables del QB, con 225 yardas de pase en 20 de 32 en pases completados, pero s¨ª con la sobriedad que requer¨ªa la cita.
Porque los Rams tienen una buena defensa. Una muy buena defensa. Y contaron con una ventaja posicional que dirigi¨® toda la batalla t¨¢ctica. Ryan Kalil, el center de los Panthers, no fue de la partida, y eso dej¨® el camino expedito para que el citado Aaron Donald viviese en el pocket de Carolina. ?l y sus compa?eros interiores de la l¨ªnea. Partiendo de ese punto, el juego de pase de los Panthers se convirti¨® en mera supervivencia. S¨®lo cuando encontraron a Kelvin Benjamin emparejado con Gaines, al que bati¨® con insistencia, pudieron avanzar algo.
S¨®lo para llegar hasta distancia de field goal, hay que a?adir, porque el primer y ¨²nico touch down del partido se produjo en el primer cuarto, con Greg Olsen como protagonista. Desde ese momento, todo fue sufrir. Por tierra y por aire. Cada yarda una batalla. Es lo que sucede cuando tu l¨ªnea ofensiva perece con tanta violencia ante los defensive tackle rivales.
Fue Newton, con Benjamin, y sus gotitas de Stewart, los que llevaron a los Panthers a las inmediaciones del field goal. Graham Gano fall¨® uno, pero meti¨® otros dos que pusieron el imposible de alcanzar 13 en el marcador.
Y digo imposible, porque los Rams fueron una nulidad en ataque. Cuesta creer que este equipo pudiese ser peor con Jared Goff como QB. Cada partido que pasa se hace m¨¢s incompresinble que el n¨²mero uno del draft siga sin debutar. Con Case Keenum a los mandos no son capaces ni de ara?ar a defensas como las de Carolina; de hecho, se pasaron seis cuartos enteros, seguidos, sin anotar un s¨®lo punto.
Acabaron con esa racha en el ¨²ltimo cuarto de este partido, cuando sumaron tres puntos, aunque debieron ser siete sino hubiese sido por un drop criminal de Kendricks.
Sin haber jugado nada de nada en ataque se vieron con un 3-13 a falta de 03:18 que les daba una m¨ªnima esperanza. Y la aprovecharon. Keenum se puso a lanzar balones de cuarenta yardas que podr¨ªamos calificar como "cinco semanas en globo", porque tardaban en bajar lo suyo, pero fueron capaces de, en un cuarto down, anotar un touch down que Kenny Britt.
Les quedaban 34 segundos y un onside kick que intentaron estampar contra alg¨²n jugador de los Panthers en vez de patearla en corto. El bal¨®n no encontr¨® ning¨²n cuerpo y los Panthers se quedaron con ¨¦l en su yarda 19. Ah¨ª muri¨® el partido con el 10-13 final.
Para Carolina es un nuevo clavo ardiendo para seguir aspirando a playoffs, algo que ya no se ve imposible desde su 3-6 de r¨¦cord. Para Los Angeles, es un d¨ªa m¨¢s de inexplicable ausencia de Goff, pero un d¨ªa menos para verle. El que no se consuela...