El error Brock Osweiler. ?O quiz¨¢ no?
Los Texans marchan 5-3 y tienen el t¨ªtulo de la AFC al alcance de la mano. Y en lugar de celebrarlo, el debate se centra en si fichar al QB fue o no un gran error.
Que levanten la mano los aficionados de los Texans que se encuentren en la sala. Y ahora que confiesen si, hace ahora uno o dos a?os, habr¨ªan firmado un inicio de temporada con cinco victorias en ocho partidos, invictos en casa y con el t¨ªtulo de la divisi¨®n e incluso un bye en primera ronda de playoffs todav¨ªa a tiro, todo esto con JJ Watt fuera de juego. Doy por hecho que con su propia sangre.
Pero eso era hace dos a?os. El aut¨¦ntico aficionado, ya se sabe, es pesimista. Y siempre encuentra motivos para quejarse, para recordar que, en realidad, las cosas deber¨ªan ser mucho mejores de lo que ya son. Y en Houston han encontrado la excusa perfecta para ignorar la bonanza de su balance de victorias y derrotas y poner en marcha el coro de quejidos y lamentos: Brock Osweiler.
Si hay que hacer caso a la narrativa imperante, el quarterback es ya uno de los mayores busts de la agencia libre de los ¨²ltimos a?os. Y los Texans se equivocaron al pagar un precio excesivo para fichar a un quarterback al que John Elway no le vio calidad suficiente para competir con Siemian y Lynch.
?Pero de verdad Osweiler es tan malo? ?De verdad es un bust? Dejemos a un lado el hecho de que, en realidad, Elway s¨ª ofreci¨® una cantidad nada desde?able de dinero a su ex antiguo quarterback suplente. Algo ver¨ªa en ¨¦l. Lo importante es: ?es media temporada suficiente para dar por perdido a Osweiler, y de verdad ha sido tan mala esa media temporada?
Los fr¨ªos datos, las estad¨ªsticas, no son especialmente amables con el quarterback de los Texans. Completa menos del 60% de sus pases, lo que le sit¨²a cerca del puesto 30 en el ranking en esta categor¨ªa. Est¨¢ muy cerca del fondo de la tabla tango en yardas por intento de pase como en yardas por intento completado. Los diferentes ratings para medir la calidad de las actualizaciones de los quarterbacks, nunca fiables al 100% pero al menos un indicador de por d¨®nde van los tiros, lo sit¨²an tambi¨¦n muy abajo en la lista. Para terminar, s¨®lo nueve touchdowns, igualados adem¨¢s por las nueve intercepciones que ha lanzado. No hay m¨¢s preguntas, se?or¨ªa, vaya preparando la sentencia condenatoria.
Excepto si aplicamos la lupa y miramos estas mismas cifras con un poco m¨¢s de detenimiento. En concreto, si miramos sus cifras en los partidos de casa, las cinco victorias que atesoran los Texans. En esos cinco partidos, el porcentaje de pase de Osweiler sube hasta el 64%, una cifra que ya le dejar¨ªa a mitad del ranking. Si vamos un poco m¨¢s all¨¢, y de los partidos de casa descartamos uno m¨¢s, contra los Kansas City Chiefs (y hay un motivo para descartar este partido, luego volvemos sobre esto), el porcentaje se acerca al 66%. Por ponerlo en contexto: mayor que el porcentaje de ¨¦xito en los pases de Aaron Rodgers, Andrew Luck, Russell Wilson, Philip Rivers o Dak Prescott, por nombrar a unos cuantos.
Algo parecido ocurre con el quarterback rating, por ejemplo. La media de las cinco victorias sube a 82,9 puntos, y sin el partido contra Kansas City, a 86,42 puntos. No son cifras de crack, pero s¨ª de mitad de tabla. Que, dicho sea de paso, era lo que Houston sab¨ªa que estaba comprando al precio que lo pag¨®: los 18 millones de d¨®lares por temporada no son un sueldo de quarterback elite, precisamente.
?Significa eso que Osweiler juega razonablemente bien en casa pero lo pasa mal lejos de su afici¨®n? Es posible¡ aunque es mucho m¨¢s probable que, en realidad, el problema sean las defensas a las que se ha enfrentado fuera de casa: Denver, Minessotta y New England. Los Broncos y los Vikings, en concreto, son las dos mejores defensas contra el pase de la liga, si las medimos por el rating que han permitido al quarterback rival. New England es la d¨¦cima, y Kansas City (os promet¨ª que volver¨ªamos sobre esto), la novena.
Adem¨¢s, est¨¢ el contexto. Da igual que estad¨ªsticas prefiera cada uno, si tradicionales o avanzadas. La l¨ªnea ofensiva de los Houston Texans es una de las peores de la liga. Est¨¢ jugando a un nivel desastroso. Pro Football Focus (siempre pol¨¦mico) la coloca por ejemplo entre las cuatro peores de la NFL. En esas condiciones, Osweiler ha conseguido limitar los sacks a 16 en lo que va de temporada, la mitad por ejemplo de los que ha encajado Andrew Luck.
En definitiva, s¨ª, es posible que Osweiler sea un bust. Con los datos en la mano, sin embargo, parece mucho m¨¢s probable que, sencillamente, sea un quarterback joven reci¨¦n llegado a un nuevo equipo y con un nuevo sistema, que ha cumplido en los partidos m¨¢s asequibles, y que ha sufrido contra las mejores defensas de la liga, esas que hacen sufrir tambi¨¦n a los mejores quarterbacks.
S¨ª, el famoso eye-test, es decir, ver jugar a Osweiler, no miente: sigue inc¨®modo en muchas jugadas. Falla en la lectura de algunas rutas, no siempre toma buenas decisiones y concede m¨¢s intercepciones de las que deber¨ªa (aunque las manos blandas de casi todos sus receptores tampoco ayudan). Pero es s¨®lo media temporada, ocho partidos. En un contrato que s¨®lo tiene garantizados dos a?os, y a un precio m¨¢s que razonable para un quarterback (18,5 millones al a?o en una liga en la que el precio del quarterback franquicia supera ya los 25 millones).
Osweiler ser¨¢ o no el quarterback del futuro de los Texans. No ha dado se?ales de que vaya a serlo, pero tampoco se ha visto nada que asegure que no pueda serlo. Pero con estas cifras, y con ese sueldo, no puede decirse que Houston se equivocase al contratarlo.