MARAT?N
Kimetto rompe en Berl¨ªn el r¨¦cord mundial de marat¨®n
El atleta keniano corri¨® en 2h:02:57 rebajando en 26 segundos la plusmarca anterior que estaba en poder de su compatriota Wilson Kipsang. Berl¨ªn, ciudad talism¨¢n.
De nuevo cay¨® la plusmarca mundial de marat¨®n en Berl¨ªn, al fin de los tilos de ?nter den Linden y bajo la cuadriga de la Puerta de Brandenburgo. Es la sexta vez consecutiva que ocurre all¨ª. Y de nuevo, como en 2013 (Wilson Kipsang), en 2011 (Patrick Makau) o en 2003 (Paul Tergat) el honor vol¨® en los pies ligeros de un superclase de Kenia y del Valle del Rift: esta vez fue el ¡®kalenjin¡¯ Dennis Kipruto Kimetto, forjado en Eldoret, el autor de otro registro sideral al cerrar los 42.195 metros en dos horas, dos minutos y 57 segundos: la media de cada kil¨®metro ya va inferior a 2:55. ?A cu¨¢nto queda el l¨ªmite de las dos horas?
Kimetto afila en 26 segundos el r¨¦cord de Kipsang de 2013: que no era el mejor tiempo en la historia de las maratones. En 2011, Geoff Mutai hab¨ªa firmado 2h03:02 en Boston. Pero el trazado de Boston no es v¨¢lido para r¨¦cords al acumular un desnivel cuesta abajo de 139 metros de principio a fin, m¨¢s otras peculiaridades.
En lengua swahili, ¡®Kalenjin¡¯ significa ¡®te digo¡¯. Y tres compa?eros ¡®kalenjin¡¯, Kimetto, Mutai y Kamworor (plusmarquista mundial de media marat¨®n) lo dijeron alto, claro y al frente de otros 40.001 corredores: los tres ¡®kalenjin¡¯, tres licaones del altiplano del Rift, fueron a morir con las ¡®liebres¡¯ que impon¨ªan ritmos letales a la caza del r¨¦cord mundial: el tiempo del kil¨®metro 30 (1h27:37) ya mejoraba en 24 segundos el de Kipsang en 2013. Poco despu¨¦s cedi¨® Kamworor. Atac¨® Mutai: y resisti¨® Kimetto, que en el kil¨®metro 38 cambi¨® y escap¨®. En el 40, Kimetto volaba en 1h56.29, justo el paso de su marca en la marat¨®n de Chicago. En poco m¨¢s de dos kil¨®metros ya ten¨ªa el r¨¦cord del mundo. ¡°La carrera ha sido dura¡ pero me gustar¨ªa volver en 2015 e intentarlo de nuevo¡±. Hay aroma a r¨¦cord mundial bajo los tilos de ?nter den Linden. Lo dice un ¡®kalenjin¡¯.