El Sal¨®n del Oprobio de Canton, Ohio: ?D¨®nde est¨¢ la AFL?
Me disculpar¨¢n por comenzar esta pieza con cuestiones que carecen absolutamente de inter¨¦s para el lector, pero no encuentro una manera mejor de ilustrar lo que a continuaci¨®n pretendo exponer. Tengo tres hijos, dos chicos y una ni?a. Imaginen que diariamente, a los chicos, tras acabar la cena, les diera un huevo Kinder y a la nena no. O que a los varones les leyera un tebeo antes de acostarse y a ella no. O que despu¨¦s de hacer las tareas, jugara con ellos al Warhammer, mientras que a la peque?a le negara una partida de domin¨® en la granja. Bien, por mucho que yo enfatizara del homog¨¦neo amor por mis hijos, resulta indiscutible que mi comportamiento evidencia un trato de favor a los chicos en detrimento de la ni?a.
El Sal¨®n de la Fama del Football Profesional (Pro-HoF), radicado en la localidad de Canton (Ohio), se atribuye la misi¨®n de ?honrar a los h¨¦roes del juego, preservar su historia, promover sus valores y celebrar la excelencia all¨¢ donde se encuentre?. Pues bien, a pesar del ambicioso y estimable af¨¢n que portica la entrada de esa instituci¨®n, el pap¨¢ de Canton no trata igual a todos sus hijos, ni mucho menos. Ver¨¢n.
Si yo les pregunto qui¨¦n aglutina los records absolutos de la NFL en puntos logrados, partidos jugados totales y de forma consecutiva, en yardas ganadas o en anotaciones ganadoras, la respuesta a todas las cuestiones es la misma: un kicker o un punter. Morten Andersen, Gary Anderson, Jeff Feagles, Jason Hanson, Adam Vinateri, Ray Guy¡ son s¨®lo unos cuantos ejemplos de este tipo de jugadores absolutamente esenciales...el Boss Mariano Tovar nos ha advertido decenas de veces acerca de la idoneidad de la palabra football para un deporte que se juega con las manos y en el que m¨¢s de un 40% de partidos se deciden por la patada del especialista. Pues a pesar de estos incontestables datos objetivos, hubo que esperar hasta 1991 para que Jan Stenerud, el fenomenal kicker noruego de los Chiefs, accediera al olimpo de Canton. Insisto, desde 1963, fecha de la inauguraci¨®n del Pro-Hof hasta 1991, un kicker. Tres a?os despu¨¦s, el Comit¨¦ de Selecci¨®n nominar¨ªa por vez primera a un punter, pero no fue hasta 2014 -diez a?os de maceramiento- para que Ray Guy, el hombre que en el Super Bowl XVIII pateo siete veces para299 yardas, colocando el ¨®valo en cinco ocasiones en la yarda 20 de Washington y permitiendo una c¨®moda victoria de sus Raiders por 38-9, pudiera enfundarse la chaqueta dorada. Los punters y los kickers no son, pues, los ojitos derechos de daddy Canton.
