Denver Broncos 20 - New England Patriots 18
Denver y la defensa de Broncos destrozan a los Patriots de Brady
Von Miller, en un partido inolvidable, se comi¨® al quarterback de New England, que en los ¨²ltimos instantes a¨²n pudo haber empatado con una conversi¨®n de dos. Patriots-Rams: el Super Bowl con menos puntos de la historia
Los Broncos ganaron a los Patriots 20-18 en un partido maravilloso de la defensa de Denver, pero m¨¢s incre¨ªble a¨²n que el encuentro, fue la noche esot¨¦rica que vivimos en la redacci¨®n de AS, en la que quisimos anticiparnos a lo que iba a suceder, y terminamos con los pelos de punta y haci¨¦ndonos cruces.
Antes de empezar el partido entre los de Denver y los de New England, nos fuimos a una poller¨ªa, y compramos una gallina clueca sin pelar, que convenientemente envuelta llevamos a la redacci¨®n del peri¨®dico para que una vieja druida, originaria de Caledonia, leyera sus entra?as y nos dijera qui¨¦n iba a ganar el duelo.
La insigne adivina cogi¨® un cuchillo de obsidiana, agarr¨® a la pobre ave, le dio un corte certero y se puso a leer interesad¨ªsima. Despu¨¦s de unos minutos de tenso silencio, afirm¨® con rotundidad: ¡°antes del descanso, el hermano de aquel al que le falta un aire habr¨¢ atravesado en dos ocasiones el coraz¨®n de sus enemigos. Y el servidor de la diosa de la belleza habr¨¢ visto c¨®mo le roban en dos ocasiones su bien m¨¢s preciado¡±.
Toma casta?a. Los que observ¨¢bamos la operaci¨®n quir¨²rgica nos miramos estupefactos, volvimos a escudri?ar a la vieja bruja, nos asomamos al destrozo de tripas que hab¨ªa formado, y le preguntamos con incredulidad: ¡°Estimada se?ora, est¨¢ usted segura que no ha le¨ªdo la gallina al rev¨¦s¡±. A lo que la mujer, llamada Gertrudis, respondi¨® con otra mirada interesada a la gallina durante otro medio minuto largo: ¡°No, la gallina est¨¢ del derecho. Es m¨¢s, los efluvios me confirman que el servidor de la reina de la belleza se lamer¨¢ sus propias heridas, porque sus escuderos no podr¨¢n protegerle¡±.
Ante tal sarta de incoherencias, me di la vuelta para hacer el comentario l¨®gico: ¡°?de donde hab¨¦is sacado a esta tipa?¡± Y amablemente le agradecimos los servicios prestados, y la acompa?amos a la salida donde la despedimos con un fuerte abrazo. ¡°Esta individua no tiene ni pu?etera idea de lo que habla¡±¡
Pero visto lo visto durante dos cuartos completos, durante el descanso nos fuimos corriendo a buscarla para que volviera y siguiera leyendo la gallina un rato, porque era evidente que se le daba muy bien la cosa. Y por suerte la encontramos.
¡°As¨ª que quer¨¦is que siga leyendo, eh, majetes. ?Ya no os parecen tonter¨ªas? Est¨¢is a una impertinencia m¨¢s de que os mire con el ojo de cristal¡±.
¡°Vale, vale, se?ora tiene toda la raz¨®n, pero p¨®ngase a leer deprisa, antes de que se reanude el partido¡±, dijimos mientras sac¨¢bamos la pobre gallina de la basura, toda despatarrada, y se la pon¨ªamos encima de la mesa.
Gertrudis puso el culo en pompa, se volvi¨® a asomar sobre la gallina, metiendo sus narices casi como si fueran un bistur¨ª, y se adorn¨® a¨²n m¨¢s teatral que antes, viendo el ¨¦xito de sus premoniciones. Despu¨¦s de varios ¡°?Hummm!¡± y ¡°?Aaahhhh!¡± que nos sobresaltaban mientras las luces se apagaban sin que nadie tocara el interruptor y un brillo iluminaba su cara, levant¨® la mirada con los ojos en blanco y una mueca de dolor, y grit¨® en un aullido desgarrador: ¡°?Loa a Von, hijo de las tinieblas, se?or de Miller! ?Destructor de l¨ªneas y demoledor de ca?oneros! ?Se?or del coraz¨®n del campo y maestro de la devastaci¨®n! T¨² solo aniquilaste a la bestia que dec¨ªan indestructible. Y diste aire al que gobierna el ataque con muletas¡±.
Entonces se hizo el silencio y son¨® un trueno mientras nos hac¨ªamos pop¨®. Y la vieja adivina, tras coger aire con dificultad, continu¨® mientras clamaba al cielo: ¡°Y el hijo de Ander correr¨¢ treinta porciones, como ya hizo hace dos lunas, para que los caballos desbocados puedan dar la puntilla a sus enemigos en una batalla que casi siempre ser¨¢ m¨¢s sangrienta cuando los amantes de su tierra tengan el trasero pegado al desfiladero¡±.
A esas alturas, los seguidores de los New England Patriots gem¨ªan, desesperados, mientras se abrazaban intent¨¢ndose consolar y se les escurr¨ªan los mocos entre la lluvia de l¨¢grimas.
Entonces la bruja lanz¨® el bramido m¨¢s inhumano que en el mundo ha sido. Y se nos hel¨® la sangre en las venas. Y explic¨®: ¡°Pero los enamorados de su tierra tendr¨¢n tres ¨²ltimas embestidas para sobrevivir. La ambici¨®n les perder¨¢ en las dos primeras, cuando no querr¨¢n usar los pies, que casi siempre han sido una de las mejores armas de su ej¨¦rcito y esta vez se convertir¨¢n en su maldici¨®n. En la tercera, a la desesperada, cuando ya haya pasado el momento en que el reloj se muere, el servidor de la diosa de la belleza se echar¨¢ en brazos de su mejor amigo, el gigante vikingo que es feliz en una roulotte, para quedar a dos pasos de la resurrecci¨®n y del resurgir del se?or del mundo oscuro¡±.
Justo en ese instante los seguidores de New England Patriots mutaron su rostro destrozado con una peque?a luz de esperanza.
La bruja, hizo un par¨®n en su discurso y nos dej¨® con el coraz¨®n en la boca, esperando la conclusi¨®n del fat¨ªdico momento. Volvi¨® a mirar el interior revuelto de la gallina, levant¨® la mirada, la recorri¨® por todos nosotros, mir¨¢ndonos uno a uno a los ojos fijamente y, de sopet¨®n, de esa manera inesperada como los practicantes te ponen la vacuna del t¨¦tanos, nos espet¨®: ¡°???PERO FALLAR?N LA CONVERSI?N DE DOS PUNTOS Y PERDER?N!!!¡±.
Y la vieja solt¨® una carcajada, nos dio un corte de mangas, se quit¨® la capa que la cubr¨ªa y todos pudimos ver una camiseta naranja con el n¨²mero 18. Grit¨® ¡°???VIVA EL YAYO!!!¡± y se fue corriendo a celebrar que sus Denver Broncos iban a jugar la Super Bowl despu¨¦s de llevarse por delante con un planteamiento defensivo magistral a los favorit¨ªsimos New England Patriots 20-18.