Los rookies r¨¦cord de los Cowboys asaltan Lambeau
Zeke Elliott y Dak Prescott rompen dos marcas hist¨®ricas de la NFL y siguen con su racha de triunfos, esta vez ante los Green Bay Packers.
data:image/s3,"s3://crabby-images/f172f/f172fe10242735d9badf8fe7855230e28dc3e235" alt="GREEN BAY, WI - OCTOBER 16: Ezekiel Elliott #21 takes the handoff from Dak Prescott #4 of the Dallas Cowboys against the Green Bay Packers during the first quarter at Lambeau Field on October 16, 2016 in Green Bay, Wisconsin. Hannah Foslien/Getty Images/AFP
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Los rookies maravilla de los Dallas Cowboys suman y siguen. Esta vez, incluso, con marcas que suponen un antes y un despu¨¦s en la historia de la NFL. Casi nada. Dak Prescott ha conseguido ser el quarterback novato con m¨¢s pases para comenzar su carrera sin ser interceptado; en concreto 176, por 162 del anterior poseedor del r¨¦cord: Tom Brady; el ?caso de Zeke Elliott es a¨²n m¨¢s impresionante, al convertirse en el corredor de primer a?o que suma cuatro partidos consecutivos por encima de 130 yardas, que se dice pronto.
Y, sin embargo, lo m¨¢s importante no es eso, sino que se presentaron en Lambeau Field, ante la mejor defensa contra la carrera de la liga, y desmontaron a unos Green Bay Packers sin respuestas ante la sensatez y cordura del juego de unos Dallas Cowboys que se llevaron la victoria por 30 a 16.
La l¨ªnea ofensiva de los Cowboys les hace la vida muy f¨¢cil. Eso es verdad. Dak Prescott es un QB al que se le est¨¢ exigiendo no equivocarse mucho y dejar que el juego fluya. Contra lo que sucedi¨® en los primeros cinco partidos de la temporada, cometi¨® un par de errores graves en forma de intercepciones. La segunda de ellas de dif¨ªcil perd¨®n, en su propia red zone. Pero es dif¨ªcil ponerle un pero a la protecci¨®n durante todo el partido.
De la misma manera, Zeke Elliott corri¨® para 157 yardas contra la impenetrable l¨ªnea defensiva de los Packers. El n¨²mero es una absoluta enormidad y el m¨¦rito es compartido con la l¨ªnea, que gan¨® la batalla de trincheras.
Junto a ellos, Terrance Williams, Cole Beasley y Jason Witten funcionaron como un ?reloj. ?Qu¨¦ significa todo esto? Que hicieron lo que se espera de un ataque sobrio y bien engrasado, que esa parte del partido pod¨ªamos haberla previsto, si bien con algo menos de exuberancia en las estad¨ªsticas.
Lo que pasa es que, como venimos apuntando hace tiempo y como volvi¨® a quedar confirmado, el grave problema de los Packers no est¨¢ en la defensa sino en el ataque. Hac¨ªa mucho, mucho tiempo que la parroquia de Green Bay no asist¨ªa a un espect¨¢culo de impotencia similar. Algo que alcanz¨® un grado simb¨®lico pleno al ser ¨¦ste el d¨ªa en que se homenajeaba a Brett Favre con su inclusi¨®n en el c¨ªrculo de honor del equipo.
Su sucesor, Aaron Rodgers, volvi¨® a mostrar esa cara desagradable, ese lenguaje corporal de disgusto y una imprecisi¨®n que no se le conoc¨ªa. Y eso que, al igual que el ataque de los Cowboys, pudo disfrutar de una protecci¨®n m¨¢s que notable.
Son sus receptores, que no consiguen separarse de ninguna secundaria. Es Lacy, que se estrella contra muros semana tras semana. Es un plan de juego que limita aa todos y cada uno de los presentes.
Hasta la muy limitada defensa de los Cowboys, la reina del "o conseguimos tres y fuera o vamos a sufrir" estuvo hasta c¨®moda viendo la inoperancia de sus rivales. O aprovechando que les dio por tirar el bal¨®n al suelo ante el menor pretexto. Cinco fumbles (tres con la participaci¨®n de un gran David Irving) son intolerables para cualquier ataque. Sumemos una intercepci¨®n a Rodgers, aderecemos con el hecho de que llevaban nueve puntos hasta casi los instantes de la basura del partido, y entenderemos porque escuchamos algo que hab¨ªamos escuchado hace mucho tiempo en Lambeau Field: pitos.
Pitos.
Pitos a los Green Bay Packers dicharacheros y festivos de Aaron Rodgers, los del ataque imparable y la perenne presencia en la pelea por el t¨ªtulo. Es muy pronto para eliminarles de nada, faltaba m¨¢s, pero este ataque no funciona. No lo hace y por eso est¨¢n 3-2 en la temporada.
En un d¨ªa en el que, adem¨¢s, los dos rookies r¨¦cord de la temporada, Dak Prescott y Zeke Elliott, salieron a tocar sus grandes ¨¦xitos, como acostumbran, la conclusi¨®n no puede ser otra: los contendientes, al menos a mitad de octubre, son los Dallas Cowboys.