¡°Por el caso Gurpegui me amenazaron de muerte¡±

¡ª?Ser honesto, hablar con Jes¨²s Manzano y abrir una investigaci¨®n lastr¨® su vida pol¨ªtica y profesional posterior?

¡ªS¨ª. Cre¨ª a Manzano. Era mi obligaci¨®n moral luchar contra el dopaje, pero tiene muchos tent¨¢culos.

¡ªTodo lo que contaba se ha demostrado que era cierto.

¡ªLos que est¨¢bamos alrededor sab¨ªamos que dec¨ªa la verdad, porque, colateralmente pero no p¨²blicamente, hab¨ªa mucha gente que nos lo confirmaba.

¡ª?Qued¨® safisfecho con la resoluci¨®n de la Operaci¨®n Puerto, que arranc¨® con Manzano?

¡ªSe qued¨® coja. Jaime Lissa?vetzky puso toda la carne en el asador, quiso llegar al fondo y me siento solidario con ¨¦l. Le pas¨® un poco lo que a m¨ª. Comienzas una acci¨®n, ves un final claro pero te van poniendo piedras en el camino. Algo pasa.

¡ª?Y qui¨¦n pone esas piedras?

¡ªHay poderes econ¨®micos muy fuertes. Y la opini¨®n p¨²blica espa?ola tiene un punto de quijotismo cuando se trata de nuestra gente. Pensamos que los de fuera s¨ª y los de dentro no.

¡ªLe quit¨® la potestad de los controles al f¨²tbol, a la Federaci¨®n. ?Por qu¨¦?

¡ªSer arte y parte no era l¨®gico. Cre¨ªa que les hac¨ªa un favor. Lo hicimos con sorteos ante notario. Encontramos que, no por mala intenci¨®n sino por costumbre, los equipos sab¨ªan qu¨¦ m¨¦dicos hac¨ªan los controles porque incluso estaban en sus cl¨ªnicas.

¡ª?Qu¨¦ le parece el desarrollo posterior que tuvo el caso de Carlos Gurpegui?

¡ªTodo el mundo tiene derecho al olvido, pero tambi¨¦n mi familia. En aquella ¨¦poca recibimos amenazas de muerte, hubo pintadas cerca de mi casa, alg¨²n peri¨®dico me tild¨® de enemigo del pueblo vasco¡­ Y sigo pensando lo mismo. Supongo que le habr¨¢n hecho m¨¢s controles. Si era una producci¨®n end¨®gena (del propio cuerpo de Gurpegui) de norandrosterona, habr¨¢ seguido saliendo. Si no ha sido as¨ª, a quien hay que reclamar es a la gente que hab¨ªa entonces en su entorno...

¡ªDetr¨¢s de ¨¦l aparec¨ªa un m¨¦dico, Sabino Padilla. ?Cree que fue ¨¦l el verdadero culpable?

¡ªPor lo que hablamos con el Athletic, se desprende que al chaval le cay¨® encima. El entorno era complicado. No s¨¦ hasta qu¨¦ punto sab¨ªan lo que hab¨ªa.

¡ª?Se dio cuenta entonces del poder del f¨²tbol?

¡ªNot¨¦ mucho m¨¢s el poder del ciclismo. El f¨²tbol fue m¨¢s respetuoso. El ciclismo me apart¨® de la pol¨ªtica. Me dijeron ¡®no vas a volver¡¯ y no volv¨ª. Me asque¨® el pase de recados.

¡ª?Y alg¨²n deportista dopado colabor¨®?

¡ªHubo amagos. No dir¨¦ el nombre, pero hubo uno que en mi despacho me dijo que iba a delatar a todos. Pero me pidi¨® un d¨ªa para cont¨¢rselo a sus padres. Fui ingenuo. Al d¨ªa siguiente ten¨ªa una manifestaci¨®n de deportistas de la Blume contra la persecuci¨®n a un compa?ero.

¡ªLe digo yo el nombre, Alberto Garc¨ªa.

¡ª(Se r¨ªe). As¨ª de duro fue el tema. Luego alguno se ha arrepentido.

¡ªEn su etapa en el CSD gan¨® medalla Juanito Muehlegg y luego vino el positivazo. Vaya chasco¡­

¡ªLe nacionalizaron los gestores anteriores, aunque Jos¨¦ Mar¨ªa Odriozola, maliciosamente, dej¨® caer que era nuestro. Quiero reivindicar al equipo del CSD de 2000 a 2004. A Juan Antonio G¨®mez Angulo se le ha tratado injustamente como secretario de Estado. Fue v¨ªctima de la percepci¨®n que ya hab¨ªa de ¨¦l de hombre de la cultura y del toro. Llegamos dos meses antes de los Juegos de Sydney y los resultados (11 medallas) nos los tuvimos que comer. Proven¨ªan de un gobierno del mismo signo (PP). Nos fuimos poco antes de Atenas, y fueron los segundos mejores resultados de la historia (20).

¡ªPero, perdone, G¨®mez-Angulo le dej¨® con el trasero al aire con el caso Manzano.

¡ªBueno, fue un momento extra?o, ya est¨¢bamos en funciones. Se supon¨ªa que las elecciones las ganaba el PP y nos hab¨ªan confirmado en los cargos. Pas¨® el atentado de Atocha y en tres d¨ªas est¨¢bamos fuera. Nos descoloc¨® a todos un poco.

¡ª?Hay ahora mucha manga ancha con las nacionalizaciones?

¡ªNo me gustan. Deben ser de segunda generaci¨®n. Hijos de los inmigrantes. No gente que s¨®lo se pone la camiseta de Espa?a para competir y la beca.

¡ªTambi¨¦n fue director de Deportes del ayuntamiento de Madrid. ?C¨®mo fue esa ¨¦poca?

¡ªFant¨¢stica. Fue el embri¨®n del suelo ol¨ªmpico. Despu¨¦s fue un gran error que se cargaran el Instituto Madrile?o del Deporte (IMD). Catastr¨®fico. Ahora, el nuevo consistorio tiene la suerte de contar con dos personas que saben mucho del deporte: Javier Odriozola e In¨¦s Saban¨¦s. Si se equivocan, no ser¨¢ por desconocimiento.