Albert Joseph (Al) Barlick, Nestor L. Chylak Jr. John Bertrand (Jocko) Conlan, Thomas Henry (Tom) Connolly, William George (Billy) Evans, Harold Douglas (Doug) Harvey, Robert Calvin (Cal) Hubbard, William J. (Bill) Klem, William Aloysius (Bill) McGowan, MicKey Ion, Cooper Smeaton, Mike Rodden, Bobby Hewitson, Bill Chadwick, Red Storey, Frank Udvari, John Ashley, Matt Pavelich, George Hayes, Neil Asmtrong, John D¡¯Amico, Andy Van Hellmond, Ray Scapinello, Bill McCreary, Matthew P. "Pat" Kennedy, George T. Hepbron, Ernest C. Quigley, David "Dave" Tobey, David H. Walsh, John P. Nucatola, James E. "Jim" Enright, J. Dallas Shirley, Lloyd R. Leith, Zigmund J. "Red" Mihalik, Earl Strom, Marvin "Mendy" Rudolph y Hank Nichols¡ todos los integrantes de esta larga relaci¨®n comparte tres rasgos comunes: son Hall of Famers, ninguno de Canton y todos son¡¨¢rbitros. De hockey, de baseball y de baloncesto. Admito que soy de los que creen que cuanto m¨¢s desaprecibido pasen los trencillas mejor para todos. Ahora bien, llama mucho la atenci¨®n que mientras los Salones de la Fama de Cooperstown, Toronto y Springfield han abierto generosamente sus puertas a umpires y officials, consider¨¢ndoles por tanto parte esencial del juego y dignos de compartir gloria con los verdaderos protagonistas, en el Pro-HoF haya un solo referee: Hugh (Shorty) Ray, quien entre 1938 y 1952 supervis¨® el reglamento de la NFL y dirigi¨® la designaci¨®n de ¨¢rbitros, siendo pieza fundamental en los tumultuosos inicios del juego, donde la violencia estuvo a punto de destruir la competici¨®n. As¨ª pues, los ¨¢rbitros, otras ovejas negras en Canton.
El tercer grupo de hijos marginados es singularmente doloroso. Si ha habido un deporte profesional que se ha beneficiado de las retransmisiones deportivas, ese ha sido el football. Desde el Greatest Game Ever Played hasta nuestro actual e imprescindible Game Pass, pasando por aquel d¨ªa de Acci¨®n de Gracias de 1965, cuando los telespectadores norteamericanos pudieron dar cuenta de su pavo mientras ve¨ªan por la tele a Dick Lebeau o Johnny Unitas jugar el cl¨¢sico en color; los TV Numbers de la camisetas o la triste jornada en que Howard Cossell, el ca¨²stico y legendario periodista del MNF interrumpi¨® la narraci¨®n del Dolphins-Patriots para anunciar que John Lennon hab¨ªa sido abatido frente a su apartamento del Dakota, la televisi¨®n no ha sido solo un soporte, sino parte umbilical del juego. Por ello, que Ed Sabol, el creador de NFL Films en 1960, posea un busto en Canton desde 2011 no es solo l¨®gico, sino inexcusable, no en vano, 52 Emmys lo ratifican. Lo que ya no es tan comprensible es que sea el ¨²nico profesional audiovisual en la lista de Famers. Howard Cossell ¨Ca pesar de su incontenible bocaza-, Chet Forte, Bill Rassmussen, Lesley Visser o Al Michaels han honrado a los h¨¦roes del emparrillado, han preservado su historia, han promovido los valores del juego y han celebrado su excelencia o ?acaso no es suficiente celebraci¨®n el legendario ?He did what?!!? que la imposible recepci¨®n de Antonio Freeman provoc¨® en Al Michaels?
Y he dejado para el final lo que a mi juicio, es la m¨¢s sangrante de las discriminaciones o minusvaloraciones que se le pueden reprochar al Pro-HoF. Antes de atizarle con todo a los sucesivos Comit¨¦s de Selecci¨®n de la instituci¨®n, contextualicemos brevemente la cuesti¨®n. 1959 vuelve a convertirse en un a?o de grandes convulsiones. A la repentina muerte durante un Eagles-Steelers del comisionado Bert Bell, se une la gestaci¨®n de un nuevo y poderoso cisma en el seno del football profesional. El magnate petrolero Lamar Hunt, despu¨¦s de que el finado Bell rechazara su propuesta de expansi¨®n de la NFL, crea ese mismo a?o la American Football League (AFL), logrando reunir dos divisiones con las siguientes franquicias para la temporada de 1960: Divisi¨®n Oeste: Dallas Texans/Kansas City Chiefs; Denver Broncos; LA-San Diego Chargers y Oakland Raiders - en 1968 se incorporar¨ªa a esta Divisi¨®n los Cincinnati Bengals-. Divisi¨®n Este: Boston Patriots; Buffalo Bills; Houston Oilers; Miami Dolphins y New York Titans-Jets.

