Bradley Jr. no tuvo opciones de atrapar a Joe DiMaggio
El exterior de los Red Sox tuvo una racha absoluta, logrando un hit en 29 partidos seguidos, pero hab¨ªa pocas posibilidades de batir el r¨¦cord.
Siempre se dice en el mundo de los deportes que los r¨¦cords est¨¢n para batirlos y es una gran verdad. Supone un punto de referencia en el que, gracias al duro trabajo realizado a lo largo de mucho tiempo, puedes conseguir unos hitos o marcas que te permiten alcanzar la inmortalidad¡ al menos durante un tiempo.
Sin embargo, tambi¨¦n es cierto que hay marcas que por su longevidad, complejidad o una mezcla de ambas, resulta imposible contemplar el escenario en el que alguien, ya sea ahora o en una ¨¦poca futura, sea capaz no s¨®lo de superarlo sino siquiera de acercarse a ello.
Es por eso que nadie superar¨¢ jam¨¢s los 511 triunfos en temporada regular de Cy Young. Ning¨²n pitcher llegar¨¢ a la marca de 5714 strikeouts de Nolan Ryan. O nadie ser¨¢ capaz de sobrepasar la cifra de 2632 partidos disputados de forma consecutiva por el gran Cal Ripken Jr.
Es, este escenario que comento, imposible poder considerar que alguien supere la marca de 56 partidos consecutivos de Joe DiMaggio logrando al menos un hit.
No, en realidad, Jackie Bradley Jr. nunca estuvo en disposici¨®n de situarse a la altura del m¨ªtico Joltin Joe.
Lo primero que hay que tener en cuenta es la tremenda complejidad de conseguir un hit. Batear es el ejercicio m¨¢s complejo y dif¨ªcil en el deporte profesional. S¨®lo los mejores son capaces de lograr el ¨¦xito en tres de cada diez ocasiones. Repito s¨®lo los mejores tienen la fortuna de poder hacer un contacto s¨®lido contra los env¨ªos endiablados de los pitchers rivales que no paran de meterle velocidad (o quitarla) a los mismos, cambiando el plano visual de cada uno de ellos y eso que no he mencionado los incre¨ªbles efectos que pueden llegar a realizar. Para muestra, un bot¨®n y con mirar c¨®mo realiza una curva el bueno de Clayton Kershaw, parece un milagro que alguien pueda hacer contacto alguna vez contra ¨¦l.
Aunque un bateador suele tener entre cuatro y seis oportunidades de contactar contra esos env¨ªos, el hecho de lograr un hit es digno de m¨¦rito, pero es que para batir a DiMaggio tienes que hacerlo durante 57 partidos seguidos. Estamos hablando de mantener una sobrehumana capacidad de bateo a lo largo de casi dos meses.
El nivel de exigencia es inmenso y la presi¨®n a¨²n m¨¢s. Hay que decir que todas esas prodigiosas marcas, como la de DiMaggio (56) en 1941, Willie Keeler (45) en 1896-97 o Pete Rose (44) en 1978, llegaron en una ¨¦poca en la que no hab¨ªa ni redes sociales ni nada que se la parezca. Ya es suficientemente complicado como para que se incremente la presi¨®n como se suele hacer en esta ¨¦poca actual y eso no har¨ªa sino aumentar seg¨²n nos acerc¨¢ramos a ese hipot¨¦tico escenario.
Para m¨¢s inri, Bradley no fue capaz de llegar a la psicol¨®gica barrera de los 30 partidos, qued¨¢ndose en 29. Esa suele ser la marca en la que ya hay que empezar a considerar en cierto modo ese camino, que ya es tremendamente meritoria y que, una vez alcanzado, suele ser el punto¡ en el que mueren la inmensa mayor¨ªa de estas rachas.
Luego hay otro aspecto que no es peque?o y que ilustra perfectamente lo que ha cambiado este deporte desde la ¨¦poca de DiMaggio. Durante su racha inmortal hasta alcanzar los 56 partidos, el n¨²mero cinco de los Yankees tuvo que enfrentarse a 55 pitchers en total. Por su parte, Jackie Bradley Jr. se midi¨® (y tuvo que aprenderse sus patrones) de 63 lanzadores. En resumen, casi a mitad de camino, el jugador de los Red Sox ya hab¨ªa tenido que fajarse contra m¨¢s adversarios.
Esto no es sino un ejemplo de la enorme complejidad que ha alcanzado este deporte y que no s¨¦ si lo hace m¨¢s bello de lo que es o era en los a?os 40, pero s¨ª introducen otros factores o variables que lo hacen a¨²n m¨¢s complejo, si a?adimos los pitchers zurdos especialistas (contra los que Bradley est¨¢ promediando un .412 de bateo en ¨²nicamente 40 turnos de bateo), los shifts o los posicionamientos defensivos por l¨¢ser que est¨¢n introduciendo los Dodgers... En definitiva, el arte de batear o conseguir un hit casi nos obliga a peregrinar a Lourdes o se le acerca.
La conclusi¨®n que podemos sacar a esta maravillosa racha de Jackie Bradley Jr., cuya racha activa ha sido sustituida por una de 22 en poder de su compa?ero de equipo Xander Bogaerts, es que los Red Sox han visto que el bate de este exterior central se ha confirmado como real. Es cierto que no va a mantener su media de bateo durante todo el a?o en torno al .340, pero cuya paciencia, selectividad y voluntad de utilizar todo el terreno de juego a la hora de conectar, a?ade un arma m¨¢s al interminable arsenal que tiene John Farrell a su disposici¨®n en lo que al turno de bateo se refiere.