Kansas City Chiefs 45 ¨C Detroit Lions 10
Los Chiefs machacan a unos Lions que no viajaron a Londres
Vergonzosa actuaci¨®n de la banda de Detroit, que deja en el alero a Jim Caldwell, su entrenador, y alivia un poco el mal arranque de la temporada de los Chiefs.
Hemos tenido que esperar hasta la semana 8 para ver aparecer a los Chiefs. Agresivos en ataque, letales por tierra, con Alex Smith apelando a la garra para paliar sus limitaciones, la defensa tomando la iniciativa y consiguiendo grandes jugadas¡ Pero que nadie se emocione. Enfrente estaban los Lions con una defensa ap¨¢tica, pasando de todo, un Stafford que sigue jugando a esto porque le pagan bien por muy pocas ganas que tenga, una l¨ªnea ofensiva que parece tenerle man¨ªa a su quarterback, un Megatr¨®n incapaz de atrapar los melones que le llegan y un staff t¨¦cnico reinventado a ¨²ltima hora.
Los partidos de Londres se est¨¢n convirtiendo en un cementerio de elefantes. Entre que los equipos asignados no suelen estar entre los mejores de la NFL, y que tras viajar a Europa les llega la semana de descanso, los propietarios suelen aprovechar para hacer limpieza de corrales y cortar por lo sano. Jim Caldwell quiso adelantarse a la escabechina y la semana pasada hizo saltar por los aires gran parte del staff ofensivo para intentar salvar la cabeza. Pero visto lo visto, y una vez puesto a funcionar el aspirador, Martin Mayhew, manager general del equipo, podr¨ªa aprovechar para despedir al resto del staff t¨¦cnico, la mitad de la plantilla, un par de aguadores y al que corta el c¨¦sped si se le ocurre asomar la cabeza. Porque queden los que queden, no lo van a hacer mucho peor y por lo menos quiz¨¢ le pongan un poquito m¨¢s de ganas al asunto.
Por eso, la resurrecci¨®n de los Chiefs, que llega demasiado tarde, pierde bastante valor. Y m¨¢s cuando la defensa tuvo enfrente un grupo que se esforz¨® bastante menos que la escuadra de pr¨¢cticas con la que entrenan todas las semanas, y el ataque volvi¨® a confirmar las limitaciones de un Alex Smith incapaz de completar pases comprometidos y un juego terrestre que parec¨ªa una m¨¢quina engrasada, pero que simple y llanamente no tuvo delante nada que pueda ser calificado como defensa.
Despu¨¦s de un field goal inicial en la ¨²nica serie potable de los Lions en toda la primera mitad, los Chiefs encadenaron tres touchdowns, un field goal, dos intercepciones y cuatro sacks antes del descanso para dejar el partido finiquitado 24-3 con dos cuartos por delante. No tanto porque el marcador fuera muy abultado, sino por la incompetencia de sus rivales.
Alex Smith compensaba con unos n¨²meros estratosf¨¦ricos por tierra (68 yardasy 1 touchdown en cuatro carreras solo en la primera mitad), su exasperante falta de malicia lanzando el bal¨®n, Charcandrick West parcheaba la baja de Jamaal Charles con eficacia (97 yardasy un touchdown en el partido) y hasta De¡¯Anthony Thomas se apuntaba al festival de anotaciones por tierra con una jugada de enga?o en la que los defensas de Detroit limitaron su papel al de espectadores de lujo.
Despu¨¦s del medio tiempo nada cambi¨®. Un murmullo de desaprobaci¨®n surcaba las gradas de Wembley ante la falta de emoci¨®n y espect¨¢culo. Los Lions dormitando, los Chiefs dej¨¢ndose llevar y Andy Reid pregunt¨¢ndose por qu¨¦ hac¨ªa falta viajar tan lejos para celebrar un entrenamiento.
Mientras seste¨¢bamos, Kelce anot¨® un touchdown (31-3) en el tercer cuarto, Maclin otro reci¨¦n comenzada la ¨²ltima parte (38-10), Lance Moore maquill¨® el marcador de Detroit (31-10) y Spencer Ware dio la puntilla por tierra (45-10). Mucho ruido y pocas nueces. A esas alturas, Alex Smith ya estaba en la banda sustituido por Chase Daniel despu¨¦s de batir el r¨¦cord de yardas de carrera de un quarterback en la historia de la franquicia de Kansas City con 78.
El partido de Londres fue una bocanada de aire para unos Chiefs que ganaron con solvencia pero siguieron sin mostrar esa quinta marcha de diferencia a los buenos de los aspirantes, pero tambi¨¦n fue el epitafio de un Jim Caldwell que si no deja de entrenar a los Lions esta misma semana, lo har¨¢ el ¡®Black Monday¡¯ como muy tarde. Solo le puede mantener unas semanas m¨¢s en el cargo el hecho de que el equipo, simplemente, no tiene a nadie con el que sustituirle.
Y Jim Schwartz, parti¨¦ndose de risa en el sill¨®n de su casa viendo los partidos de los Bills y de los Lions de este a?o.