Los Atlanta Falcons le roban la autoestima los Carolina Panthers
El Georgia Dome fue escenario de un cambio de tendencia en la liga que tiene, ahora mismo, consecuencias imprevisibles.
-
- Super Bowl 2017: Tom Brady el h¨¦roe: consigue su cuarto MVP .

Hay momentos en los que, sin saber explicarte muy bien c¨®mo, te rebelas contra ti mismo y superas un miedo arraigado dentro que no te dejaba crecer. Sucede con cada uno de nosotros. En el trabajo, en las relaciones personales, incluso con aquel mat¨®n del patio del colegio al que una vez te enfrentaste, muerto de miedo, y el resultado fue el contrario de lo esperado: recuperaste la autoestima. Esos instantes son cruciales en el desarrollo personal y definen tu car¨¢cter mucho m¨¢s del valor que le das a ese momento concreto.
Los equipos deportivos, en ese sentido, son bastante parecidos a la psicolog¨ªa humana. Aunque sea un conjunto de individuos, existe una cultura y una forma de ser global que obliga a cada pieza a adaptarse, a meterse dentro o a ser expulsado. De ah¨ª eso que tanto se habla de la personalidad de tal o cual equipo. Y, por consiguiente, de la creencia en si mismo.
Los Atlanta Falcons son un proyecto que viene construy¨¦ndose desde hace poco. Dan Quinn, su entrenador jefe, s¨®lo lleva un a?o y cuatro partidos en el puesto. Y una gran verdad de la NFL es que los equipos con personalidad se parecen, indefectiblemente, a sus entrenadores. No ha construido, hasta el momento, nada que sea parecido a un rocoso conjunto unido el que todos parecen cortados por el mismo patr¨®n, vengan de donde vengan, y suman al conjunto.
O no hab¨ªa construido. Porque el partido que ganaron ayer contra los Carolina Panthers es de esos que hacen crecer dos palmas de un tir¨®n, de los que forjan car¨¢cter y hacen mirarse al espejo con otros ojos, muy diferentes, apreciando ya los efectos de la adolescencia.
Los Falcons le pegaron una soberana paliza a los Panthers. No lo dice, del todo, el marcador. Y puede que tampoco los titulares, m¨¢s centrados en la incre¨ªble pareja n¨²merica que montaron Matt Ryan y Julio Jones, ¨²nicos en la historia para pasar m¨¢s de 500 yardas y recibir m¨¢s de 300, o en la conmoci¨®n cerebral de Cam Newton.
Pero lo que realmente pas¨® en el campo es que los de Atlanta se plantaron ante el abus¨®n, el campe¨®n de los ¨²ltimos tres campeonatos de la NFC Sur, el finalista de la Super Bowl 50, y le dijeron que no iban a recibir ninguna bofetada gratuita m¨¢s. Y, de pas¨®, le devolvieron alguna para que se fuera caliente a casa.
No quiero subestimar este instante, este partido. No tiene por qu¨¦ ser una victoria m¨¢s. S¨¦ de sobra que los Falcons comenzaron 5-0 el a?o pasado y que, despu¨¦s, se hundieron. Tambi¨¦n s¨¦ que los Panthers son un equipo campe¨®n al que esta derrota no tiene por qu¨¦ pasar m¨¢s factura que cualquier otra, pero...
... pero la verdad es que la autoestima ha cambiado de bando. El muy bien entrenado ataque de Atlanta, dirigido por un magistral Kyle Shanahan, es un sue?o de las variaciones t¨¢cticas. Lo mismo te ganan con Julio Jones de r¨¦cord, como este domingo, que utilizan al receptor s¨®lo como cebo de tal forma que el resto del campo quede expedito al llevarse dos rivales con ¨¦l. Julio, la antidiva, estar¨¢ igual de contento en ambos casos. Lo mismo te corren con Tevin Coleman que con Devonta Freeman. Lo mismo usan dos tight ends y full back que te abren el campo con Sanu.
No se puede decir lo mismo de la defensa, un se?or coladero. Pero, de la misma forma que todo lo que tiene que ver con el football en sentido f¨ªsico es de un equilibrio absoluto, que la carrera s¨®lo funciona si funciona el pase, que la defensa s¨®lo es buena si el ataque tiene drives sostenidos, la personalidad y crecimiento de una unidad tiene que ver con el resto del grupo. Pongamos de ejemplo a Deion Jones, rookie que vive en el medio del grupo de linebackers y que fue el que golpe¨®, de forma dura y sucia, a Cam Newton, sac¨¢ndole del partido. Estaba en su salsa, sinti¨¦ndose parte del triunfo colectivo, de la sensaci¨®n de superioridad, aunque no paren a nadie.
El miedo, aqu¨ª s¨ª, ha cambiado de bando. Son ahora los de Carolina los que miran con desconfianza a sus rivales, los que ya no tienen tan claro que esta divisi¨®n sea su cortijo, los que han visto un punto de inflexi¨®n impredecible hace tan s¨®lo un mes.
Ya tienen personalidad. Ya tienen arrestos. Ya tienen alma. Y, ahora, ya tienen una victoria se?alada, subrayada, para empapelar el vestuario y decirse a s¨ª mismos que son los mejores, que nadie les puede parar en su propia divisi¨®n. Eso no asegura triunfos, ni asegura que los Panthers no les ganen de nuevo, pero s¨ª que pone los cimientos necesarios para pelear de t¨² a t¨² con cualquiera. Los Falcons le han robado la autoestima a los Panthers y se han hecho mayores ante nuestros ojos. Es hora de tratarlos como a adultos.
Y eso exactamente, ser tratados como adultos, en sobredosis, es lo que tendr¨¢n las dos pr¨®ximas semanas: los Denver Broncos y los Seattle Seahawks les esperan. Veremos qu¨¦ clase de equipo son en quince d¨ªas y si su personalidad se asienta de forma definitiva.