OLIMPISMO
R¨ªo 2016 se arriesga a subir sus costes por retrasos en las obras
Cuando faltan menos de 500 d¨ªas para el inicio de los Juegos Ol¨ªmpicos, la construcci¨®n de varias sedes todav¨ªa no ha comenzado.

A menos de 500 d¨ªas para el inicio de los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo de Janeiro, la construcci¨®n de varias sedes no ha comenzado y algunos de los principales contratos ni siquiera se han licitado, lo que seguramente d¨¦ paso a una carrera contrarreloj que probablemente elevar¨¢ los costes.
Con un gui¨®n demasiado familiar para los grandes eventos deportivos, esta carrera contra el tiempo incrementar¨ªa el presupuesto actual de 11.751,44 millones de euros y a?adir¨ªa una carga sobre la ya atribulada econom¨ªa brasile?a, que tambi¨¦n afronta el hecho de que sean las primeras Olimpiadas a disputarse en Sudam¨¦rica.
Cuando restaban menos de 500 d¨ªas para los pasados Juegos de Londres 2012, se hab¨ªa completado casi el 80 % de las sedes e infraestructuras. En contraste, en R¨ªo solo se han terminado alrededor del 10 % de los 56 proyectos de construcci¨®n, remodelaci¨®n y energ¨ªa.
Si bien esta ¨²ltima cifra no incluye los 11 estadios existentes que no necesitan remodelaci¨®n, las cifras podr¨ªan poner a R¨ªo en el mismo nivel que Atenas 2004, donde solamente la mitad de las sedes estaban listas cinco meses antes del evento.
Las obras no esenciales de las Olimpiadas disputadas en la capital griega, como un techo para el centro acu¨¢tico, tuvieron que ser descartadas. En el caso de R¨ªo, es preocupante que una cuarta parte de los proyectos a¨²n no hayan comenzado y que ni siquiera se hayan fijado plazos o estimaciones de coste.
"Todav¨ªa hay mucho por hacer", asegur¨® el directivo Michael Payne, quien trabaj¨® en el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) durante m¨¢s de 20 a?os y ayud¨® a R¨ªo en su candidatura. En Brasil, cualquier alza en los costes totales del evento ser¨¢n dif¨ªciles de digerir para un pa¨ªs que atraviesa una crisis econ¨®mica y que busca implementar una austeridad fiscal.
El fuerte malestar p¨²blico entre otras cosas por los costes de los estadios del Mundial de f¨²tbol, llev¨® a que m¨¢s de un mill¨®n de personas se manifestaran en las calles durante el 2013. Adem¨¢s, el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que sacude a la petrolera estatal Petrobras, la cual ha implicado a varias constructoras a cargo de proyectos ol¨ªmpicos, est¨¢ aumentando la posibilidad de los retrasos.
Hasta ahora, dichas empresas y el Gobierno nacional afirman que el esc¨¢ndalo no tendr¨¢ ning¨²n efecto negativo, pero una serie de empresas ingenieras m¨¢s peque?as han quebrado como resultado de las acciones judiciales en curso. Por si fuera poco, el acceso restringido a los mercados de cr¨¦dito hace que el flujo de caja pueda convertirse en un gran dolor de cabeza para las constructoras.
El Gobierno de Brasil ha garantizado la financiaci¨®n de cualquier sobrecoste, algo que podr¨ªa estar obligado a concretar si el presupuesto sobrepasa lo planeado por sus obras. Para el citado caso ateniense, el presupuesto inicial se duplic¨® hasta llegar a 9.791,70 millones de euros; y diversos economistas mantienen que las deudas adquiridas por Grecia para preparar esos Juegos contribuyeron al posterior declive financiero del pa¨ªs.
Por su parte, Brasil podr¨ªa absorber mejor un alza en los costes del evento. El presupuesto total estimado, incluso considerando megaproyectos de infraestructura como una extensi¨®n del metro y la remodelaci¨®n del puerto, solo es medio punto porcentual del producto interior bruto. En Grecia, el coste final fue casi un 5 % del PIB del pa¨ªs en ese a?o.
"Cuanto m¨¢s se espere, m¨¢s caro se vuelve", resalt¨® Bent Flyvbjerg, profesor de la Universidad de Oxford especializado en grandes proyectos de construcci¨®n. Pero ante las voces cr¨ªticas, las autoridades brasile?as se defienden diciendo que las comparaciones con otros Juegos son enga?osas.
"Londres y R¨ªo son muy diferentes. Las leyes son diferentes, los procesos son diferentes. Somos un pa¨ªs en desarrollo y tenemos nuestras propias caracter¨ªsticas", dijo Marcelo Pedroso, jefe de la Autoridad P¨²blica Ol¨ªmpica. "Puedo decir con tranquilidad que no hay ning¨²n problema con d¨®nde nos encontramos en nuestra preparaci¨®n", agreg¨®.
Sin embargo, esta confianza choca con los hechos. Uno de los contratos m¨¢s importantes que a¨²n no se ha licitado es el suministro energ¨¦tico para las instalaciones ol¨ªmpicas, un trabajo complejo que seg¨²n fuentes cercanas al proyecto involucra cientos de kil¨®metros de cable y miles de paneles de distribuci¨®n.
En Londres 2012, el pertinente contrato de energ¨ªa se anunci¨® 20 meses antes de que comenzaran los Juegos y para el inicio de R¨ªo 2016 en estos momentos faltan tan solo 15 meses.