Los Browns afrontan una revolucionaria reconstrucci¨®n
Tras despedir a entrenador y manager general, el en¨¦simo ¡°D¨ªa de la Marmota¡± en la franquicia de Cleveland se presenta diferente a los anteriores.

Jimmy Haslam, el propietario de los Browns, es un millonario que se compr¨® un juguete. Desde que lleg¨®, su presencia se ha hecho notar en todas las ¨¢reas, de las decisiones de personal a las deportivas. Las cabezas de tres entrenadores y dos managers generales despedidos decoran su despacho. Cuestionables selecciones en el draft todav¨ªa sonrojan a los aficionados. Pero reconozc¨¢moslo, si cualquiera de nosotros tuviera los millones necesarios para comprar un equipo, habr¨ªamos hecho exactamente lo mismo, no s¨®lo las alineaciones, sino incluso hasta los cambios. Ahora, pasados cuatro a?os desde la adquisici¨®n de la franquicia, parece que se ha calmado su ansia intervencionista, y se ha dado cuenta que esto es un negocio en el que debe dejar trabajar a los profesionales. Sin embargo, estos a?os de fracasos tambi¨¦n le han ense?ado que esperar un resultado diferente repitiendo lo mismo es una estupidez. Por esta raz¨®n, ha encargado su nuevo proyecto a personas j¨®venes, sin ideas preconcebidas, por no haber estado directamente involucradas en actividades relacionadas con el football. Una apuesta novedosa, sorprendente y arriesgada, que por tanto, merece nuestra atenci¨®n.
Uno de los pilares que ha escogido para este ins¨®lito plan es Sahsi Brown, quien pese a su juventud, 39 a?os, lleva ya 10 en el mundo de la NFL (7 en los Jaguars y 3 en Cleveland). Si bien tiene el apellido correcto (el nombre no s¨¦ si tanto para este rudo deporte), ha sido nombrado Vicepresidente Ejecutivo de Operaciones de Football, pese a que nunca se ha encargado de asuntos estrictamente deportivos. Abogado de Harvard, ser¨¢ el responsable de negociar los contratos, controlar el tope salarial y por supuesto, todo lo relacionado con temas legales. En el nuevo organigrama, tendr¨¢ bajo sus ¨®rdenes a un asistente (no un General Manager tradicional, sino un ¡°Vicepresidente de plantilla de jugadores¡±, a¨²n por designar), cuya misi¨®n se limitar¨ªa a evaluar talento deportivo: seguimiento de jugadores en agencia libre, scouting para el draft, etc. La decisi¨®n final recaer¨ªa sobre Brown, consensuada con el entrenador.
No obstante, la adquisici¨®n que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n ha sido la de Paul DePodesta como Director de Estrategia. Con 43 a?os, y tambi¨¦n ex alumno de Harvard, pero de la facultad de Econ¨®micas, DePodesta tiene una amplia experiencia en la gesti¨®n¡ de equipos de b¨¦isbol, donde su revolucionaria aplicaci¨®n de las estad¨ªsticas avanzadas fue incluso objeto de una pel¨ªcula (Moneyball). Obviamente, Haslam no le ha contratado por sus conocimientos football¨ªsticos, y es cuestionable hasta qu¨¦ punto se pueden aplicar a nuestro deporte sus estudios matem¨¢ticos, pero colocar una mente tan organizada como la suya en un puesto clave de la organizaci¨®n, ayudar¨¢ a poner orden en todos los estamentos de la franquicia.
El primer gran ¨¦xito de esta pareja Brown-DePodesta ha sido la contrataci¨®n del entrenador m¨¢s codiciado en la agencia libre: Hue Jackson. Y lo han conseguido a base de, aparte de soltarle una buena pasta, darle poder absoluto tanto en la confecci¨®n de la plantilla como del staff t¨¦cnico. Escarmentado de su etapa como head-coach en Oakland, Jackson ha manifestado sentirse ¡°confortable¡± con el front-office, lo que traducido significa que le han cedido el control total sobre la parcela deportiva (que con tanto ¨¦xito ha visto desempe?ar a Marvin Lewis en Cincinnati), y que no tendr¨¢ revoloteando sobre ¨¦l la figura de un General Manager con ¨ªnfulas interfiriendo en su gesti¨®n.
Tambi¨¦n habr¨¢ tenido mucho que ver en la decisi¨®n de Jackson de aceptar el empleo la situaci¨®n deportiva del equipo. Pese a su decepcionante campa?a, creo sinceramente que dispone de buenos jugadores para aspirar a metas importantes. Si la respetan las lesiones, la defensa deber¨ªa dar un salto de calidad que la coloque entre las mejores. El ataque, donde m¨¢s trabajo hay por hacer, es precisamente su especialidad. Este a?o volver¨¢ a contar con el d¨ªscolo Gordon, un WR tan excepcional como descerebrado, a quien puede venirle muy bien la disciplina que impone Jackson a sus jugadores. Caso distinto es el de Manziel, ahora mismo con pie y medio fuera de la franquicia, y a quien muy probablemente se le buscar¨¢ sustituto con alguno de los dos picks de draft que tendr¨¢n los Browns entre las primeras 32 elecciones.
En su primera medida ha hecho limpieza en el cuerpo de entrenadores. De los principales s¨®lo ha mantenido a Tabor, de equipos especiales. Para el ataque, si bien no tendr¨¢ un coordinador ofensivo como tal, y el propio Jackson cantar¨¢ las jugadas, ha fichado a asistentes de renombre como Al Saunders o Pep Hamilton. Para la defensa, ha tra¨ªdo de vuelta a Cleveland a Ray Horton como coordinador y Louie Cioffi de entrenador de defensive-backs. Como podemos comprobar, otra ventaja asociada a la adquisici¨®n de un head-coach de prestigio es que facilita tanto la contrataci¨®n de reputados entrenadores, como mantener en plantilla a jugadores de primer nivel, como Joe Thomas, que en otra circunstancia hubieran solicitado ser traspasados.
En el apartado t¨¢ctico, el car¨¢cter innovador de Jackson tambi¨¦n encaja a la perfecci¨®n en esta original y excitante aventura de los Browns. Da la impresi¨®n de haber reunido los elementos necesarios para sacar a la franquicia de la mediocridad en que se encuentra inmersa. Tan s¨®lo le falta un ingrediente: que Haslam tenga la paciencia suficiente para dejar que se desarrolle.