Tegla Loroupe acoge y entrena a 34 refugiados en Ngong Hills
AS viaj¨® a Kenia para ver los registros de campeones kenianos de ayer y hoy, y accedi¨® al Centro de Refugiados que gestiona la ex atleta Tegla Loroupe.
En las primeras estribaciones de Ngong Hills, a casi dos horas de Nairobi y un poco despu¨¦s de la ciudad de Karen, 34 refugiados rodean a Tegla Loroupe y a su entrenador de siempre, Volker Wagner. Es el ¡®School& Rescue Center¡¯ de la Tegla Loroupe Peace Foundation, el Centro Escolar y de Acogida donde 34 refugiados se agrupan junto a Loroupe (explusmarquista mundial de marat¨®n, entre 1998 y 2001) y el alem¨¢n Wagner: que fue fisioterapeuta antes que t¨¦cnico de la campeona.
Al borde de los 43 a?os, Loroupe act¨²a con la determinaci¨®n e intensidad de una santa laica. ¡°De hecho, en una ¨¦poca anterior hubo momentos en los que pens¨¦ hacerme monja; en mis tiempos, ser mujer en el atletismo de Kenia era como una lucha diaria y constante¡±, relata a AS esta menudita keniana de etnia pokot que gan¨® cinco t¨ªtulos mundiales de media marat¨®n y se impuso tres veces en la Marat¨®n de Nueva York. Hoy, la vida de Loroupe se halla puesta al servicio de los 34 refugiados (de Kenia, Sud¨¢n del Sur, Etiop¨ªa, Somalia, incluso Hong Kong) que la antigua plusmarquista mundial mantiene y cobija en las profundidades de las colinas herb¨¢ceas de Ngong.
Varios de estos j¨®venes refugiados (todos por debajo de 20 a?os) perdieron a todos sus familiares y pertenencias materiales en conflictos como los de Somalia o Sud¨¢n del Sur. Uno de ellos, Josphat Keiyo, de Kenia, compiti¨® este pasado domingo en la marat¨®n de Madrid.
Hasta que cumpli¨® 16 a?os, Tegla Loroupe (que creci¨® en una comunidad rural de pastores) siempre compiti¨® descalza. As¨ª gan¨® sus primeras carreras de cross country. Como premio a uno de estos triunfos, en 1989, recibi¨® sus primeras zapatillas, a las que fue adapt¨¢ndose progresivamente y que?para empezar, solo se pon¨ªa en terrenos particularmente accidentados. ¡°Entonces, cuando compet¨ªa, no pod¨ªa pensar en modo alguno que lo que de verdad iba a hacer el atletismo era abrir todo el camino y dotar de sentido al resto de mi vida posterior a la competici¨®n. Hoy, mi vida es una misi¨®n consagrada a poner fuera de cualquier peligro a todos estos chicos¡±. En el Hotel Safari Club de Nairobi y en las laderas de las Ngong Hills, cerca de los escenarios de Memorias de ?frica, Tegla se dirige a un grupo de periodistas occidentales con electricidad m¨ªstica: justo como una santa.
Wagner agrupa a los chicos. Algunos, como Angelina, que ya se asoma a finales de 10.000 metros en los Campeonatos j¨²niors de Kenia, escaparon vivos por milagro a los tiroteos de Juba, en el conflicto de Sud¨¢n del Sur. El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional y la ONU han reconocido y premiado a la Tegla Loroupe Peace Foundation. Con ayuda de los directivos ol¨ªmpicos, Loroupe ya logr¨® fondos para que los chicos viajen a R¨ªo de Janeiro y se integren en los Juegos. ¡°Pero miro m¨¢s all¨¢ de R¨ªo. No nos vamos a detener¡±. Palabra de Tegla Loroupe.?