Los Falcons caen por un ataque de valent¨ªa ante los Chagers
Dan Quinn se jug¨® un cuarta y una en su propio campo en la pr¨®rroga que, al no convertirlo, otorg¨® a San Diego la ventaja definitiva.
data:image/s3,"s3://crabby-images/98630/98630dd5cb6adf91b85f933fff9d38eab1d98eea" alt="ATLANTA, GA - OCTOBER 23: Matt Ryan #2 of the Atlanta Falcons is sacked by Melvin Ingram #54 of the San Diego Chargers at the Georgia Dome on October 23, 2016 in Atlanta, Georgia. Scott Cunningham/Getty Images/AFP
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De valientes est¨¢n los cementerios llenos. Desde hoy, tenemos a un nuevo insigne protagonista de este bello refr¨¢n: Dan Quinn y los Atlanta Falcons. El equipo de Georgia, una de las grandes sensaciones de la temporada en la NFL, cay¨® en casa por 33 a 30 ante los San Diego Chargers por un ataque de valent¨ªa que no ten¨ªa mucho sentido.
Sucedi¨® en la pr¨®rroga. Atlanta tuvo la suerte de cara en el sorteo de la moneda y se qued¨® con el bal¨®n. El injusto sistema de desempate de esta liga hace que el que tenga la posesi¨®n pueda ganar sin que su rival la huela si es capaz de anotar un touch down. Los muchachos de Matt Ryan avanzaron hasta la mitad del campo, hasta su propia yarda 46 y, all¨ª, se encontraron con que la defensa de los Chargers les paraba en un tercera y una. Un tercera y una que se hab¨ªan jugado con el propio Ryan corriendo. Para sorpresa de propios y extra?os, los Falcons arriesgaron en el subsiguiente cuarto down. Y fueron detenidos.
San Diego aprovech¨® el regalo y, con un gran pase de Rivers a Gates (qu¨¦ frase esta, ?eh?) de 11 yardas, se metieron en field goal range. Josh Lambo remat¨® la faena con una patada de 42 yardas que puso un sorprendente final a un gran partido.
Porque lo fue. Un estupendo encuentro de football. Jugado por dos equipos con muchas m¨¢s virtudes que defectos que aprovecharon sus momentos para dejarnos grandes momentos.
Hay que empezar por glosar al ganador. Los Chargers, un equipo que ha sufrido todo tipo de penalidades este a?o. Entre esas penalidades, la mayor¨ªa de ellas puntuales y/o accidentales, no estaba el jugar mal a este deporte. Tampoco lo hicieron en el Georgia Dome.
En una segunda parte magn¨ªfica fueron capaces de hacer lo que nadie en la NFL hab¨ªa hecho hasta ahora: frenar el ataque de los Falcons. Fue un esfuerzo grupal, como siempre lo es, pero con algunos individuos sobresaliendo de forma notable. Uno fue Joey Bosa; el rookie sigue asombrando dos sacks m¨¢s a su colecci¨®n, adem¨¢s de perseguir, infatigable, a Matt Ryan y ganar casi siempre la partida a sus pares en la l¨ªnea. El otro fue m¨¢s insospechado: Denze Perryman; ¨¦ste fue el que hizo el placaje del citado cuarto down en la pr¨®rroga y, adem¨¢s, el que consigui¨® una intercepci¨®n en la parte final del ¨²ltimo cuarto del tiempo regular que, a la postre, les llevar¨ªa a empatar el partido.
En ataque, Rivers se movi¨® como pez en el agua. Lleg¨® a las 371 yardas de pase con 27 de 44 en pases completados, un touch down y una intercepci¨®n. Tyrell Williams fue su receptor favorito, pero hasta otros seis compa?eros recibieron balones del QB.
Melvin Gordon, con 68 yardas en 22 intentos, no tuvo una noche brillante, pero si oportunista y decisiva, con dos touch downs de carrera y uno de pase. Se est¨¢ convirtiendo en una pieza esencial de este ataque, sin bien a¨²n desquicia de tanto en cuanto con carreras poco incisivas.
No lo tuvieron f¨¢cil, porque la defensa de Atlanta tambi¨¦n tuvo una gran tarde. Keanu Neal, el rookie de primera ronda, se est¨¢ demostrando como todo un acierto del general manager, Thomas Dimitroff. En el momento de su elecci¨®n hab¨ªa dudas, pues era una promesa un tanto desconocida, pero ya vamos entendiendo porque apostaron por ¨¦l. Da gusto verle como strong safety, haciendo de la defensa algo diferente a lo acostumbrado en los ¨²ltimos a?os de la franquicia. Adem¨¢s, Vic Beasley, Adrian Clayborn y Deion Jones tuvieron, todos ellos, jugadas notables, dignas de los playmakers que son.
Pero m¨¢s brillantes, a¨²n, estuvieron en ataque. Matt Ryan encontr¨® a Julio Jones nueve veces para la impresionante cifra de 174 yardas, y Devonta Freeman sum¨® 58 yardas de carrera y otras 42 de pase.
Sobre el binomio Ryan-Jones no me voy a extender. Son la cara A y B de un, hasta hora, poco discutido premio MVP de la temporada. Son imparables y est¨¢n de dulce. Pero sobre el uso de Freeman s¨ª que se puede a?adir que le da a este ataque una dimensi¨®n m¨¢s que a los dem¨¢s. La pareja que hace con Tevin Coleman en el backfield le convierte en , pr¨¢cticamente, un receptor que sale del pocket, pero lo cierto es que su uso es de gran flexibilidad.
Se vio, sobre todo, en un tremendo drive en el tercer cuarto. Coleman estaba en la banda, lesionado, as¨ª que tuvo que Freeman tuvo que tomar las riendas del ataque terrestre. Hizo seis carreras para ganar 42 yardas y una recepci¨®n para 15 m¨¢s. Puso, casi el s¨®lo el 30-20 en el marcador, y parec¨ªa que el partido en total franquicia para su equipo.
No fue as¨ª, lo que redunda a¨²n m¨¢s en el gran m¨¦rito de los Chargers, que ganaron a los Falcons, y no a unos Falcons cualquiera. Este equipo de San Diego, al fin, ha dejado de tener accidentes y, oh, ha empezado a acumular victorias. Y en Atlanta, bueno, con la temporada que llevan, y como va su divisi¨®n, pueden permitirse alegr¨ªas como la de un cuarto down en su propio campo en la pr¨®rroga.