La crisis de los Bengals no es culpa de Andy Dalton
El decepcionante arranque liguero de los campeones de la AFC Norte es una suma de varios factores, de los que el quarterback no es el principal responsable.
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Todos conocemos alg¨²n amigo a quien miramos cada vez que ocurre alguna trastada. Tambi¨¦n es posible que teng¨¢is alg¨²n hermano que siempre haya cargado con la culpa de cada travesura. Quiz¨¢ vosotros mismos se¨¢is ese caso. En los Bengals, ¨¦se es Dalton. Marcado por su titubeante inicio en la NFL (y por qu¨¦ no decirlo, la tendencia QBcentrista de la liga) es habitual considerarle el origen de todos los males. Sin embargo, en este irregular inicio liguero, es probablemente la ¨²nica luz que alumbra el sombr¨ªo camino atigrado, siendo otras las causas.
Causa 1: Falta de compenetraci¨®n con sus nuevos receptores. Salvo Green, el resto de receptores principales es nuevo para Dalton. Ni LaFell y Boyd por la marcha de Sanu y Marvin Jones, ni Uzomah por la lesi¨®n de Eifert, est¨¢n a¨²n en sinton¨ªa con el pasador. La afinidad entre QB y receptor es un proceso que lleva tiempo. A los mismos Sanu y Jones que ahora triunfan en Atlanta y Detroit, les cost¨® ser ¡°vistos¡± por Dalton, y no consiguieron su 10? recepci¨®n en su temporada rookie hasta la 11? y 16? jornada respectivamente. M¨¢s all¨¢ de que la calidad de los sustitutos es netamente inferior a la de los sustituidos, tardar¨¢n semanas hasta generar la qu¨ªmica necesaria. Esto lo saben los rivales, que sobrecargan el marcaje sobre Green.
?Deber¨ªa Dalton buscar m¨¢s a esta ¡°segunda unidad¡± de receptores? Seguramente. Pero tambi¨¦n ellos deber¨ªan poner m¨¢s de su parte, creando m¨¢s separaci¨®n de los defensores y reduciendo el n¨²mero de drops. En la foto 1A vemos que Boyd (naranja) se ha quedado s¨®lo en su ruta ¡°post¡± y teniendo por delante ¨²nicamente al safety, las opciones de anotar eran altas. Sin embargo, Dalton (rojo) prefiere buscar un objetivo m¨¢s seguro en Bernard (verde) en una ruta ¡°wheel¡±, con mucha menor ganancia de yardas. ?Podemos culpar a Dalton? En la foto 1B, m¨¢s adelante en el partido, Boyd se vuelve a quedar s¨®lo en una ruta ¡°slant¡± para un f¨¢cil primer down, pero no consigue quedarse con el bal¨®n. La confianza hay que gan¨¢rsela.
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Causa 2: P¨¦sima protecci¨®n de la l¨ªnea ofensiva. En este deporte, todo va unido. Si el QB necesita m¨¢s tiempo en el pocket hasta que sus receptores se desmarquen, probablemente le terminar¨¢ llegando la presi¨®n defensiva, y har¨¢ parecer peor a su l¨ªnea ofensiva. Dalton ha sufrido17 sacks en lo que llevamos de temporada (2? peor marca de la NFL), m¨¢s de la mitad de los encajados en todo 2015. Si adem¨¢s esta unidad tiene agujeros, la situaci¨®n se vuelve catastr¨®fica. Las cr¨ªticas se centran en Bodine (de los peores centers de la competici¨®n) y en el RT Ogbuehi, inexperto jugador de 2? a?o que se perdi¨® su campa?a rookie por lesi¨®n. En la imagen 2A, vemos que Thorton (azul) ha superado claramente a Bodine (naranja), cuyo culo rodar¨¢ por el suelo, no siendo ¨¦sta la primera vez. En la 2B, Davis supera claramente en un movimiento exterior-interior a Ogbuehi, quien se le queda mirando en vez de reaccionar. Basta que falle una ¨²nica pieza para anular toda la jugada, con el consiguiente perjuicio al QB.
