Cuatro primeras rondas con mucho que demostrar
Kirkpatrick, James, Gilbert y Perriman fueron elegidos en lo m¨¢s alto del draft de sus equipos, pero a¨²n no les han devuelto la confianza depositada en ellos.
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Estados Unidos es el pa¨ªs de las oportunidades. Estamos acostumbrados a escuchar esta letan¨ªa, que ignoro cu¨¢nto tenga de cierto. Sin embargo, nadie dijo que fuera el de las segundas oportunidades. Y menos en la NFL, la competici¨®n deportiva profesional m¨¢s exigente del mundo. Una liga carente de cualquier tipo de conmiseraci¨®n hacia quienes no rinden al nivel que se les presupone. Ser escogido en primera ronda del draft conlleva un alto grado de responsabilidad hacia las franquicias que les han elegido, pero igualmente apareja un nivel de paciencia mayor en caso de que tarden en arrancar. No es f¨¢cil admitir un fracaso, y que un jugador seleccionado en primera ronda lo sea, cuesta ser asumido por los equipos.
Dre Kirkpatrick, uno de los CBs mejor valorados en el draft de 2012, fue recibido como ca¨ªdo del cielo en brazos bengal¨ªes, quienes necesitaban renovar su secundaria. Un CB en el molde de lo que se busca actualmente: alto, f¨ªsico y con excelente coordinaci¨®n de movimientos. Sin embargo, desde muy pronto, las lesiones se cebaron en ¨¦l, y s¨®lo en 2015 pudo establecerse como indiscutible titular... pero m¨¢s por necesidad que por m¨¦ritos. Su falta de velocidad, y su reiterada p¨¦rdida de posici¨®n con respecto a los WRs contrarios, le hizo constate objetivo de los QBs rivales, quienes le buscaron con profusi¨®n, conscientes de que constitu¨ªa el punto m¨¢s d¨¦bil de la secundaria atigrada. M¨¢s de una ocasi¨®n fue puesto en evidencia, y hubiera sido a¨²n m¨¢s dram¨¢tico de no haber tenido la constante ayuda de los safeties. Podr¨ªamos hablar de la sobreestimaci¨®n de los defensores de Alabama como producto de su buena defensa global, pero eso dar¨ªa para otro art¨ªculo. Aun as¨ª, Cincinnati prorrog¨® un a?o m¨¢s su vinculaci¨®n con el club al hacer efectiva la cl¨¢usula que le concede un salario de 7 millones y medio de d¨®lares en 2016, una suma que se me antoja excesiva para su rendimiento. En esta offseason, los Bengals seleccionaron en su primera elecci¨®n de draft otro CB, y renovaron a Adam Jones por 3 a?os, por lo que su destino como bengal¨ª parece sentenciado. Este a?o, m¨¢s que por su continuidad, deber¨¢ pelear por hacerse notar en la liga, y conseguir un buen contrato en otra localidad.
Algo similar ocurri¨® con Jarvis Jones, el OLB de Pittsburgh, en el draft de 2013. Los Steelers hab¨ªan dejado ir a Harrison y tuvieron la fortuna de que les llegase uno de los pass-rushers mejor considerados de aquella promoci¨®n. Sin embargo, su carrera hasta la fecha no ha podido ser m¨¢s decepcionante. Por falta de oportunidades no ha sido, ya que contrariamente a la tradici¨®n acerera, fue titular desde su temporada rookie. Sin embargo, su escasa productividad (apenas 5 sacks en sus 3 a?os en la liga) forz¨® al club a recuperar a Harrison y fichar a Moats, jugadores mucho m¨¢s veterano el primero y de menor calidad el segundo, pero que han tenido m¨¢s protagonismo que ¨¦l. Con estas perspectivas, el club declin¨® la opci¨®n de renovarle autom¨¢ticamente, por lo que se encuentra en el ¨²ltimo a?o de su contrato. Las puertas para renovar contin¨²an abiertas (sigue proyect¨¢ndose pese a todo como titular), pero sin un cambio radical en su rendimiento, su futuro parece alejado de la ciudad de los 3 r¨ªos.
Justin Gilbert no s¨®lo fue elegido en el puesto #8 del draft de 2014 sino que los Browns incluso intercambiaron su posici¨®n con los Vikings, cedi¨¦ndoles una elecci¨®n de 5? ronda. Ahora es f¨¢cil hacer chistes sobre si es el en¨¦simo fiasco de Cleveland en 1? ronda de un draft, pero para todos, en aquel momento, era el mejor CB de la promoci¨®n. Es dif¨ªcil explicar las causas de su fracaso, por qu¨¦ no ha podido trasladar su incuestionable habilidad al emparrillado. Una personalidad compleja, con incidentes no muy aparatosos pero continuados fuera del campo. Una aparente apat¨ªa y falta de concentraci¨®n en los entrenamientos. De esas situaciones que no sabes si lo que necesita es un abrazo, o una colleja. El caso es que Pettine fue incapaz de dar con la tecla para recuperarle, y poco a poco se fue hundiendo en el abismo del depth-chart. Como f¨®rmula para procurar no perder tanto talento, le hicieron retornar patadas, pero puede dar mucho m¨¢s de s¨ª. A este reto se enfrenta el nuevo r¨¦gimen de Cleveland, aunque tambi¨¦n ¨¦l mismo. Para empezar, deber¨¢ escalar posiciones en una plantilla donde no falta calidad en la posici¨®n (Desir, Gaines, Taylor) para despu¨¦s intentar el asalto a la titularidad. El lado izquierdo es indiscutible para Haden, pero tiene opciones en el lado opuesto por la edad de Tramon Williams y la irregularidad de K¡¯Waun Williams. Es todo o nada para Gilbert. A Jackson no le va a temblar el pulso para prescindir de quien no se adapte a su disciplina.
Denominar a Breshad Perriman un fiasco quiz¨¢ sea demasiado temerario. El WR elegido en 1? ronda del draft de 2015 ni siquiera ha debutado a¨²n en los Ravens como consecuencia de una lesi¨®n que le apart¨® de los terrenos de juego toda la temporada. Sin embargo, esta misteriosa dolencia de rodilla, diagnosticada el primer d¨ªa de training-camp y nunca satisfactoriamente explicada, se une a las m¨²ltiples dudas que acompa?aron tan alta adquisici¨®n en el draft, acerca de que solamente era un portento f¨ªsico, sin s¨®lidos fundamentos como receptor. Afortunadamente para la parroquia c¨®rvida, esta primavera ha vuelto a los entrenamientos, y seg¨²n parece, en plena forma. Est¨¢ en una situaci¨®n ¨®ptima para triunfar. Sus rivales para compartir titularidad con Steve Smith son Wallace, que viene de una campa?a decepcionante en Minnesota, y Aiken que si bien demostr¨® que puede ser un aceptable n¨²mero 2, le falta calidad para ser el principal. Obviamente, Perriman no tiene la incertidumbre sobre su futuro de los anteriores jugadores citados en el art¨ªculo, pero cuando alguien empieza a oler a ¡°bust¡±, es complicado sacudirse ese olor, y por su estatus de primera ronda, la exigencia ser¨¢ m¨¢xima.