Terrell Owens es un dios de la NFL todos los d¨ªas de la semana
Que el comit¨¦ que decide qu¨¦ jugadores deben entrar en el Hall of Fame haya dejado a Terrell Owens fuera este a?o es una triste e injusta decisi¨®n imperdonable.
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![4 de enero de 1999: Terrell Owens celebra una recepción para touchdown a tres segundos del final del partido de playoffs contra Green Bay.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/24NVGI6NIJOYPLTS5CTQWENPAI.jpg?auth=463a81b3ed3503b61c625257f143e7e7af9491709ded7ed06a415893eb824531&width=360&height=203&smart=true)
Tony Dungy puede decir misa, y preferir a Marvin Harrison sobre Terrell Owens todos los d¨ªas de la semana, pero tanto ¨¦l, como todo el que haya visto en acci¨®n a ambos jugadores, sabe de sobra que TO era mejor que Harrison los lunes, los martes, los mi¨¦rcoles, los jueves, los viernes, los s¨¢bados, y especialmente los domingos y los lunes de guardar porque hab¨ªa partido de la NFL.
Lo que ha hecho el comit¨¦ que decide qu¨¦ jugadores entran cada a?o en el Hall of Fame me parece una cacicada impresentable. Una indecencia. Y todav¨ªa m¨¢s cuando la justificaci¨®n que han dado para tomar esa decisi¨®n inexplicable para casi todos, excepto para Tony Dungy, es que era incapaz de trabajar y jugar bien con sus compa?eros.
En mi vida he escuchado pocas chorradas m¨¢s grandes que esa. Terrell Owens ha sido uno de los jugadores m¨¢s profesionales que ha dado la NFL. Y no creo que nadie pueda poner en duda eso. Dio el ciento por ciento en cada uno de los snaps que jug¨® a lo largo de su carrera. Nunca se reserv¨®, nunca dej¨® de correr una ruta hasta el final sabiendo que el bal¨®n no ir¨ªa en su direcci¨®n. Nunca se pens¨® hacer un bloqueo si con ello pod¨ªa ayudar a que la jugada tuviera ¨¦xito. Terrell Owens amaba el football americano como pocos jugadores lo han hecho nunca. Dedicaba los 365 d¨ªas de su vida a mejorar f¨ªsica y t¨¦cnicamente para estar listo para la acci¨®n cuando fuera necesario y, adem¨¢s, en su vida privada fue un tipo intachable que por supuesto que supo divertirse, pero que nunca estuvo envuelto en ninguna pol¨¦mica personal ni problema policial o judicial, ni de ning¨²n tipo, algo que no puede decir, por ejemplo, Marvin Harrison. La vida de TO siempre ha sido irreprochable.
TO era un gamberro. Eso es innegable, pero tambi¨¦n inolvidable. Solo hay que hacer un recorrido por sus mejores celebraciones para darse cuenta que casi son argumento suficiente para que alguien entre en el Hall of Fame. Y si Owens hac¨ªa esas excentricidades divertidas, era porque pod¨ªa, porque su calidad inabarcable le permit¨ªa estar y sentirse por encima de casi todos los jugadores que se mov¨ªan a su alrededor. Terrell Owens era tan bueno que abrumaba a los que le rodeaban solo con su presencia.
Terrell Owens no hac¨ªa drops. Bueno, es no es del todo cierto, los empez¨® a hacer al final de su carrera; en su tercera temporada con los Cowboys, despu¨¦s de 12 a?os siendo infalible en la NFL. Pero hasta ese momento encarn¨® con precisi¨®n germ¨¢nica la famosa frase que se ha convertido en el primer mandamiento para cualquier receptor: ¡°si lo puedes tocar, lo puedes atrapar¡±. TO atrapaba todo lo tocable, y tambi¨¦n lo que no lo era. TO consegu¨ªa m¨¢s separaci¨®n que ning¨²n otro receptor en la NFL. TO corr¨ªa cualquier ruta con una precisi¨®n matem¨¢tica y sab¨ªa como nadie convertirse en salvavidas cuando la jugada estaba rota. TO solo tuvo un problema de verdad: lleg¨® a la NFL con dos a?os de retraso.
Terrell Owens fue elegido por los 49ers en tercera ronda del draft de 1996 con el pick 89. Dos temporadas despu¨¦s de que Steve Young dirigiera el ataque de los Niners en la ¨²ltima Super Bowl del equipo dorado. Y a partir de ese d¨ªa, el receptor solo tuvo una obsesi¨®n: conquistar el anillo. Fue su mayor deseo durante a?os y a?os, el ¨²nico motivo de su vida, de sus entrenamientos, de sus a?oranzas y esfuerzos. Creo que ning¨²n jugador de la historia deseo tanto el anillo de campe¨®n de la NFL como lo hizo Terrell Owens. Un Gollum en la vida real que tambi¨¦n se fue obsesionando casi hasta la demencia por conseguir su tesoro.
Se habla de una trayectoria plagada de pol¨¦micas. Y me vais a perdonar, pero no es verdad. En absoluto. Owens tuvo solo dos. Graves, pero dos. Una signific¨® el final de una etapa de los 49ers que decidieron cortar por lo sano despidiendo a Mariucci (head coach), Jeff Garc¨ªa (quarterback) y Terrell Owens. ?De qui¨¦n fue la culpa? Garcia y Owens no ten¨ªan una buena relaci¨®n personal, y llevaban tiempo a la gre?a dentro del vestuario. Nadie niega, ni negar¨¢ nunca, que Owens siempre fue una diva, pero tampoco nunca nadie dentro del vestuario de los 49ers se?al¨® a Owens como culpable de que el proyecto saltara por los aires. M¨¢s bien al contrario, la sensaci¨®n es que su obsesi¨®n por ganar, su excesivo celo, a veces provocaba una presi¨®n excesiva sobre sus compa?eros.