En junio de 1960, la AFL firma un contrato de cesi¨®n de derechos televisivos con la ABC, que le reportar¨¢ anualmente 2.125.000 de d¨®lares, toda una revoluci¨®n en materia de contratos televisivos, inaugur¨¢ndose la temporada regular el 9 de septiembre de 1960, con el partido disputado en el Nickerson Field entre Denver y Boston, en el que vencieron los Broncos por 13 a 10. Aquella primera temporada de la AFL tuvo como campe¨®n a los Houston Oilers de Blanda y Cannon, que vencieron 24 a 16 a los Chargers de Los Angeles, que al a?o siguiente se trasladar¨ªan definitivamente a la vecina San Diego. Esta primera temporada, desde el punto de vista de la asistencia a los estadios, y en comparaci¨®n con la NFL, puso de manifiesto el todav¨ªa precario inter¨¦s que suscitaban estas franquicias en comparaci¨®n con los equipos m¨¢s asentados de la liga rival. Aunque econ¨®micamente m¨¢s d¨¦bil, la AFL comienza sin embargo a alcanzar unos niveles de excelencia iguales o superiores a los de la NFL, toda vez que, por un lado, logra nutrirse de excepcionales prospectos procedentes de peque?as universidades e instituciones de numerosa presencia negra ¨Cvetada en la NFL- que enriquece la competici¨®n. Y por otra, introduce algunos cambios reglamentarios que a la postre, alcanzar¨¢n su vigencia hasta nuestros d¨ªas, como la posibilidad de conversi¨®n por dos puntos tras touchdown; los nombres impresos en las camisetas o los acuerdos televisivos globales. Y, c¨®mo no, la aparici¨®n en 1965 de Joe Namath, increment¨® los niveles de audiencia de la AFL hasta niveles inauditos, pudiendo considerarse la primera estrella medi¨¢tica deportiva de la historia. Mientras, los Oilers vuelven a ganar el t¨ªtulo en 1961 a unos Chargers, ya establecidos en San Diego, que alcanzar¨ªan tambi¨¦n la final en los a?os 1963,1964 y 1965, merced a la sabidur¨ªa de Sid Gillman, que revolucion¨® el juego de ataque y a una implacable defensa coordinada por Chuck Noll. El inolvidable conjunto californiano s¨®lo se ausent¨® de la final en 1962, donde se vieron las caras los Texans de Dallas y los bicampeones de Houston, en la que es a¨²n la final de football profesional m¨¢s larga de la historia, con dos pr¨®rrogas jugadas y victoria de los texanos. Los Chargers vuelven a ganar y retan de manera oficial a los Chicago Bears, campeones de la NFL, para dirimir el mejor equipo nacional.

Pete Rozelle, el comisionado de la NFL que hab¨ªa sustitu¨ªdo a Bell, rechaz¨® una propuesta que, m¨¢s tarde que pronto, iba a ser una realidad. Y curiosamente, iba a cuajar a instancia, no de la AFL sino de la poderosa NFL, que observaba inquieta el crecimiento de su competici¨®n rival. De esta forma, el 8 de junio de 1966 se anuncia un acuerdo de fusi¨®n, por el cual se establecen una serie de indemnizaciones a franquicias de la NFL en cuyas ciudades se incorporan equipos de la AFL, como Giants o 49ers, que reciben a Jets o Raiders; se unifica el draft; se mantienen los calendarios de partidos por separado, disput¨¢ndose al final de la temporada un partido que decidir¨¢ el campe¨®n entre los ganadores de la NFL y la AFL. Hab¨ªa nacido el Super Bowl. En 1970, la fusi¨®n ser¨ªa completa, jug¨¢ndose una sola liga, con dos Conferencias, la Nacional y la Americana ¨Ccuyos ganadores son acreditados por los trofeos George Halas y Lamar Hunt. Los que sosten¨ªan que el nivel de la AFL era inferior al de la NFL, vieron corroborado su (pre)juicio en esta primera temporada unificada, pues los Packers se alzaban el 15 de enero de 1967, en el Memorial Coliseum de Los Angeles, con el primer Super Bowl al derrotar a los Chiefs por un contundente35 a 10, que se hab¨ªan hecho acreedores de representar a la AFL derrotando a los Buffalo Bills quince d¨ªas antes. La temporada siguiente, los queseros de Green Bay revalidaban el t¨ªtulo, esta vez frente a los Raiders, confirm¨¢ndose as¨ª el dominio de los conjuntos de la NFL sobre los de la AFL¡hasta que lleg¨® Joe Namath. Al a?o siguiente vendr¨ªa el Merger y hasta hoy.

