Los Texans viajan a 2014 y resucitan gracias a la defensa
La temporada de los de Houston es casi un calco, hasta ahora, de lo que ocurri¨® en 2015. La defensa ha despertado y sit¨²a a los Texans sobre la pista de los playoffs.
![La defensa de Texans ha despertado y esto ha insuflado moral a un equipo que aspira seriamente a play-off.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/TYMVWLNVM5IXRHS3PP2R7ILJGE.jpg?auth=14530a1fb4db0d24b8d38e0854f02e81541e09922dabbd9183190c2ccc6f7230&width=360&height=203&smart=true)
Dec¨ªa Mark Twain que la historia nunca se repite, pero que a veces rima. En la NFL de 2015, los Houston Texans son el mejor ejemplo de ello. Si a alguien le suena la historia de un equipo al que todos dan por desahuciado pero que revive gracias a la defensa y se mete en la lucha de los playoffs, eso es porque ya ocurri¨® en la temporada 2014.
Que se lo cuenten si no a John McClain, un veterano periodista de la vieja escuela que llega cubriendo la NFL para el Houston Chronicle desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas (cuando en Houston todav¨ªa jugaban los Oilers, hoy Titans, y Ken Stabler y Earl Campbell lideraban uno de los ataques m¨¢s explosivos de la liga). En diciembre de 2014 public¨® un art¨ªculo titulado: ¡°El resurgir de la defensa es la clave de la resurrecci¨®n de Houston¡±. Ahora, en diciembre de 2015, uno de sus art¨ªculos m¨¢s recientes se titula: ¡°La defensa allana el camino para el renacimiento de Houston¡±.
No es que al bueno de McClain le falte inventiva. Al fin y al cabo al cronista lo que le toca es poner sobre el papel la realidad de los hechos, y suele ser mal asunto que sea creativo con ellos. El aut¨¦ntico ¡°problema¡± es que las temporadas de los Texans de 2014 y los Texans de 2015 son asombrosamente similares (tanto que, despu¨¦s de nueve partidos, el record en las dos ocasiones era de 4 victorias y 5 derrotas)¡ solo que este a?o los extremos se han exagerado.
Nadie esperaba gran cosa del ataque de los Texans, pero los partidos se le escapaban a los de Houston all¨ª por donde se supon¨ªan que estaba su principal fortaleza: la defensa. Es muy complicado ganar partidos cuando tu defensa cede 28,4 puntos de media a los rivales, como ocurri¨® en las primeras siete semanas de la temporada. Todav¨ªa m¨¢s si el rival suma una media de 370 yardas en ataque, y casi 130 de ellas provienen de la carrera.
El resultado de todo lo anterior, el evidente: no era raro ver a los Texans por debajo de los 28 minutos de posesi¨®n en un partido (incluso por debajo de los 25). Una cifra claramente insuficiente para un ataque que supuestamente deb¨ªa basarse en correr y matar el reloj. Si adem¨¢s sufres el carrusel semanal entre Ryan Mallet y Brian Hoyer, la cosa acaba con un 2-5 y el esperpento del partido contra Miami.
Uno de los t¨®picos m¨¢s manidos de la NFL es que despu¨¦s de una derrota tan dura, algo hace click en el cerebro de los jugadores, que dedican el resto de la temporada a una especie de rapto furioso para demostrar que ellos en realidad tan malos no eran. T¨®pico o realidad, lo cierto es que es complicado negar que eso ha ocurrido esta vez con los Texans.
En los cuatro partidos posteriores al de Miami, las yardas concedidas al rival se han reducido a apenas 250. Las de carrera a 70. Los puntos ?a 8,75 por partido! Y durante todo el mes de noviembre los Texans s¨®lo concedieron dos touchdowns. Dos. S¨®lo cuatro equipos han conseguido un hito semejante en los ya 45 a?os que han pasado desde la fusi¨®n de la AFL y la NFL en 1970.
Ya se sabe que el mejor complemento para un buen ataque es una mejor defensa. Y con la defensa de vuelta a su mejor nivel, el tiempo de posesi¨®n de Houston de repente se acerca a los 32 minutos por partido. Y en progresi¨®n ascendente (m¨¢s de 36 minutos en el ¨²ltimo partido contra los Saints). En esas condiciones, cualquier equipo de la NFL, incluso con Brian Hoyer al frente, es capaz de anotar 10 puntos de media. F¨²tbol de la vieja escuela, seguro que no el m¨¢s vistoso, pero efectivo y al alcance de estos Texans.
?Y qu¨¦ es lo que ha cambiado en la defensa de Houston para obrar el milagro? Es complicado de definir porque, en realidad, no ha cambiado nada. El sistema sigue siendo el mismo, el que Romeo Crennel ¨C siempre un buen coordinador defensivo y nunca un buen head coach ¨C lleva a?os utilizando para construir defensas s¨®lidas en casi todos los equipos por los que ha pasado (Giants, Patriots, Cleveland, Chiefs y ahora Houston). El mismo que ya funcion¨® en el final de la temporada pasada, pero que a principios de esta sus jugadores parec¨ªan haber olvidado.
Cierto es que J.J. Watt parece haber vuelto a su mejor nivel, aunque incluso sin estarlo marcaba las diferencias. Y que en la secundaria el veterano Jonathan Joseph parece estar reviviendo sus mejores a?os en Cincinatti, hace ya m¨¢s de un lustro. Tambi¨¦n es cierto que uno de los presuntos pilares de la defensa de los Texans, Jadeveon Clowney, sigue sin aparecer.
Lo que parec¨ªa una temporada perdida, incluso una temporada que pod¨ªa forzar a cambios profundos en las estructuras de la franquicia, de repente se ha convertido en una magn¨ªfica oportunidad para pisar la tierra prometida de los playoffs. A los Texans les resta jugar contra Bills, Patriots, Colts, Titans y Jaguars. Tres victorias en esos cinco partidos pueden ser suficientes. Y si las tres vienen contra sus rivales de divisi¨®n, que nadie descarte que la ganen. Y para eso los Texans conf¨ªan en que la m¨¢xima de Twain sea cierta. No les importar¨ªa que la temporada rime con la del a?o pasado con un 9-7. Pero preferir¨ªan que no se repita el hecho de que, en 2014, esas cifras no fueron suficientes.