El incierto futuro de Sammy Watkins en la NFL
El receptor de los Buffalo Bills tiene unas molestias continuadas en su pie que tienen muy preocupados a todos los estamentos de la franqucia.

Sammy Watkins no jugar¨¢ esta semana. Ya no jug¨® la jornada pasada. Y, francamente, no recuerdo una sola semana en su carrera en la que su presencia en el campo no fuese duda. Es la historia de su carrera profesional, hasta el momento, y nada indica que lo vaya a dejar ser en breve. M¨¢s bien todo lo contrario. La preocupaci¨®n en Buffalo es m¨¢xima.
Watkins tiene un problema en el pie. Le duele mucho, lo que es extremadamente limitante para un receptor cuya habilidad m¨¢s destacable es la velocidad. Sin embargo, y a pesar de que se hace pruebas de manera regular, los m¨¦dicos no le encuentran nada que se pueda operar y arreglar, aunque eso suponga que tener que para el tiempo que sea. No. Lo que le dicen es mucho peor: tiene que acostumbrarse a jugar con ese dolor.
Y Sammy no puede tolerarlo, por m¨¢s que lo intenta. Se le nota en el campo, con una incomodidad evidente, y se le nota mucho m¨¢s en los entrenamientos, donde cada ma?ana se convierte en una inc¨®gnita. Lo primero que comunican los periodistas que siguen la actualidad de los Bills en sus cuentas de twitter es, invariablemente, si Watkins est¨¢ en el campo o no. Y la mayor¨ªa de los d¨ªas es no.
No est¨¢ claro, a estas alturas del problema, si se trata de que el jugador tiene un umbral del dolor muy bajo o si es que sus molestias son infernales. En cualquiera de los casos, la soluci¨®n parece muy compleja.
Rex Ryan ha dicho que est¨¢ muy preocupado, algo l¨®gico, y lo que se apunta desde el entorno de Buffalo es que se estudiar¨¢ el caso ya no semana a semana, como era norma, sino con la idea en mente de que decirle a Watkins que se pierda el resto de la temporada es lo correcto.
Ahora mismo, si en los Bills alg¨²n m¨¦dico o fisioterapeuta asegurase que con un a?o de par¨®n Sammy volver¨ªa al 100% ni habr¨ªa debate. As¨ª de complicado esta el asunto. Pero es que el problema es mayor: quiz¨¢s lo que est¨¢ en juego es su futuro en esta liga.
He ah¨ª el drama. Porque los Bills apostaron mucho por Sammy Watkins. Mucho m¨¢s de lo prudente. Por supuesto, cuando el amor aparece la sensatez salta por la ventana, y el caso es que el staff de Buffalo se enamor¨® del receptor de Clemson. Dieron dos primeras rondas, y una cuarta, para subir a por ¨¦l y escogerle en el n¨²mero cuatro del draft. Es un precio desorbitado, de megaestrella. Por delante, y pagando mucho m¨¢s, que Mike Evans (Bucs) u Odell Beckham Jr. (Giants).
Que ahora se encuentren con un jugador que no es capaz de estar en el campo, de soportar el dolo de su pie... y que no haya una soluci¨®n contundente en forma de reposo, o cirug¨ªa, o lo que demonios sea que permita tener un horizonte en el que ese dolor desaparezca o sea soportable es lo que tiene a la franquicia en un sinvivir.
Es posible que Sammy Watkins no vuelva a jugar este a?o y, por duro que suene, eso no es lo peor que puede suceder en este calvario.