El otro US Open
Hace un esfuerzo por contener las l¨¢grimas, de impotencia, de rabia y un poco hasta de verg¨¹enza. En las ¨²ltimas horas hab¨ªa so?ado despierto tantas veces con este momento, pero con un desenlace bien distinto. Todav¨ªa le quedaron fuerzas para despedirse de sus compa?eros de partida y agradecer su paciencia. En el abrazo con Preston, su padre y caddie esta semana, es cuando el jugador se derrumba.
El despertador de Zach y Preston son¨® a las cinco de la ma?ana. En realidad no lo hubiera necesitado, llevaba ya tiempo en la cama dando vueltas al d¨ªa m¨¢s importante de su carrera, imaginando birdies, entrevistas y el punto de inflexi¨®n que su carrera necesitaba. Zach Edmonson tiene solo 300 seguidores en twitter y una endeble bolsa de tr¨ªpode, a la que han grabado el nombre para la ocasi¨®n. A sus 25 a?os, lleva dos como profesional peleando en uno de los circuitos sat¨¦lites en Canad¨¢. Un par de puestos entre los veinticinco primeros es un pobre bagaje que a duras penas le permite sobrevivir como golfista. Esta era su oportunidad. Fue uno de esos 9.877 jugadores que rellenaron hace tres meses el formulario de preinscripci¨®n, como si fuera la carta a los Reyes Magos. Pas¨® la fase local, tambi¨¦n la seccional y se plant¨® entre los 156 mejores jugadores. Las 24 horas de espera hasta el debut no hizo m¨¢s que aumentar la ansiedad de lo que ser¨ªa uno de los peores d¨ªas de su vida. Trece horas en el campo de golf, 36 hoyos, 18 bogeys, seis dobles; 89 golpes en los primeros 18 hoyos y 79 en los segundos.
"Hemos venido a ver golf, mientras otros juegan" - fue el resumen final de su frustrada experiencia.
En el foco del Us Open la dureza de dos vueltas en un mismo d¨ªa en un torneo como ¨¦ste exprimi¨® hasta la ¨²ltima energia de Sergio Garc¨ªa, esa que le vali¨® para embocar un milagroso putt de 15 metros en su ¨²ltimo hoyo al filo de las tres de la madrugada espa?ola que a buen seguro hizo despertar a m¨¢s de uno en sus casas. Una d¨ªa productivo en el que fue dosificando paciencia hasta meterse de lleno en la pomada, a solo dos golpes de los lideres. A mitad de recorrido, un periodista espa?ol provoc¨® la primera alegr¨ªa del d¨ªa, cuando confirm¨® a Sergio el 3-0 de Espa?a en la Eurocopa.
70 grandes, seis veces segundo son cifras al alcance de solo unos pocos elegidos. Solo falta la guinda para la historia de un golf espa?ol que ya apenas recuerda el ultimo grande de Olazabal en 1999. El marat¨®n y la lucha corresponden hoy a Rafa Cabrera-Bello (+4) y Jon Rahm (+6). 36 hoyos en el punto de mira y un campo Oakmont, ya seco y fiero que comenzar¨¢ a repartir frustraciones entre los jugadores. Para muchos comienza un nuevo Us Open.