Jake Arrieta parece decidido a hacernos quedar mal
El pitcher de Chicago Cubs ha comenzado de forma sensacional el a?o y aspira a superar su hist¨®rico 2015, en el que fue el mejor lanzador.

La temporada pasada en las Grandes Ligas nos aport¨® grandes historias. El a?o en el que Bryce Harper se convirti¨® en la gran superestrella que todos los ojeadores vaticinaban, los Kansas City Royals saldando la deuda que ten¨ªan con el Cl¨¢sico del Oto?o e imponi¨¦ndose a los New York Mets, los Toronto Blue Jays volviendo a situarse en el mapa de la competici¨®n despu¨¦s de haber estado veinte a?os en el ostracismo m¨¢s absoluto o los Chicago Cubs cumpliendo el vaticinio de Regreso al Futuro 2. Bueno, ese quiz¨¢s no.
Sin embargo, la ciudad del viento en su parte norte nos ofreci¨® una historia sin igual, m¨¢s all¨¢ de la confirmaci¨®n de Kris Bryant como el jugador franquicia desde el momento en el que fue escogido en el draft. No, la historia fue la coronaci¨®n o confirmaci¨®n (seg¨²n se mire) de Jake Arrieta como referente en la rotaci¨®n de los Cachorros.
Su campa?a se vio recompensada con un premio Cy Young, el m¨¢s prestigioso que siempre se otorga al mejor pitcher, ya sea en la Liga Nacional o en la Americana. En una lucha sin cuartel a tres bandas con Zack Greinke y Clayton Kershaw, Arrieta fue capaz de superar a los dos compa?eros de los Dodgers gracias a una antol¨®gica segunda mitad de temporada que no se hab¨ªa visto con anterioridad. M¨¢s all¨¢ de los m¨¦ritos de cada uno de ellos (que los tuvieron y en cantidades industriales), la liturgia que rode¨® la marca de Arrieta justo despu¨¦s del par¨®n por el All-Star fue de las que marcan ¨¦poca y eso fue clave para hacerse con el premio.
Su primera mitad fue excelente (10-5, 2.66 ERA), pero lo de la segunda mitad fue de absoluto esc¨¢ndalo. Su r¨¦cord de 12-1 no lo cuenta todo. De hecho, no dice nada salvo que supo c¨®mo ganar partidos aunque eso es iron¨ªa. Pues claro que Arrieta y los pitchers saben ganar (y perder) partidos, pero su capacidad para evitar carreras, rozando la perfecci¨®n es algo que no se hab¨ªa visto. Su ERA, la efectividad que tiene un pitcher en base a las nueve entradas de un encuentro fue de 0.75. No, no se trata de una errata. S¨®lo concedi¨® 9 carreras en algo m¨¢s de 107 entradas e hizo que todas sus salidas se convirtieran en visionado obligado.
El punto ¨¢lgido lleg¨® con su no-hitter en casa Greinke y Kershaw, impidiendo que los Dodgers le hiciesen al menos un hit a lo largo del encuentro disputado el 30 de agosto.
M¨¢s all¨¢ de los partidos que complet¨® y el uso intensivo que hicieron los Cubs de cada una de sus actuaciones, todo el cansancio acumulado se hizo notar al mismo tiempo durante la postemporada. Nunca antes en su carrera en las Grandes Ligas hab¨ªa superado Arrieta las 156 entradas, cifra escasa para un pitcher de primer nivel. Jake termin¨® la campa?a regular en 2015 con 229, incrementando con creces el aumento de trabajo que siempre se recomienda, no superior a un 20% de un a?o para otro. No obstante, el brazo de Arrieta no es el de un churumbel, se trata de un mocet¨®n ya formado que no ha acumulado tanto castigo como otros en este instante de su carrera deportiva.
Una de las claves (y lo es para todos los pitchers de los clubes que avanzan profundamente en octubre) es la repercusi¨®n y los efectos secundarios de ese esfuerzo extra, con especial atenci¨®n a los m¨¢s j¨®venes o a aquellos que han pasado por una grave lesi¨®n no hace demasiado.
Este no es el caso de Jake Arrieta, un furioso seguidor del pilates y algo que ha sido clave para alcanzar el equilibrio casi perfecto del que goza en la actualidad. Tan creyente se ha vuelto del pilates, que ha intentado reclutar para su causa a uno de los reci¨¦n llegados, el veterano John Lackey, que se ha excusado a la hora de seguir este plan de entrenamiento que ha sido como el d¨ªa y la noche para el bueno de Arrieta.
La duda que nos han planteado a lo largo de los ¨²ltimos tiempos es sencilla. ?Ser¨¢ Jake Arrieta capaz de repetir lo logrado el a?o pasado? En ese sentido, hay que diferenciar dos aspectos. El primero es el de la temporada global (22-6, 1.77) y el de la segunda mitad ya mencionada anteriormente. La repuesta a la segunda opci¨®n es m¨¢s clara. Por supuesto que resulta imposible pensar que ser¨¢ capaz de repetirlo. Ese nivel de dominio no ha sido alcanzado en la era moderna de este deporte salvo por el Jake Arrieta de 2015. Es inconcebible que sea capaz de repetirlo¡ o mejorarlo.
Para el caso de la temporada en su conjunto, s¨ª podr¨ªa darse el caso. ?Por qu¨¦ no? Alguien que se cuida con tal meticulosidad es capaz de cumplir con un aspecto crucial, el de la preparaci¨®n. Ahora s¨®lo queda por ver si los resultados de esa preparaci¨®n acompa?an.
Los tres primeros encuentros de Arrieta nos presentan un peligroso dilema. ?Es capaz de mejorarse a s¨ª mismo? Un sudor fr¨ªo recorre la columna vertebral de toda la Liga Nacional por esa idea. Su balance es impresionante con tres victorias en otros tantos encuentros, una ERA de 1.23 y 20 strikeouts en 22 entradas. Tan incre¨ªble es la racha de Arrieta que lleva 23 actuaciones de calidad consecutivas (seis entradas y tres carreras o menos concedidas) y 48 entradas y dos tercios consecutivas en casa sin permitir una sola carrera. De locos. Tan impresionante es que se encuentra a tiro de piedra del r¨¦cord de todos los tiempos en casa a cargo de Ray Herbert que complet¨® 54 entradas consecutivas en el Connie Mack Stadium entre 1962 y 1963.
Los datos de velocidad y uso de los distintos lanzamientos de su arsenal (recta de cuatro costuras, sinker, cambio, slider o curva) nos dicen que no hay mucha variaci¨®n m¨¢s all¨¢ de un incremento de un 10% del primero respecto al Arrieta de la segunda mitad del a?o 2015.
La clave de todo es una palabra: confianza. La certeza que Jake Arrieta tiene de que es el que manda, que no va a permitir nada m¨¢s que la m¨ªnima expresi¨®n y que los Cubs van a ganar s¨ª o s¨ª con ¨¦l sobre la loma.
El resto de la Liga Nacional no tiene que estar nada feliz ante esta perspectiva.