El pr¨®ximo 8 de agosto est¨¢ programada la entrega de los bustos de bronce y las Gold Jacket a los miembros de la Class of 2015, un extraordinario grupo de jugadores y contribuyentes a la mitificaci¨®n de este deporte: Jerome Bettis, Tim Brown, Charles Haley, Bill Polian, el siempre recordado Junior Seau, Will Shields, Mick Tingelhoff, y Ron Wolf. Tambi¨¦n podr¨ªa describirse esta selecci¨®n con otras palabras: un a?o m¨¢s, una selecci¨®n m¨¢s, one more Class, ning¨²n jugador o miembro del front office cuya carrera haya discurrido ¨²nicamente en la AFL ha sido reconocido por los sabios de Canton desde que en 1991, Billy Shaw fuera elegido. Es decir, de los 295 bustos de bronce que desde 1963 hasta hoy, o mejor dicho, hasta el pr¨®ximo 8 de agosto, jalonan las vitrinas del Pro-HoF, s¨®lo uno est¨¢ consagrado a un jugador que hubiera desarrollado toda su carrera en la AFL y de milagro, pues el joven Shaw, un poderoso lineman de Georgia Tech, fue drafteado en 1961 tanto por Bills como por Cowboys, decidi¨¦ndose por el conjunto de la AFL, pues los de Dallas pretend¨ªan utilizarlo como linebacker, posici¨®n que no le conven¨ªa a sus cualidades. Su envergadura y velocidad le hac¨ªan un bloqueador de pase y carrera absolutamente letal, permitiendo una producci¨®n formidable en yardaje corto, bien abriendo paso a monstruos como Cookie Gilchrist ¨Cpor cierto, otro damnificado de Canton, adem¨¢s doblemente, por ser Only AFL Man y por haber jugado al gridiron canadiense- o Wray Carlton o bien configurando pockets seguros para Daryle Lamonica o Jack Kemp, coadyuvando a que la franquicia lograra en los a?os 1962, 1963, y 1964 liderar la clasificaci¨®n de touchdowns de carrera, alcanzando los t¨ªtulos de la AFL de 1964 y 1965.

Precisamente Kemp, el formidable quarterback de los Bills, Secretario de Estado de Urbanismo y Vivienda con Bush padre y varias veces miembro de la C¨¢mara de Representantes, es una buena forma de comenzar una breve glosa en descargo de algunos de estos hijos bastardos del Pro-HoF, cuyo ¨²nico delito para no ser Famers fue no haber jugado nunca en la NFL. ?Un Coraz¨®n P¨²rpura y una Estrella de Bronce, y la propia vida entregada en Thua Thien no es m¨¦rito suficiente para Bob Kalsu, segundo teniente de la 101? Aerotransportada y guard de los Bills tuviera el homenaje que merece en Canton? Tampoco ser considerado el mejor linebacker contra carrera de la AFL durante cinco a?os consecutivos es virtud suficiente para considerar al patriota Tom Addison un Hall of Famer.

