Los Eagles fueron los aut¨¦nticos aspirantes al anillo ante Steelers
Abrumaron a ¡®Los Se?ores del Acero¡¯ en todos los aspectos del juego con una superioridad inimaginable hace solo unas semanas y un Carson Wentz portentoso.
Los Eagles le dieron una paliza con todas las letras a los Steelers. En todas las l¨ªneas y en todos los aspectos del juego. En muchos momentos parec¨ªa un duelo entre dos conjuntos de categor¨ªas diferentes. Ligas menores contra ligas mayores si habl¨¢ramos de b¨¦isbol. E incluso Big Ben, que no suele perder la compostura ni en los peores momentos, parec¨ªa un quarterback novato, inseguro y desconcertado, que lanzaba pases sin orden ni concierto que muchas veces parec¨ªan volar hacia las manos de sus rivales, y no a las de sus propios receptores.
El choque estaba terminado en el descanso, cuando los Steelers solo llevaban 15 yardas de carrera, DeAngelo Williams, hasta ahora imparable, hab¨ªa sumado 7 yardas en seis intentos y Big Ben ya miraba con la cara torcida. El marcador se?alaba un 13-3 que parec¨ªa dar esperanzas a los Se?ores del Acero, pero la realidad es que a esas alturas ya eran un gui?apo.
Los Eagles tambi¨¦n demostraron que el efecto Antonio Brown no tiene por qu¨¦ ser letal si se anula a los Steelers en los dem¨¢s aspectos del juego. El receptor volvi¨® a superar sin despeinarse las 100 yardas de recepci¨®n (140 yardas en 12 pases), pero Roethlisberger acumulaba sacks mientras su l¨ªnea ofensiva, una de las m¨¢s poderosas de la NFL era incapaz de abrir rutas a la carrera y de frenar la l¨ªnea defensiva de Philadelphia, que se dio un aut¨¦ntico fest¨ªn durante todo el encuentro.
El partido pareci¨® el mundo al rev¨¦s. Porque mientras los Steelers parec¨ªan un bloque sin conjuntar, con una defensa porosa y sin car¨¢cter, Philadelphia dio por tercera semana consecutiva la imagen de un bloque poderoso que lleva a?os jugando a lo mismo con fe infinita en sus posibilidades. Doug Peterson fue puesto en entredicho desde el primer d¨ªa porque siempre hab¨ªa vivido a la sombra de Andy Reid, y nos tem¨ªamos que le faltara car¨¢cter e imaginaci¨®n para desarrollar su propio proyecto. Y no hace muchas semanas que critic¨¢bamos a Roseman por no tener un proyecto claro en el puesto de quarterback.
La realidad es que Doug Peterson no solo tiene muy claro lo que quiere hacer, adem¨¢s es ambicioso y agresivo, y el juego ofensivo de los Eagles rebosa frescura e imaginaci¨®n, y sabe aprovechar todas sus armas sin piedad. Darren Sproles ya no es el jugador n¨²mero doce que le gustar¨ªa tener a todos los ataques, sino un arma letal que aparece constantemente como un dolor de cabeza; Kenjon Barner y Wendell Smallwood han salido de la nada para perforar desde el backfield como taladros de diamante; el juego con tight ends que tanto le gustaba a Chip Kelly no se ha perdido, y por el camino se reparten pases a muchos receptores diferentes para que las secundarias sean incapaces de ajustarse. Esta vez fue la de los Steelers, que nunca tuvo soluciones ante el vendaval que se le ven¨ªa encima, pero es algo que llevamos viendo desde que empez¨® la temporada.
Pero una vez m¨¢s, la guinda ofensiva la puso Carson Wentz, convertido en veterano letal despu¨¦s de tres partidos como profesional. Super¨® sin despeinarse las 300 yardas, se movi¨® en el pocket como en su propio jard¨ªn, siempre encontr¨® el pase m¨¢s letal, la jugada que m¨¢s da?o pod¨ªa hacer a sus rivales, y cabalga a paso seguro hacia el t¨ªtulo honor¨ªfico de rookie ofensivo del a?o.
Sin olvidar una defensa que Jom Schwartz ha convertido en un ballet con sincronizaci¨®n perfecta, capaz de agobiar solo con los cuatro jugadores de la l¨ªnea, mientras los siete restantes pareen empe?ados en urdir la manera m¨¢s dolorosa de torturar a sus rivales en un juego de movimientos imprevisibles.
Los Eagles terminaron ganando 34-3 a los todopoderosos Steelers, para muchos los m¨¢ximos favoritos de la conferencia Americana, pero visto lo visto sobre el emparrillado, si hubieran necesitado anotar m¨¢s de 50 puntos, lo habr¨ªan hecho sin despeinarse. Al menos durante un poco m¨¢s de tres horas, unos fueron equipo de Super Bowl y los otros parecieron un filial de categor¨ªas inferiores, pero con los papeles cambiados respecto a lo que imagin¨¢bamos hace solamente unos pocos d¨ªas.