Sin embargo, ?qui¨¦n puede criticar que alguien exija a los dem¨¢s que den el ciento por ciento cuando ¨¦l mismo se est¨¢ entregando por entero en cada jugada?
Lo mismo sucedi¨® en Filadelfia, donde desde el primer d¨ªa se convirti¨® en la gran estrella ofensiva, revolucion¨® un ataque que ya de por s¨ª era poderoso, e incluso hizo algo que pudo haber terminado con su carrera. El 19 de diciembre de 2004 sufri¨® una grave lesi¨®n contra los Cowboys que para cualquier otro jugador hubiera significado el final de la temporada: esguince de tobillo grave y rotura del peron¨¦. Los m¨¦dicos anunciaron que su temporada estaba terminada, pero ¨¦l se empe?¨® en hacer lo que fuera para estar de vuelta para los playoffs. Le dijeron que las secuelas de esa decisi¨®n pod¨ªan terminar con su carrera sin el reposo necesario, a ¨¦l no le import¨® correr el riesgo y lleg¨® a tiempo para jugar la Super Bowl que los Eagles perdieron con los Patriots. Pese a todos los sacrificios, su tesoro se le volv¨ªa a escapar entre los dedos, aunque ¨¦l hizo lo que pudo tambi¨¦n en el encuentro, donde fue uno de los mejores jugadores de los Eagles.
Lo hab¨ªa arriesgado todo y nunca perdon¨® a McNabb que jugara un partido mediocre y que se justificara en que se hab¨ªa encontrado mal. Incluso se habl¨® de que el quarterback hab¨ªa vomitado. TO pensaba que ¨¦l se hab¨ªa entregado por entero, arriesgando su pierna y su carrera y que McNabb no hab¨ªa estado suficientemente comprometido. La relaci¨®n entre ambos jugadores se enrareci¨® a partir de ese momento y ya nunca volvi¨® a haber qu¨ªmica entre ellos. McNabb era un ¨ªdolo para la afici¨®n de Filadelfia, que de inmediato tom¨® partido por ¨¦l. Adem¨¢s, el quarterback era muy inteligente y siempre se movi¨® como pez en el agua con la prensa mientras TO lanzaba exabruptos muy poco meditados y casi siempre mal interpretados. Se meti¨® en una guerra que ten¨ªa perdida desde el primer instante y que min¨® definitivamente su trayectoria.
?Fue Terrell Owens un c¨¢ncer para aquel vestuario? Si repasamos lo que dec¨ªan sus compa?eros (sin contar a McNabb), simplemente era un tipo obsesionado por jugar cada partido al m¨¢ximo nivel, y que no sab¨ªa perdonar que alguien de su vestuario no lo hiciera. ?Eso es un mal compa?ero? ?Un tipo problem¨¢tico?
A partir de ah¨ª, TO no tuvo ning¨²n problema m¨¢s, por mucho que se empe?en en colg¨¢rselos. Ni en Dallas, ni el Buffalo, ni el Cincinnati. Aunque se empe?en en mirar su trayectoria con lupa, sigui¨® siendo un jugador obsesionado con su f¨ªsico, su t¨¦cnica, su rendimiento, el esfuerzo de sus compa?eros, y el anillo. Su tesoro inalcanzable.
Lo ¨²nico que le pueden echar en cara es que despu¨¦s de que los Cowboys fueran eliminados por los Giants en playoffs, Terrell Owens, con unas gafas negras enormes que cubr¨ªan su cara desencajada, rompiera a llorar en la conferencia de prensa, como un ni?o, consciente de que su ¨²ltima oportunidad de ganar el anillo hab¨ªa pasado de largo. Y entre hipidos y mocos defendi¨® a Tony Romo, a todos sus compa?eros, y al equipo de la estrella solitaria del que tanto se hab¨ªa mofado en sus primeros a?os.
Pero ya nunca volvi¨® a ser el mismo.
El TO feliz, dispuesto a comerse el mundo, que se sent¨ªa superior a todos y a todo, se escurri¨® entre esas l¨¢grimas. Desde entonces solo fue un mendigo, so?ando con que un aut¨¦ntico aspirante le fichara, aunque fuera de tercer receptor, para ganar su tesoro in extremis, aunque fuera por la puerta de atr¨¢s.
Nunca he visto a un receptor como Terrell Owens, nunca he visto un jugador m¨¢s enamorado del football americano, nunca un tipo m¨¢s comprometido, m¨¢s profesional, m¨¢s entregado.
Si TO no merece estar en el Hall of Fame de la NFL, no lo merece nadie, y que unos tipos decidan una injusticia como la que han perpetrado la noche anterior a la Super Bowl, solo porque seg¨²n ellos era un jugador problem¨¢tico en los vestuarios, les incapacita para volver a decidir sobre qui¨¦n debe, y qui¨¦n no, tener un busto de bronce en Cant¨®n.
Entre todos ellos no aman el football americano ni han hecho por ¨¦l ni la d¨¦cima parte de lo que hizo TO, uno de los dioses m¨¢s grandes que nunca han poblado un emparrillado.