Los Falcons se impusieron a los Raiders en un duelo sin defensas
Ambos equipos confirmaron que su ataque puede ser muy explosivo, pero tambi¨¦n que sus defensas deben mejorar una barbaridad si quieren ser competitivos.
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El Raiders-Falcons empez¨® como un duelo posicional muy t¨¢ctico en el que ambos equipos intentaban tener las mejores posiciones en el campo y no hab¨ªa concesiones. Muy duro, muy serio y sin dejar nada al azar. De esos en que cada error es costos¨ªsimo y se intenta evitar a toda costa. Matt Ryan, y sobre todo Derek Carr, ten¨ªan que empezar sus series detr¨¢s de la yarda 10 propia, y cuando se empieza tan atr¨¢s, por muy bien que lo hagas, es complicado llegar al otro extremo del mundo... un inicio que nada tuvo que ver con un final muy diferente.
El primero que logr¨® atravesar el campo fue Ryan, que por segunda semana volvi¨® a encontrar en Jacob Tamme el tight end receptor que lleva a?orando tanto tiempo. En cuanto ha conseguido establecer una conexi¨®n con ¨¦l, y con Austin Hooper, el ataque de Atlanta ha recuperado el dinamismo y parece m¨¢s rico e imprevisible. Adem¨¢s, el quarterback parece mucho m¨¢s seguro y reparte mejor el bal¨®n entre distintos receptores, sabiendo que siempre tienen a mano a sus tight ends de confianza. Con esa din¨¢mica lleg¨® el primer field goal de Atlanta, que le adelant¨® en el marcador (0-3).
La primera anotaci¨®n de los Raiders fue bastante menos cient¨ªfica. Despu¨¦s de empezar en su propia yarda nueve, y sudar sangre para llegar a la 38, un pase profundo a Amari Cooper, y otro ¡®?tronco va!¡¯ a Crabtree en la end zone rival, que en un primer momento fue interceptado pero termin¨® penalizado como interferiencia y bal¨®n en la yarda uno, terminaron con touchdown de Murray (7-3).
Las anotaciones no cambiaron la din¨¢mica t¨¢ctica del partido, aunque s¨ª movieron el avispero de ambos ataques, que r¨¢pidamente cogieron confianza y se volvieron m¨¢s agresivos. Matt Ryan solo necesit¨® tres minutos para atravesarse el campo y lanzarle un pase letal de 21 yardas a Julio Jones, que volv¨ªa a adelantar a Atlanta (7-10). De inmediato, otro kickoff corto de los Falcons volv¨ªa a hacer estragos. Carr empez¨® atacando en su propia yarda dos, tuvo que despejar poco despu¨¦s, y el despeje fue retornado por Weems que no lleg¨® hasta la end zone porque el punter, Marquette King, agarraba al retornador del collar de la coraza y cambiaba penalizaci¨®n por touchdown. Y le sali¨® m¨¢s que bien, porque Atlanta tuvo que conformarse con un fieldgoal, que dej¨® el marcador en el (7-13) con que se lleg¨® al descanso.
Tras la reanudaci¨®n sigui¨® la batalla posicional, pero un error manch¨® gravemente la buena labor de equipos especiales de los Falcons hasta ese momento. Despu¨¦s de parar el ataque de Oakland, la serie resucit¨® cuando sacaron a 12 jugadores para defender el punt. Pocas jugadas despu¨¦s Walford recib¨ªa un pase espectacular de 31 yardas de Carr y los Raiders se adelantaban en el marcador (14-13).
Las defensas empezaban a agujerearse por todos lados, mientras los Falcons a?ad¨ªan un nuevo factor a su juego. Hasta ese momento, en sus formaciones de doble tight end era Tamme el que se llevaba los balones, pero Ryan empez¨® a buscar a Austin Hooper, convertido en pesadilla para la secundaria de los Raiders. Tras un pase a Hooper de 44 yardas, Ryan era interceptado en la zona de anotaci¨®n rival tras lanzar un pase muy retrasado a Tamme, pero quedaban muy claras las intenciones de asaltar el castillo rival usando a sus tight ends como ariete.
Y de hecho, poco despu¨¦s Ryan conectaba primero con Hooper, y despu¨¦s con Tamme, que consegu¨ªa una recepci¨®n de 14 yardas para touchdown con conversi¨®n de dos (14-21)
Desde ese momento, ni control del reloj, ni batalla territorial, ni estrategias, ni t¨¢cticas, ni historias. Con las dos defensas desaparecidas, el ataque terrestre de los Raiders destrozaba a unos Falcons que parec¨ªa que jugaban sin linebackers, siempre apareciendo tarde, mal y nunca, y Matt Ryan derru¨ªa la inexistente secundaria de Oakland. Puro espect¨¢culo ofensivo, pero nula efectividad defensiva. Primero fue el empate de los Raiders con un pase de Carr a Crabtree; despu¨¦s de que Latavius Murray pr¨¢cticamente violara a la defensa rival (21-21); luego fue Julio Jones el que atrapaba un pase de 46 yardas que se convert¨ªa en heraldo del touchdown de Hardy , con carambola incluida, que devolvi¨® a Atlanta el control del marcador (21-28); y la locura se tomaba un respiro cuando Amari Cooper consegu¨ªa un touchdown que era anulado porque el receptor se hab¨ªa salido del campo antes de recibir el bal¨®n. De posible empate se pas¨® a un cuarto down que Jack del Rio, definitivamente pose¨ªdo por el esp¨ªritu Raider m¨¢s atrevido, intentaba y fallaba.
De inmediato, los Falcons parecieron darle la puntilla al partido. Julio Jones estaba omnipresente, manteniendo vivo el ataque, y Coleman consegu¨ªa poco despu¨¦s un touchdown de 13 yardas de carrera (21-35). Quedaban cuatro minutos y medio y los Raiders lo intentaron hasta el final. Consiguieron reducir distancias con un touchdown de Holmes (28-35) en una serie en que la defensa de los Falcons fue una mera espectadora, con sus jugadores mirando sin placar desde una posici¨®n privilegiada. Sin embargo, su defensa volvi¨® a fallar y sus rivales consumieron el reloj, dejando solo dos segundos al ataque de los Raiders. Y por muy incompetente que fuera a esas alturas la defensa de Atlanta, atravesar ochenta yardas en dos segundos era una misi¨®n completamente imposible.