En una vida paralela, Ich¨ªro es el Rey de los Hits
Suzuki suma 4 mil 257 hits entre Jap¨®n y EEUU. De haber iniciado su carrera en Grandes Ligas en 2001, habr¨ªa dejado esa marca m¨¢s que inalcanzable.
Pete Rose probablemente tenga raz¨®n. Los hits que Ichiro Suzuki ha pegado en Grandes Ligas son los que deben contar si de r¨¦cords se trata en la Gran Carpa.
Lo que es innegable es que los 4 mil 257 hits que el japon¨¦s suma en su carrera (9 a?os en la Liga de su pa¨ªs y 16 en las Mayores, incluida la de 2016) indican que es un fuera de serie en el arte de pegarle a una pelota con el bat.
Y quiz¨¢ lo sea hasta un poco m¨¢s que el propio Rose.
Echemos a volar la imaginaci¨®n con un sencillo ejercicio para fantasear con lo que Ichiro posiblemente hubiera hecho de haber iniciado su carrera en 1992 en Grandes Ligas y no en Jap¨®n.
Como referencia tomaremos los 2 mil 979 imparables que ha conectado desde su debut en 2001 con Seattle en la Gran Carpa y que, en promedio, significan 198 imparables por temporada.
Ese promedio es superior en 21 hits al que Rose fij¨® en 24 campa?as en Grandes Ligas (1963-86).
Entre Jap¨®n y los diamantes de Estados Unidos, Suzuki suma 4 mil 257 imparables, cifra a la que lleg¨® el mi¨¦rcoles y que supera por uno al total de Rose.
Suzuki incursion¨® en los parques nipones en 1992 y en sus dos primeros a?os peg¨® 24 y 12 hits, respectivamente, pero en los siete siguientes lleg¨® a los mil 278 para promediar 142 por temporada, 56 menos que su promedio en las Mayores.
Es simple. El buen jugador que era Ichiro en Jap¨®n se convirti¨® en un monstruo al irrumpir en los diamantes de Grandes Ligas para ganar el premio como Jugador M¨¢s Valioso y al Novato del A?o (2001), dos t¨ªtulos de bateo (2001, 04), tres Bats de Plata (2001; 07 y 09), 10 Guantes de Oro y 10 viajes al Juego de Estrellas consecutivos (2001-10).
Si imaginamos que Ichiro inici¨® su carrera en Estados Unidos y aplicamos su promedio real de hits en las Mayores a sus primeros nueve a?os de carrera, el japon¨¦s simplemente hubiera destrozado hace algunos a?os el r¨¦cord de Rose y al final de la presente campa?a lo dejar¨ªa alrededor de los 4 mil 761 imparables, 505 m¨¢s que Rose.
En realidad nunca sabremos si la consistencia y nivel que Ichiro adquiri¨® al llegar a las Mayores las tendr¨ªa nueve a?os antes, pero el alegato de Rose para defender su r¨¦cord, uno de los m¨¢s importantes en la historia de Grandes Ligas, es v¨¢lido.
Por el nivel de ambas ligas, no es lo mismo pegar un hit en las Mayores que en el beisbol japon¨¦s y ah¨ª radica una gran diferencia en el m¨¦rito de pegar 4 mil 256 hits como Rose lo hizo en la pelota de m¨¢s alto nivel.
Sin embargo, pegarle a la pelota con un bat con eficiencia y consistencia no es nada f¨¢cil y si bien la suma de sus hits entre Jap¨®n y Estados Unidos es extra oficial, sus logros en las Mayores son reales y le tienen guardado a Ichiro un lugar privilegiado reservado en Cooperstown.