Menci¨®n aparte merece el tratamiento dispensado por el Pro-HoF a uno de los defensive front m¨¢s imponentes de la historia: los Fearsome Foursome de San Diego que entre 1961-1966 aterrorizaron los ataques adversarios. Ni Earl Faison, ni Bob Petrich, ni Ron Nery, ni George Gross, ni Bill Hudson, ni Ernie Ladd tienen una chaqueta dorada ?se lo pueden creer? Lo de Ernie Ladd es especialmente lacerante. Este angelito de 2.10 m. y 142 kilos, cuatro veces AFL All Star, campe¨®n en 1963, tres veces All Pro, San Diego Hall of Fame y San Diego 50th Anniversary Team, ocupaba su offseason en la lucha libre de la costa californiana, asumiendo un papel de villano fanfarr¨®n ¨CThe Big Cat- que tanto juego da en el mundo del WWF, haciendo dupla con otros freakies legendarios como Andr¨¦ el Gigante o Wahoo McDaniel. Retirado de los cuadril¨¢teros en 1986, ?tuvo que ser designado Hall of Famer por la WWF en 1995!, donde dioses de la lona como el Sgt. Slaughter, The Snake Roberts, Hulk Hogan, Macho Man Savage, Ric Flair, The Million Dollar Man o The Ultimate Warrior le acogieron con todo cari?o. Canton, que os den morcilla¡
En la historia de este deporte, solo hay dos individuos que hayan ganado un anillo como jugador, assistant coach y head coach. Uno es Mike Dikta y el otro Tom Flores. El primero jug¨® en la NFL y el segundo en la AFL. El primero es Hall of Famer desde 1988 y el segundo no. As¨ª de sencillo y de acojonante. No se vayan todav¨ªa que aun hay m¨¢s, dec¨ªa Super Rat¨®n¡
Los Chiefs de Kansas City tienen retirados 10 dorsales (3,16,18,28,33,36,58,63,78 y 86). De esos diez jugadores, todos ellos superlativos, tres de ellos jugaron ¨²nicamente cuando la franquicia estaba en la AFL, seis jugaron antes y despu¨¦s del Merger y, por tanto, tambi¨¦n en la NFL y otro, el inolvidable Derrick Thomas, ¨²nicamente en la NFL. ?Adivinan quien est¨¢ en Canton y quien no? Stenerud, Dawson, Emmitt Thomas, Lanier, Bell, Buchanan y el recordado Derrick Thomas s¨ª. Los apestados Haynes, Jonhson e Hill, no. Reacojonante. Yo sigo, como Felipito Tacatun. El extraordinario cornerback Willie Brown, firm¨® en 1963 con los Oilers, pero fue cortado en el training camp despu¨¦s de ser literalmente abrasado por un joven wide que atrapaba todo lo que volaba: Charlie Henningan. Brown se march¨® a Denver, y en la siguiente temporada, se enfrent¨® a los Oilers en un partido en el que Henningan necesitaba nueve recepciones para batir el r¨¦cord de 100 catches en una sola temporada que ostentaba hasta entonces Lionel Tylor. Henningan las atrap¨® con Willie Brown de cornerback. Willie Brown jugar¨ªa despu¨¦s en la NFL con Raiders hasta 1978. En 1984 se enfund¨® la Gold Jacket. Charlie Henningan, que se retir¨® en 1966 en Houston, no. Contrarreacojonante.
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Termino ya. Con ser todo esto un verdadero bochorno para la NFL, lo realmente indecente e imperdonable fue que, al ¨²nico jugador exclusivo de la AFL a quien estos piernas de Canton han tenido a bien reconocerle sus m¨¦ritos deportivos, le obligaran a llevar en el bolsillo superior de su bien merecida Gold Jacket el escudo de la NFL aquel 7 de agosto de 1999. Billy Shaw fue mucho m¨¢s elegante que ellos y, entre l¨¢grimas, pronunci¨® estas palabras:
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?AFL, it was mentioned a while ago that I played my whole career in the AFL. It¡¯s with pride that I stand here today in support of that league, and in a way being a part of all of those men that played in that league. Thank you men for helping me get here.?
??Hall of Fame de la AFL en el barrio de Queens ya!! Se admiten nominaciones. Raz¨®n aqu¨ª.
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