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Causa 3: Inoperancia del juego de carrera. La porosidad de la l¨ªnea ofensiva se manifiesta tambi¨¦n en el apartado terrestre. Cincinnati ocupa el puesto 26 en yardas de carrera. Si esta faceta no asusta al rival, se puede centrar m¨¢s en presionar a Dalton. Hill no encuentra huecos, ni se le hace correr como m¨¢s le gusta, en formaciones ¡°I¡± con un FB por delante. Saliendo desde ¡°shot-gun¡± es una llamada al fracaso. El ¨²ltimo partido se utiliz¨® m¨¢s a Bernard, y esta tendencia continuar¨¢ en lo sucesivo. La escasa efectividad del equipo en este terreno conlleva muchos terceros downs largos, siendo el tercer peor ataque de la liga en conversi¨®n de ellos.
Causa 4: Defensa por debajo de su nivel. Verse muy pronto por debajo en el marcador tambi¨¦n lleva aparejado abandonar la carrera. La defensa est¨¢ encajando numerosos TDs en big-plays. La falta de coordinaci¨®n es evidente, como bien se pudo comprobar el pasado domingo, con varios jugadores discutiendo en la banda. Los problemas para defender la carrera en zona de Dallas no son nuevos (tambi¨¦n los han sufrido ante Denver o Houston), pero la descoordinaci¨®n es alarmante. En el TD de 60 yardas de Elliot (azul) un motion desplaza a MLB y SS hacia un lado, mientras que al iniciarse la jugada, sale a recibir el TE (verde) llev¨¢ndose a la vez a SLB y FS al otro dejando libre toda la zona central. Cuando Iloka y Williams (naranja) se dan cuenta de su error ya es demasiado tarde. El talento de Elliot para zafarse de la primera oleada (ayudado por su poderosa l¨ªnea ofensiva) sumado a la velocidad del Buckeye hace el resto. Errores similares se han dado en otros partidos, lo que sit¨²a a Dalton en la situaci¨®n de echarse el equipo a la espalda, y no siempre puede erigirse en salvador.
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Causa 5: Incompetencia de los entrenadores. La ausencia de Hue Jackson est¨¢ afectando mucho a la fluidez del ataque. No s¨®lo por su sabidur¨ªa y carisma, sino porque su sustituto, Zampese, es primerizo en la responsabilidad de coordinador ofensivo, y el equipo est¨¢ pagando la novatada. Nueva filosof¨ªa a la que costar¨¢ adaptarse, y de lo que no se puede culpar todav¨ªa a Dalton. En el otro lado del bal¨®n, si bien sigue el coordinador defensivo, los entrenadores de posici¨®n de l¨ªnea defensiva (Burney), linebackers (Haslett) y secundaria (Coyle), son nuevos este a?o, y la impresi¨®n es que aun no han terminado de ajustarse unos a otros, y que cada unidad hace la guerra por su cuenta. A esto hay que sumar el car¨¢cter timorato de Lewis, incapaz de jugarse cuartos downs en la yarda 40 (como es norma en otros equipos de la divisi¨®n) o aprovechar los ¨²ltimos segundos antes del descanso para intentar, al menos, llegar a field-goal range. Quiz¨¢ se pueda interpretar como una falta de confianza en sus hombres, lo que tampoco ayuda a generar la necesaria energ¨ªa y fe en las remontadas.
Obviamente, las acciones que cito responden a momentos puntuales, y ser¨ªa injusto valorar a sus protagonistas en base a una ¨²nica jugada inoportuna; pero valgan como ejemplo de la multitud de factores que afectan la decepcionante trayectoria bengal¨ª, m¨¢s all¨¢ de las limitaciones que todos conocemos de su quarterback. Es de suponer que con el paso de las jornadas se vayan solucionando pero, ?ser¨¢ entonces demasiado tarde? Mi opini¨®n es que s¨ª.